3 elementos esenciales para que tu esposa te anhele solo a ti
Esta es la perfecta para que un hombre aprenda lo que toda mujer necesita. Tres elementos esenciales para que tu esposa te anhele solo a ti
Marta Martínez Aguirre
No hay mayor agonía que la de cargar con
una historia sin contar en tu interior.
Maya Angelou
Apenas tenía fuerzas para recoger la leña del suelo, cuando él se le acercó. Para una mujer viuda como ella, el día lentamente se convertía en lúgubre noche y así, día tras día. Las lluvias torrenciales de antaño ahora eran una imagen en su memoria: el ganado era piel y huesos, las hierbas estaban completamente secas y las cabras balaban su agonía. Todo lo que le quedaba era una mísera porción de harina y aceite para que comieran ella y su hijo, para luego dejarse morir.
Cómo ansiaba escuchar que las gotas de lluvia cayeran sobre su huerta y así tener algo para alimentar al niño, pero nada, ni una sola nube que anunciara un simple aguacero. Cuando la noche caía como un grueso manto sobre Sarepta, recostaba su cabeza con ternura hacia el niño y le contaba historias color sepia. Había quedado viuda tan joven y sentía que el amor había durado tan poco, anhelaba tanto volver a escuchar la voz de su esposo, diciéndole que todo iba a estar bien, sentir su mirada tibia invitándola a ir a la cama y recibir el amor en un abrazo cálido y seductor.
La soledad y la inseguridad se habían vuelto sus más íntimas compañeras de las noches de desvelos. Su tristeza volvía más fría la cama y aunque le dolían las rodillas cada madrugada se arrodillaba para rogarle a sus dioses por un milagro. “Oh, dioses de mis ancestros, no nos dejen perecer de hambre, tengan misericordia de esta sierva y de su único hijo. No permitan que la hambruna borre nuestros nombres de la faz de la tierra…”
Esa mañana, cuando el profeta le pidió un bocado, a pesar del miedo y las dudas se remangó su roído vestido y se puso a amasar… con toda la fe de una mujer que ama…
Seguramente has oído esta historia como un acto de fe, pero como psicóloga y como mujer te puedo asegurar que es la historia perfecta para que un hombre aprenda lo que toda mujer necesita:
Seguridad emocional y protección
El pasaje bíblico no dice qué fue lo que esta mujer pagana encontró en el profeta Elías, pero es claro que ella reconoció en él a un hombre que le daba seguridad. ¿Tu esposa diría en una encuesta anónima que la haces sentir segura o temerosa respecto del futuro? Si tú no eres un hombre que la hace sentir segura a nivel emocional, ella se verá tentada a buscar esa seguridad en otra parte. Hay un hermoso pasaje bíblico que dice: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor” (1Juan 4:18). Tu esposa no debería aferrarse a otras cosas fuera de ti si sintiera que en medio de las crisis tu brazo la sostiene y le hace sentir que luego de la tormenta vendrá la paz.
Espacio de intimidad
Observa bien la escena: la viuda abrió su corazón y contó todas sus miserias. ¿A quién le confiesa tu esposa sus angustias?, ¿puede contar contigo cuando siente que el vaso se desborda? El matrimonio fue diseñado para que sea un espacio de intimidad en todas las áreas: física, emocional y espiritual; tu esposa anhela sentir que tu corazón es ese lugar donde ella puede abrir el suyo y mostrarse tal como es sin sentirse juzgada. Quizás en el pasado tuvo la triste experiencia de volcar todo su ser y utilizaste ese conocimiento para herirla. ¿Recuerdas cuanto te contó aquel episodio triste de su infancia y ahora lo usas como arma letal para herirla? Quizás en el pasado fracasaste en esta área, pero estás a tiempo de reconstruir la confianza. Para que la intimidad haga nido en tu hogar, es imprescindible crear un espacio tangible donde los secretos estén a salvo.
Así como la viuda de Sarepta pudo desarrollar su fe en el Dios verdadero, permite que tu esposa pueda creer que tú eres el hombre que su alma necesita.