Levántate, y corre la piedra. O cómo superar el desempleo como familia

El desempleo es una muerte prematura en el psiquismo humano, es inesperada, súbita y demoledora, con ella la autoestima se resquebraja y el dolor se hace testigo cotidiano. Superar el desempleo es tarea familiar, y la tanatología es un auxilio.

Marta Martínez Aguirre

El perder el empleo toca toda nuestra estructura. El sufrimiento gimotea bajo el agua tibia de la ducha, la culpa se arrincona en los estantes de la heladera (refrigerador) que se vuelve ociosa, y la muerte de tantos sueños e ilusiones comienza a amarillear las hojas del almanaque (calendario). Sé lo que es sentirse inútil, “vieja”, descartable y sin un lugar donde quieran mis talentos y habilidades. A pesar de tener años de experiencia y un título universitario, perder el empleo me hizo sentir frágil, vulnerable y, sobre todo, vacía.

Etimológicamente la palabra “pérdida” proviene del latín per, “al extremo” y der, un antecesor de dar; de este modo, “pérdida” bien puede significar “haberse dado en su totalidad”. ¿Estás viendo lo mismo que yo? Nada es más claro que esto, en toda pérdida este es el sentimiento por excelencia: dolor por haberse dado por completo y encontrarse luego sin nada.

¿Sabes?, a mí nadie me ayudó a salir de ese círculo de dolor; de pronto, todo el mundo desapareció y yo me quedé a solas con la noticia, “Estás desempleada”. Solo Dios me sostuvo las rodillas cansadas y el alma abatida, por eso este debe ser uno de los artículos más dolorosos que he escrito y, al mismo tiempo, uno de los más auténticos en cuanto a darte esperanza.

Hay una disciplina científica llamada tanatología, que puede auxiliar en un caso como este. La tanatología brinda una visión de la muerte y sus procesos con el fin de cimentar nuevas alternativas ante la vida. El morir es el proceso de deterioro que sufre el organismo desde su condición terminal hasta la muerte. Este proceso afecta la totalidad del individuo; es un proceso biológico, psicológico, social y espiritual.

Para una persona laboralmente activa el desempleo es una de las realidades más dramáticas que puede experimentar, y es igual a la fenomenología de la muerte. Es una pérdida significativa en la que se experimenta la muerte propia en vida, el Yo se resquebraja y hay una muerte del sí mismo, hay una catástrofe emocional donde la autoestima se desmorona y los sentimientos de inutilidad y fracaso golpean de forma abrupta la puerta, o ni siquiera piden permiso y entran generando dolor y sentimientos de soledad, retraimiento y desamparo.

Advertisement

Veamos cómo la familia puede ayudar a superar esta crisis:

Aceptar la transición

Ante una crisis se es interpelado a cambiar, a pasar por una etapa de transición y duelo. Poder entender esta pauta de transición permite que en los momentos más difíciles del proceso de cambio se sepa que “esto también pasará”, lo que alienta a resolver el dolor.

Reconocer y aceptar las etapas del duelo

Para el doctor Robert Kavanaugh hay siete etapas en todo duelo de pérdidas trascendentales:

Impacto emocional

El mecanismo de defensa primordial es la negación, parece que los cimientos se han resquebrajado y hay momentos de entumecimiento emocional. “No me está pasando”, es la frase por excelencia.

Desorganización de sí mismo

Surge un torbellino de emociones, parece que no hay salida y el llanto es el mejor tranquilizante; se actúa como un niño pequeño, en un estado de explosión emocional. Razonar y escuchar argumentos es inútil, porque hay una regresión a etapas infantiles en las que llorar es lo único que alivia.

Advertisement

Sentimiento de furia

Hay explosiones de ira y enojo, la herida comienza a ahondarse y es necesario expresar el enojo de la forma más auténtica que se pueda; encubrirlo solo hace que la etapa se prolongue.

Sentimiento de culpa

Se comienza a vivir con base en los “debería”: debería haber hecho o dicho esto, o callado aquello; la culpa es un modo de decretar lo que se hubiera podido evitar, es una vuelta a un pasado idealizado, donde aparecen fantasías de omnipotencia para salvarse del sentimiento de impotencia y desamparo que se acerca.

Experiencia de soledad (aceptación)

Es una etapa muy dolorosa en la que el sentimiento de vacío se da de un modo muy profundo, y la tristeza llena toda el alma. La omnipotencia cesa y se da paso a la realidad, donde la soledad llena los espacios vacíos y se acepta que nada será como antes, y la incertidumbre no permite pronosticar de qué modo va a ser de ahí en más.

Alivio

Es una etapa bastante linda donde hasta quien no cree en Dios se da cuenta de la existencia de la dimensión espiritual, porque se empieza a experimentar un alivio que lo llena todo; la paz es el sentimiento que predomina, porque se empieza a reconocer que se está vivo y todavía se sigue con capacidad de volver a construir.

Restablecimiento de sí mismo

Es la etapa de la resurrección, donde el refrán bien podría ser, “Yo me levanto sobre mí mismo y nazco nuevo y distinto”; fortalecidos y templados en la adversidad los planes comienzan a llevarse a cabo y se siente que se merece vivir a plenitud.

Advertisement

Transvaloración paralela

El logoterapeuta checo Stanislav Kratochvil, describe dos orientaciones extremas de los valores: una es piramidal y la otra, paralela. En la orientación paralela de valores varios coexisten de manera paralela unos con otros —trabajo, familia, amistades, pasatiempos, actividades creativas, intereses especiales, fe—. Si un valor se pierde, otros permanecen. El hombre desempleado puede encontrar sentido en actividades que representan otros valores de importancia análoga. Los valores paralelos son un seguro contra una vida vacía. La escala piramidal posee solo uno como supremo, y si ese cae todo se desmorona.

El desempleo es una pérdida dentro del psiquismo, que desacomoda todo dentro del ser; por eso tienes la oportunidad de construir una nueva y consistente escala de valores, que abogue por la fe y desarrolle confianza dentro de ti. El desempleo no puede llevarse consigo tu capacidad de resucitar cada mañana. De modo que, levántate y corre la piedra.

Toma un momento para compartir ...

Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: