3 formas para apreciar nuestros esfuerzos al final del día como madres

A veces como madres no nos sentimos satisfechas con lo que hemos hecho durante el día, sentimos que no hemos hecho nada. La realidad es que, ya sea grande o chico, nuestros esfuerzos son lo único que nuestra familia necesita.

Denhi Chaney

Si eres de las madres que al final del día sienten que no han hecho nada, que no están haciendo una diferencia, y que no han sido productivas, muy probablemente este artículo es para ti. Como madres a veces tenemos la tendencia a menospreciar las cosas que hacemos durante el día, tenemos una idea en la cabeza de cómo se comporta la madre perfecta, y lo que hace durante el día. En pocas palabras tenemos la visión de una casa impecable, nosotras detalladamente arregladas, nuestros hijos pulcros y bien portados, comida hecha completamente en casa y nunca comprada, un desempeño perfecto, en pocas palabras. La realidad es que pocas —si es que hay alguna— puede hacer todas estas cosas diariamente y mantener la cordura.

Así es que si buscas mantener esta cordura, que se pierde cuando intentamos hacer lo imposible, es tiempo de aprender a apreciar tus esfuerzos ya sean grandes o chicos. Cuando aprendemos a valorar lo que hacemos durante la rutina del día es mucho más fácil disfrutar nuestro papel como madres así como también la compañía de nuestros pequeños. De la misma forma, el valorar nuestros esfuerzos nos ayuda a sentirnos seguras de nosotras mismas y de nuestro potencial. A continuación se presentan tres consejos que te pueden ayudar para que combatas esos sentimientos tan debilitantes y te sientas más satisfecha de ti misma al final del día.

Enumera las cosas que has hecho durante el día

Este paso ayuda a las madres que se sienten especialmente deprimidas pues les ayuda a ver realmente todas las cosas que han hecho. Este paso incluye absolutamente todas tus acciones. No solamente las que tú consideres importantes, sino que incluye desde la acción de levantarte de la cama, hasta darle de comer a tus hijos, o acompañarlos a la parada del autobús para ir a la escuela entre otras cosas. Este ejercicio realmente nos ayuda a ver cuánto hacemos durante el día, y que ninguna madre no ha hecho nada al anochecer.

Reconoce las cosas que haces durante el día que te cuestan trabajo

Como madres a veces hacemos cosas que realmente no queremos hacer, ya sea por falta de motivación, por el cansancio que sentimos, o porque nunca nos ha gustado hacerlas, pero las hacemos de cualquier forma. Cuando estés haciendo una tarea que no te gusta, aprovecha para felicitarte que la estás haciendo de cualquier manera. Ser mamá es una función que está llena de tareas de este tipo, y eso implica que en algún u otro momento estamos no solamente siendo productivas sino también haciendo algo que sería mucho más fácil evadir.

Aprecia tus pequeños esfuerzos

Con todas las responsabilidades que tenemos como madres es fácil caer en la trampa que tenemos que hacer todo esto perfectamente. No creas en esta mentira, aprecia las pequeñas cosas que haces, incluso aquellas que son imperfectas a tus ojos. Por ejemplo, si el día ha sido difícil y estas agotada y compras pizza para cenar no te sientas que has fallado como madre; al contrario siéntete orgullosa que incluso ante tanto estrés y agotamiento encuentras la forma de alimentar a tu familia. Recuerda que tus pequeños esfuerzos no son solamente importantes pero esenciales para tu familia.

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La perfección es una ilusión, pero es una ilusión tan real que a veces no nos permite sentirnos satisfechas de lo que somos como madres y de lo que aportamos a la familia. Decide el día de hoy que ya sea grande o chico, lo que aportas es importante; que tú eres esencial en tu hogar y que, por eso último, tus esfuerzos tienen un mérito que no se puede pagar, medir, compensar. Recuerda mientras estés arreglándote para ir a dormir, y estés pensando en lo que hiciste ese día, que tu mayor esfuerzo, aun así sea pequeño a tu pensar, siempre será lo único que tu familia va a recibir.

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Denhi Chaney

Denhi Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia de Matrimonio y Familiar. Denhi también es esposa y madre de un niño. Puedes contactarla en .