Consejos de un divorciado para que no fracase tu matrimonio

Un divorciado nos revela algunos detalles que, si él hubiese puesto en acción, habrían evitado su fracaso matrimonial.

Erika Otero Romero

El divorcio es quizá una de las situaciones de cambio más difíciles para muchos seres humanos en el mundo actual, y ¿cómo no serlo? Después de un divorcio, el cambio en la vida es radical: se pasa de estar acompañado y vivir en familia, a estar separado de los hijos, quizá vivir solo, prepararse la cena a uno mismo y demás labores que otra persona solía hacer por ti, o para ti. Por si fuera poco, los problemas legales no se hacen esperar. Es un escenario que, si la persona que decide divorciarse imaginara antes de buscarlo, probablemente no lo consideraría como una opción para la “solución de los problemas maritales”.

A las mujeres no les va mejor que a los hombres, pero acá en específico te voy a revelar una confesión que un hombre divorciado ha hecho sobre algunos “trucos” que los hombres pueden poner en acción, para no terminar como él.

Nunca dejes de conquistar a tu esposa

Así es, haz del enamoramiento un hábito diario. No te equivoques al pensar que tienes a tu pareja “segura”, y que no corres el riesgo de perder a tu compañera. Recuerda que ella eligió salir contigo por cómo eras con ella, así que no te descuides en este aspecto.

No descuides tu autoestima, ni el lugar de tu esposa en tu vida

Es importante estar siempre atento de tu amor por ti mismo, pero no descuides ese lugar especial que debe ocupar tu esposa en tus afectos.

Enfócate en las cualidades de ella

Pon tu atención en sus virtudes, no en lo que te molesta de su forma de ser; te aseguro que te darás cuenta que ella sigue siendo la mujer de la que te enamoraste hace tiempo y que por eso eres muy afortunado.

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No la corrijas, tú también cometes errores

No le pidas que cambie, en lugar de eso ámale como es y aprecia cada cambio positivo que surja en ella.

El matrimonio no te catapulta a la felicidad propia

La felicidad conyugal surge cuando no descargas en tu pareja la completa responsabilidad de hacerte feliz. En su lugar, busca hacerle feliz y recibirás de ella lo mismo, en correspondencia.

Nunca culpes a tu esposa de tus emociones negativas hacia ella

Puede que ella haga cosas que a ti no te gustan, pero lo que eso te genera es tuyo, son tus emociones. Tu labor es controlarlas y superarlas.

Sé un apoyo constante

En sus malos momentos, hazle saber que estás ahí para apoyarla y para que confié en ti. No escapes, quédate y sé fuerte.

Sé divertido

Saca el mejor partido de las situaciones, no pierdas el buen humor y haz que ella comparta tu alegría.

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Haz que se sienta amada todos los días

Sé detallista y atento siempre que puedas, no permitas que pase un solo día en que ella pueda dudar del amor que le profesas.

Aprende a disculparte

Reconoce tus faltas y no esperes que sea ella quien busque siempre solucionar los problemas. Aprende a pedir perdón y no vuelvas a cometer el mismo error.

Permite que tenga su propio espacio

En medio de los quehaceres hogareños, es más que justo que tu compañera tenga tiempo para sí misma, descanso o incluso espacio para renovar energías y re encontrase consigo misma.

Sé honesto con tu pareja

Eso es lo más importante, quizás. No querrás perder la confianza que tu esposa te tiene, ya que después de pérdida es muy poco probable que puedas recuperarla. No olvides que es mejor una verdad que haga llorar, que una mentira que alegre.

Estos son solo pequeños detalles que puedes practicar a diario con el fin de mejorar tu relación o encausarla, si es que va directo al divorcio. Siempre hay posibilidades de mejorar el rumbo de una relación, solo no olvides que el secreto fundamental es nunca dejar de crecer juntos. Cuando te descuidas en los pequeños detalles, la relación puede decaer, por ello, busquen metas que los unan, luchen por los sueños mutuos y trabajen como el equipo que son.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.