¿Qué cosas cambiarías si tuvieras que criar a tus hijos de nuevo?

Si eres una mamá perfeccionista, seguramente habrá algunas enseñanzas a tus hijos que desearías cambiar. ¿Qué cosas cambiarías tú si tuvieras qué criar a tus hijos de nuevo?

Marilú Ochoa Méndez

Como buena mujer, me gusta fantasear sobre el pasado y hacer mi lista de “hubieras” con respuestas imposibles: debí haber dicho esto o aquello en vez de lo que respondí, debí haber tratado a mi amiga de esta forma y no de la otra… Estas reflexiones no tienen mucho sentido si se quedan solamente en la mente y la razón de elaborarlas es lamentarnos. Hoy quisiera compartir contigo mi lista de “hubieras” en relación con mi ser madre cambiando totalmente la perspectiva, para que veas conmigo que siempre podemos ser mejores mamás y que el hoy es el mejor momento para recomenzar, a pesar de haber cometido muchos errores. ¿Vienes? ¡Comenzamos!

Nada nos prepara para ser madres más que serlo

Llevo ocho años de mamá y recuerdo que antes de serlo platicaba con una amiga psicóloga, a quien le pedí apoyo, pues quería prepararme de la mejor manera para ser una madre completa. Trabajamos muchos ejercicios que ella me indicó, y recuerdo que, incluso, luego de algunos meses, me “dio de alta”. Cuál fue mi sorpresa que al tener a mi recién nacido en brazos no sentí que nada de lo que hicimos me fuera útil para atender a ese ser pequeño que esperaba todo de mí. En este mundo tan práctico, pensamos que asistiendo a mil cursos podremos estar listas para embestir la vida, y no dudo que pueden servirnos, pero debemos recordar que aunque si regresáramos el tiempo hay mil cosas que evitaríamos o haríamos de manera distinta: es precisamente la experiencia que tenemos hoy la que nos ayudará a hacerlo mucho mejor en adelante.

Necesitas confiar en tus instintos más que en manuales o consejos

Algo que en definitiva cambiaría es seguir a pie juntillas los consejos de doctores y amigas o familiares por encima de mi instinto y el de mi esposo. Todos estos miembros externos a la familia actuarán siempre con la mejor intención, pero solamente tú y tu marido saben qué es lo mejor para tus hijos: siempre es mejor escuchar primero al corazón que a todas las personas bienintencionadas que se acerquen.

Se consigue más con una gota de miel que con un barril de hiel

Siempre una sonrisa, una explicación tranquila, una voz suave y amorosa logran más que una nalgada o un grito. El respeto que requerimos de los hijos no es automático, debemos ganarlo tratándolos con respeto. He escuchado una frase que me ha dejado impactada: “La forma en como hables a tus hijos de pequeños se convertirá en su voz interior”. ¡Qué responsabilidad! ¿Qué voz interior tendrán nuestros hijos? ¿Una que reclama y grita o golpea a la primera oportunidad?, o ¿una que habla amorosamente y los trata bien siempre, aunque haya tenido un mal día?

Cosecharás lo que siembres

Acostumbro acompañar a mis niños a la hora de dormir, y siempre les digo: “Que Dios te cuide, mi niño, descansa”. Uno de mis hijos, cuando comenzó a hablar, con su media lengua me decía exactamente lo mismo justo antes de cerrar los ojos, lo que me llenaba de ternura. Así como él repetía mis palabras amorosas, también he sido testigo de cómo repiten comportamientos negativos, como cuando por accidente he tirado el agua en la mesa del comedor, y escucho su “¡Ay, mamá!, ¡ve por el trapo para limpiar!”. Para detectar cómo perciben los hijos nuestro trato es muy útil jugar con ellos “A la mamá”, porque así veremos en su trato hacia los muñecos que fungen de hijos o hacia nosotras mismas en el caso de que seamos “la hija”, un espejo de muchos comportamientos que los lastiman.

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Esto no se acaba hasta que se acaba

¿Tienes una larga lista de “hubieras” en relación con tu ser madre? ¡Qué bueno! Estás a muy buen tiempo para poder modificarlos. Con todo lo que has aprendido en tus años de madre, puedes elegir ser distinta y hacer las cosas de modo distinto.

Toma un momento para compartir ...

Marilú Ochoa Méndez

Enamorada de la familia como espacio de crecimiento humano, maestra apasionada, orgullosa esposa, y madre de siete niños que alegran sus días. Ama leer, la buena música, y escribir, para compartir sus luchas y aprendizajes y crecer contigo.