Las marcas de tu cuerpo cuentan una historia de amor

Toda madre tiene una historia que contar y la prueba se encuentra en su cuerpo.

Denhi Chaney

Todo cuerpo cuenta una historia, nuestra vida deja sus marcas así como también las decisiones que tomamos. No se necesita de tatuajes para que nuestro cuerpo pueda relatar nuestra historia, lo cual es especialmente cierto para toda madre, ya que ninguna pasa por el embarazo sin tener alguna marca –en sentido literal así como también simbólico–. Toda madre sabe bien que tenemos sentimientos encontrados ante estas huellas. Por una parte testifican de nuestra labor y por otra que nuestro cuerpo ha dejado atrás la forma de la soltería y el egoísmo, en donde nuestro cuerpo solo trabajaba para nosotras.

Aunque no todas tenemos las mismas marcas, muchas podemos coincidir en algunas de ellas y el sentir que tenemos acerca de nuestro recorrido como madres. En lo personal tengo dos hijos y puedo decir que cada uno me ha dejado huellas distintas; y ahora que cuido de los dos, ellas siguen apareciendo para testificar que toda labor que se da con el corazón no viene de gratis. Tales marcas, son las que amamos pero también escondemos.

1. Las marcas del vientre

Estas, quizás las más obvias, son las que aparecen desde el embarazo cuando nuestro cuerpo cambia de forma drástica para dar cabida al bebé que crece dentro. Todo este milagro deja sus vestigios y aunque no todas tenemos estrías, nuestro vientre no vuelve a ser el mismo –al menos que trabajemos arduamente en ello.

2. Las marcas bajo los ojos

No conoces el verdadero significado del cansancio hasta que cuidas de un recién nacido. Todas esas horas perdidas de sueño –que por cierto no terminan con esa etapa– se manifiestan en las ojeras, que ni el maquillaje puede borrar, tras tantas horas de dar sin esperar nada a cambio.

3. Las marcas en los brazos

Aunque estas no son marcas visibles, toda madre conoce el dolor que se siente al terminar un día de cargar, arrullar, cocinar, de cambiar de ropa, de bañar y de todo lo que se requiere de estos brazos de madre.

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4. Las marcas de las manos

Aunque uno intente ocultarlo, las manos de una madre se reconocen porque rápidamente delatan los muchos pañales que han cambiado, cuantos han lavado, cuantas lágrimas han secado, cuanto han cocinado, limpiado y entre muchas otras cosas que dejan marcas de un buen uso.

5. Las marcas del corazón

Estas no se ven pero son las más profundas, muchas veces están llenas de alegría pero otras veces duelen. Desde el momento en que sabemos que estamos cargando vida dentro de nosotras, nuestro corazón nunca más vuelve a ser el mismo, este crece, madura y se estira al máximo. A veces podemos pensar que va a explotar de tanta alegría, de pesares, de preocupación, sin embargo, ahí sigue testificando que ha cambiado para nuestro bien.

Como mencioné antes, muchas veces queremos esconder estas marcas pues nos avergonzamos de ellas; es el momento de no solo aceptarlas sino amarlas por la historia que cuentan, por lo que nos recuerdan de nuestros hijos y de la clase de madres y mujeres que somos. Ante todo, enorgullécete de ellas pues son las marcas de muchas batallas, todas difíciles y todas ganadas.

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Denhi Chaney

Denhi Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia de Matrimonio y Familiar. Denhi también es esposa y madre de un niño. Puedes contactarla en .