3 errores FATALES que las mujeres cometemos cuando sospechamos que nuestro hombre es INFIEL

Todas lo hacemos. No destruyas lo que te costó tanto construir cometiendo estos 3 errores en 5 minutos.

Mariel Reimann

Cuando las sospechas se apoderan de nuestra razón, emociones y sentimientos, en menos de cinco minutos podemos destruir lo que nos ha costado meses o años construir.

A todas nos pasa

Así como ese sueño que casi todos los seres humanos tenemos en el que llegamos a una fiesta o a la escuela, para darnos cuenta de que estamos desnudos, el miedo a que nos sean infieles, está allí siempre latente. Este miedo muchas veces nos puede jugar una mala pasada y hacernos perder todo lo que tenemos.

Pase lo que pase, no cometas estos 3 errores

1. Perder el control de tus emociones

Este paso es el más difícil de llevar a cabo. Si los indicios nos hacen tener una clara sospecha de que él está en algo raro, lo primero que tendemos a hacer es explotar como un volcán en erupción.

Según Stef Daniel, escritora para Professors House, perder la calma cuando hacemos cualquier tipo de acusación hacia otra persona, sólo nos traerá malas consecuencias, aún cuando nosotros tengamos la razón.

Ella sugiere que este tipo de acusación nunca debe ser hecha abruptamente, ni durante una pelea, y mucho menos si lo único que tenemos son sólo sospechas sin ninguna prueba y sólo basadas en algún cambio que, según nosotras, son inexplicables en nuestra pareja.

“De hecho, una falsa acusación, y las sospechas no merecidas, pueden fácilmente convertirse en el final de lo que prometía ser una muy buena relación , si que tú estás equivocada”, agrega Daniel.

2. Enfrentarlo sin ninguna prueba

Si lo único que respalda tu teoría de que él te está siendo infiel es “tu instinto”, es mejor que esperes a tener pruebas.

¿Por qué es importante que tengas pruebas? Si lo acusas de algo que él no está haciendo, sin saber si tus acusaciones son verdaderas, crearas resentimientos en él y muy posiblemente lo pierdas. Si por el contrario, él está siéndote infiel, pero tú no tienes pruebas, hará que él esté más alerta y que esconda mejor la relación que está teniendo paralelamente.

De acuerdo a lo publicado en el Huffington Post por Sheri Meyers, terapista de familia y autora de “Hablando o siendo infiel: Cómo detectar la infidelidad”, explica que es sumamente importante que antes de acusar a alguien de infidelidad hay que tener pruebas; un mensaje de texto, un correo, fotos, algo que no deje dudas de que se ha cometido una infidelidad.

“Sin una prueba, tu te verás (o serás tratada) como una persona autodestructiva en el mejor de los casos, y a la vez estarás ayudándole a que cubra mejor las pistas de la infidelidad que él ha estado dejando”, explica Meyers.

3. Enfrentarte a la otra mujer

De acuerdo con Kurt Smith, consejero licenciado, el hecho de que confrontes a la otra mujer, sólo hará las cosas peores.

Simith explica que aunque te parezca imposible de creer, él ha visto que en numerosas ocasiones que una vez que la mujer enfrenta a la amante, las cosas se vuelen peor por que la amante y el marido comienzan a confabular en contra de la esposa.

A la vez, esto sólo sirve para agrandar las cosas con tu pareja. Sí él sabe que tú has enfrentado a la otra mujer, en lugar de ponerse de tu lado, él probablemente se pondrá de el lado de ella, y tú, sin haber hecho nada malo, pasarás a ser la villana de la película, mientras ella es la víctima.

Smith también señala que esto lleva a colocar a la esposa en una situación de total vulnerabilidad en la que la amante puede decir toda clase de mentiras agrandando las cosas más de lo que son como una estrategia para que el matrimonio quede totalmente terminado y ese hombre en cuestión quede libre para ella.

Más allá de lo que sea tu meta luego de descubrir una infidelidad, es muy importante que evites estos tres errores por tu propio bien y el de tu familia. Por más difícil que sea, debes tomarte esos minutos extras para procesar lo que está pasando, buscar pruebas, y hagas lo que hagas, no bajes al nivel de la amante; no le des una entrada a tu vida para que te haga más daño del que ya ha ocasionado.

Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.