Cómo superar la muerte de un hijo
El corazón está preparado para separarse de sus padres, nunca de sus hijos. Sin embargo, aunque no lo creas, es posible superar el dolor.
Diana Brante Morales
Hoy me toca acompañarte en tu dolor, al sepultar ese cuerpecito que con tanto amor formaste en tu interior: aquel angelito que vendría a hacerte compañía, a enseñarte sobre el amor incondicional y enriquecer tu vida de tantas formas que hoy ya no imaginas. Hoy estoy a tu lado sin tener palabras de consuelo, ¿qué puedo decir para aliviar tu dolor?
Pensarás que no lo entiendo, que no sé de lo que hablo porque no he estado en tus zapatos, pero como madre, estoy segura que no hay dolor más grande que el de perder a un hijo. Por casualidades de la vida, me ha tocado conocer historias de mujeres que han sufrido la pérdida de un hijo. De clase alta, media o baja, con o sin educación: no hay nada en su vida capaz de prepararlas para enfrentar dicho momento.
En alguna ocasión, estábamos varias mujeres en una reunión de madres para compartir experiencias, consejos y establecer contacto entre nosotras. Decidí conversar con Marcia, casada, madre de 3 hijos, emprendedora, un ejemplo a seguir. En realidad no recuerdo cómo llegamos al tema, pero me contó sobre sus hijos, los nacidos y los no nacidos. Quedé impactada al saber que después de haber perdido cuatro bebés, aún tenía las fuerzas para levantarse cada día, la voluntad para seguir viviendo, la alegría para compartir con sus hijos, la energía para salir adelante, no sólo con su empresa, sino también con su familia. Después de mucho pensarlo, le pregunté cómo lo hacía. Ella me contó sobre algunos pasos que siguió para lidiar con la pena en la que había quedado sumergida. Aquí los comparto ahora contigo:
Confía en Dios
Él es un ser superior con una visión más amplia que la nuestra, por lo tanto, tiene un motivo para todo lo que hace o permite. Como bien dicen en la iglesia a la que asisto, los bebés que parten de este mundo son como ángeles, que regresan al lado del Creador.
Déjate querer
No te encierres en tu dolor y permite que quienes te aman se acerquen a ti. La carga es más liviana cuando se tiene con quien compartirla.
No busques culpables
Lo primero que tendemos a hacer, cuando enfrentamos una situación como esta, es preguntarnos: “¿por qué a mí?”. Enseguida comenzamos la búsqueda de culpables, pero eso sólo nos lleva a llenarnos de ira y rabia, lo que nos hace ciegos a lo realmente importante: salir adelante.
Llora
Deja salir tu sufrimiento, permite que las lágrimas sirvan para limpiar tu corazón de esos sentimientos negativos que te han inundado. Llorar es sano, no guardes tu pena.
Piensa positivo
Creerás que este consejo es absurdo, pero Dios no nos pone obstáculos que no podamos superar, ni nos entrega más de lo que podemos manejar. Hoy tu hijo se encuentra en el mejor lugar del universo, donde no hay maldad, enfermedad, penas y mucho menos dolor. Ahora es él quien se prepara para recibirte.
Es cierto, con su cuerpo, una parte de ti también será sepultada. Se lleva el amor que le entregaste, se lleva alegría, cariño y la fuerza que sus padres le enseñaron a tener. No te apenes por lo que no pudiste darle, alégrate por lo que él te entregó a ti. Nunca es mucho, ni muy poco tiempo para vivir el duelo, para llorar su partida. Pero siempre debes recordar que hay alguien que te ama y te espera para cuando estés lista. Por más que parezca que la tormenta permanecerá junto a ti siempre, ten fe: los rayos del sol serán capaces de atravesar las nubes, para mostrarte el camino de vuelta a la felicidad.