El control de la natalidad y tu responsabilidad como madre

¡Ser padres es un regalo de vida, darles una buena vida es tu regalo como padres! Dios te da los hijos, pero tú les das la vida.

Yordy Giraldo

¡Vivir es increíble! Esta frase es mucho más que un mero slogan. Algo tan maravilloso como el milagro de la vida requiere ser tomado muy en serio. Hay quien trata de rehuir la responsabilidad de engendrar vida, pero es imposible evitar las consecuencias de haberlas rehuido. Porque una cosa es tener hijos y otra es ser padres, sobre todo cuando la diferencia entre una y otra depende de si es o no un embarazo deseado.

Existen tantos niños en tantas partes del mundo que viven en condición de abandono, situación de violencia y explotación debido a sus propios padres, quienes de manera irresponsable los concibieron sin tener las condiciones para darles una vida digna, con amor, tiempo y cuidados. Y si no las tenían, tampoco las procuraron.

El resultado de esto son niños en las calles pidiendo dinero, cruzando desiertos, vagando por lugares ajenos y hostiles; utilizados por la delincuencia, expuestos a peligros, enfermedades, maltratos, sin oportunidades de superación, condenados al desprecio y la indiferencia de una sociedad que les teme porque ve en ellos los peligros que guarda una infancia dejada a su mala suerte. ¡Madriguera de adultos rotos!

Y lo que es peor, las enormes probabilidades de que repitan el patrón de abandono que ellos vivieron, sumando el cruel destino de, además de haber sido víctimas, terminar convirtiéndose en victimarios. Al respecto de todas las aristas que este tema toca, les dejo un análisis sobre El embarazo no deseado: impacto sobre la salud y la sociedad en América Latina y el Caribe, deseando que les sea de utilidad.

Tabúes sobre los controles de natalidad

Creemos que si tenemos un hijo nuestra pareja se quedará a nuestro lado

Tener hijos implica tiempo, dedicación y entrega, lo que lo hace un reto para cualquier matrimonio. Y la probabilidad de que salve tu relación es poca. En México, en 2012, había alrededor de 5 millones de madres solteras.

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Tener los hijos que Dios me dio

El Padre nos puso en esta tierra para que pudiéramos crecer. Y crecemos cuando aprendemos a usar de manera correcta el albedrío. En el gran plan de nuestro Padre, no se trata de cuántos hijos Él te da, sino de cuántos deciden tener tú y tu pareja. No puedes dejarle a Él o a la naturaleza la responsabilidad: tu pareja y tú son los responsables, y la responsabilidad implica siempre tomar decisiones.

Temor a que los métodos anticonceptivos no te permitan concebir en el futuro

Existen múltiples métodos de control de natalidad y no todos son invasivos. Lee el enlace, o acércate a las instituciones de salud para que los conozcas.

Es pecado prevenir los embarazos

Es complicado opinar sobre la fe. De hecho, todos tenemos el privilegio de creer en lo que nos parezca correcto pero, ¿te has puesto a pensar en el hecho de que cada mes existe la posibilidad de que quedes embarazada? Realmente, restando los nueve meses de embarazo y la cuarentena, ¿estás dispuesta a quedar embarazada cada once meses aproximadamente? Nuevamente, en Su gran sabiduría, paciencia y misericordia, El Padre te permite decidir y planear. Incluso, si como pareja no están seguros, pueden acudir a Él en oración, para tener la inspiración y tomar la mejor decisión.

Mi pareja no quiere que utilice anticonceptivos

Ser padres es cosa de dos, o al menos, así debería ser; sin embargo, es importante que hablen al respecto, hay muchos puntos a tratar antes de asumir una decisión, pero embarazarte cuando no es tu deseo, también es violencia.

No se trata solo de traer hijos al mundo, sino de educarlos

Una madre no solo da vida, de su pecho no emana únicamente el calor con que se cobijan los hijos, ni la leche mediante la cual sus cuerpos crecen y se hacen fuertes; sino el amor, los valores, la educación con que se desarrollarán y relacionarán a lo largo de su vida.

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En ti radica la responsabilidad de hacerlos valorar la vida, la capacidad de dotarlos de humanidad para que no levanten la mano contra el inocente, ¡esa humanidad que tanto urge en estos tiempos! Enseñarles con el ejemplo, que es y siempre será el mejor método de enseñanza, el valor de la familia y el respeto al prójimo, a escuchar con atención lo que otros tengan que decir.

A amarse a sí mismos y a aspirar siempre a ser el mejor ser humano posible, y honrar su nombre y su palabra porque antes que el papel, que la tecnología, tenemos la palabra, y cuando ya no haya papel ni tecnología, nuestra palabra y honor serán todo cuanto tengamos.

Formarlos en el ideal de que no hay mejor almohada que una conciencia tranquila, y que la verdad es siempre la mejor opción entre todas. Tratarlos con amor porque el amor que empeñes en su cuidado, en esa misma medida se empeñarán en dar amor; a que todos somos iguales en nuestras diferencias, y que lo que nos hace distinto nos hermana. A ser agradecidos, porque quien no es capaz de agradecer el bien que recibe, no lo merece.

No pretendo decirle a cada quién cómo vivir su intimidad, aludo empero a su sentido común, pues multiplicarnos es ley de vida: nos multiplicamos por amor, por instinto y por aspectos culturales; nacer, crecer, reproducirnos y morir es a grandes rasgos nuestro paso por este mundo. Sin embargo, los seres humanos tenemos la capacidad de cuestionarnos sobre nuestra existencia, sobre qué queremos hacer con ella para no cometer el error de trascender en la irresponsabilidad.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.