El celular está desplazando a la televisión como el centro del hogar y las reuniones

Aspectos que pueden ayudar a reflexionar en lo que puede afectar seguir permitiendo el uso del celular, así como las consecuencias si no se frena a tiempo. El celular está desplazando a la televisión como el centro del hogar.

Erika Gaytán

Hace algunos días tuve la oportunidad de asistir a un evento infantil, donde de alguna manera esperaba ver a gente con un teléfono celular en la mano, porque nunca faltan y, por si fuera poco, se está haciendo costumbre; pero mi sorpresa fue todavía mayor cuando al llegar a las primeras mesas me encontré a varias personas con la mirada puesta frente a una pantalla. Al principio pensé que me había equivocado de fiesta, y que en lugar de haber ido a una fiesta infantil, me encontraba en una exhibición de teléfonos celulares. Mi desconcierto creció cuando dije: “Buenas noches” de forma general, y nadie me respondió. El teléfono celular está desplazando a la televisión como el centro del hogar y las reuniones.

Es cierto que la tecnología ha evolucionado con una rapidez increíble, que ha traído grandes beneficios: acorta distancias, nos permite encontrar a personas, estar “conectados” todo el tiempo y es impresionante lo que hace hoy día un teléfono inteligente, lo que aparentemente nos dice que hay una continua comunicación con los demás. Sin embargo, esto no es del todo real, porque en cuanto se está con otras personas se prefiere usar el celular que interactuar de forma directa.

Es una gran pena que estemos llegando a estas actitudes. Ya no solo es en la intimidad de los hogares, donde cada familia tendrá establecida sus propias reglas, pero que se asista a una reunión y la única comunicación que se dé sea virtual… es penoso y bastante desagradable.

No dejemos que un celular se convierta en “alguien” especial, porque solo es un aparato con ciertas funciones que deben estar reguladas por su dueño y porque jamás podrá ocupar el lugar de una persona. Si ya tienes ese mal hábito, te invito a que reflexiones sobre lo siguiente:

Tú puedes ser más inteligente que tu teléfono

No ha de ser nada agradable invitar a familiares y amigos a una celebración (importante para quien la organiza) y que se mantengan ante su pantalla telefónica todo el tiempo. De modo que procuremos respetar esto, para que cuando seamos anfitriones no se pierda la principal idea de la reunión: compartir nuestra alegría con nuestros seres más queridos.

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De fiestas familiares a exhibición de celulares

Las fiestas familiares, en muchas ocasiones, son pretextos idóneos para poder reunirnos, platicar, vernos después de un tiempo, comentar alegrías, penas, divertirnos, convivir… pero si permitimos que los celulares ocupen el lugar de nuestra gente podemos perder estas pocas oportunidades de convivir con los nuestros. Recuerda que lo que se les enseña a los hijos ahora lo pueden imitar en el futuro. Por otra parte, con esos hábitos estamos acabando con uno de los valores más importantes del ser humano: el respeto.

Cero relaciones interpersonales

Las relaciones interpersonales no son otra cosa que la comunicación que se pueda tener con otra persona de manera directa y de frente. Recuerdo que hace algunos años cualquier fiesta constituía una oportunidad para presumir la forma en cómo se podían expresar los hijos ante los adultos. Ahora, con dificultad saludan y mejor se presume o se platica del teléfono más reciente o con más aplicaciones.

No se puede ni se debe tomar a la ligera este tipo de temas. Sabemos que la comunicación es primordial, claro, pero entre personas, entre nosotros mismos, de frente y mostrando siempre mucho respeto por los que nos rodean. Se ha dicho que un teléfono inteligente hoy día es como un genio que cumple tus deseos. Y es cierto. Con todo, procura que tu invitado especial sea siempre tu familia y no un aparato.

Toma un momento para compartir ...

Erika Gaytán

Oriunda de la tierra del taco, el mariachi y el folklore. Periodista de profesión y corazón. Por muchos años he tenido la fortuna de colaborar como docente en la educación de niños, adolescentes y jóvenes. La música, la enseñanza, la investigación, lectura y escritura son mis grandes aficiones.