Todos ponen. Construir un hábito de ahorro en comunidad

Cuántas veces has soñado con unas pequeñas vacaciones en familia, comprarte algo que te gusta, iniciar un negocio pequeño o simplemente tener un guardadito. No te estanques más y lee cómo lograr el hábito del ahorro.

Alejandra Rodas

En Guatemala y El Salvador existe una palabra muy común entre la familia, amigos y vecinos, “cuchubal” (en México, “tanda” y en Colombia, “cadena”). Al buscar su definición me topé con la del doctor en filosofía Arturo O. Torres, quien en su clásica antología de la historia guatemalteca, Una breve historia de Guatemala, asienta que la palabra proviene de la voz maya k’uxiubál. La frase kuxiubál tiene sus raíces en el idioma de nuestros antepasados mayas, y se deriva de los vocablos kuxiu, que significa “todos” y bál, que alude a “ponen”: “Todos ponen”. Se trataba de un fondo común en el que las familias que participaban en el proceso, aportaban una cantidad igual de diversos granos básicos y frutos, como frijol, maíz, fresas y chico zapote, y por turnos cada familia era favorecida recibiendo el total correspondiente a sus ahorros en una sola presentación. El ciclo dependía del número de familias. Hoy en día lo más común es aportar dinero efectivo por un año. Cada mes todos aportan el monto estipulado y una familia se lleva lo que correspondería a un año de ahorros. Al final del año todos habrán recibido su cuchubal completo. 

A la técnica del cuchubal podemos sacarle provecho de la siguiente manera:

Forma un grupo

Puede ser de amigos, de compañeros de trabajo o de estudio, de vecinos, o de la misma familia; que tengan la responsabilidad y el compromiso de aportar la cantidad que se proponga mensualmente. Lo ideal son doce personas, que representan cada mes; pero hay a quienes les gusta hacerlo de modo quincenal y, al terminar el primer semestre, lo repiten en el siguiente.

Cantidad en dinero o en especie

Es cuestión de gustos y necesidades. Por ejemplo, hay vecinas que prefieren juntar lo acumulado para hacerse de vajillas de cocina, ropa, zapatos, maquillaje, el pago de algún curso, un paseo vacacional, los regalos navideños, abrir una cuenta bancaria, la compra de los útiles, la matrícula del colegio, etcétera. Hay tantas ideas al respecto, pero cada uno sabe, en su fuero interno, en qué puede aprovecharlo.

Cuándo empezar y dónde lo recibes

Cuando hayan determinado la cantidad para aportar se organiza un sorteo, de preferencia a principios del año, y se apunta en un cuaderno para que quede constancia en qué orden se recibirá. Es preferible que se entregue el dinero durante los primeros tres días del mes. La costumbre es juntarse en una cafetería, algún lugar de confianza o en la casa de quien recibirá su cuchubal o tanda (dinero acumulado). Recuerda que aunque hayas recibido siempre debes seguir aportando el resto del año, hasta que todos terminen su turno.

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Te invito a hacerlo, porque es una manera amena de proponerse ahorrar en un año, ya sea que lo utilices para salir de apuros económicos o bien para iniciar algún pequeño negocio. Después de hacerlo una vez, se crea el hábito del ahorro. ¡Estoy segura de que te encantará! Es, además, un buen pretexto para convivir, para pasar un tiempo juntos y alegres. Deseo que todo lo anterior te inspire y te dé el empujoncito que necesitabas. Nunca es tarde para empezar y aún estás a tiempo para formar tu propio grupo. Si ya lo practicas en tu país, comparte más ideas creativas para ahorrar y qué nombre curioso le tienen.

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Alejandra Rodas

Alejandra Rodas, su esposo y sus 3 lindas princesas viven en Guatemala. Es freelance en diseño gráfico e ilustradora infantil.