Entuertos postparto y otras cosas que debes saber antes de dar a luz

La felicidad que nos causó del nacimiento de nuestra primera hija pronto se vio opacada al perder mi salud y estar al borde de la muerte. Quiero compartirte mi experiencia para que no te pase a ti.

Emma E. Sánchez

El embarazo fue normal, muy agradable y saludable. Cuando los dolores de parto comenzaron a ser más frecuentes nos fuimos al hospital; ahí estuve en labor de parto algunas horas hasta que llegó el gran momento. Todo fue realmente rápido, el médico hizo presión en mi vientre y en unos cuantos minutos más mi primera hija estaba en mis brazos. Regresé a casa sintiéndome feliz y fuerte pero, conforme pasaron los días perdí fuerza y cada día me sentía más y más débil hasta que al décimo día del alumbramiento quedé totalmente paralizada.

1. Los entuertos

Se les llama así a los dolores que sientes posteriores al alumbramiento producto del acomodo de los intestinos y demás órganos. Son dolores momentáneos y pasajeros que van reduciendo conforme pasan los días y para muchas mujeres es común sentirlos mientras amamantan. Las mujeres que experimentaron una cesárea no siempre los identifican pues llegan a tener dolores y molestias relacionados con la cirugía misma. Sentir o padecer los entuertos no debe causarte mayor dolor después de las tres semanas posteriores a dar a luz, de hecho, cada día que pase debes sentirte mejor sin perder la fuerza o la energía como fue mi caso.

2. La temida episiotomía

Afortunadamente cada día son menos los médicos que recurren a la episiotomía de manera rutinaria y esperan hasta el momento del nacimiento para hacer ese pequeño corte en el perineo, inclusive hay obstetras que prefieren que el corte se haga de manera natural, esto es, se desgarre. Cualquiera de las dos maneras, esto no debe de causarte mayores molestias, solo sentirás una ligera inflamación debido a los puntos que el médico hará. Estos puntos se irán deshaciendo poco a poco. Un aseo adecuado sin frotar demasiado el área es más que suficiente y entre cuatro a seis semanas podrás sentirte mucho mejor, sin molestias y hasta podrás retomar la intimidad en pareja. Si al sentarte, orinar o en algún otro momento tienes dolor, incomodidad o ardor, debes ir al médico pues en algunos casos se puede tratar de una infección.

3. La incontinencia urinaria y los ejercicios de Kegel

Para algunas mujeres, dentro de los tres primeros meses después del parto es muy peligroso reír o toser porque de inmediato hay “un accidente”, esto es normal mientras los músculos van retomando fuerza. Los ejercicios Kegel te serán de gran utilidad, comienza a practicarlos tan pronto termines de leer este artículo.

4. Los dolores o molestias posteriores a una cesárea

Recuperarse de una cesárea toma mucho más tiempo que un parto normal, por lo tanto ser paciente es primordial. Las molestias más comunes y a las que debes estar muy atenta tienen que ver principalmente con las infecciones. Sí, lo sé, es muy dolorosa la herida de una cesárea, pero debes lavar perfectamente y con cuidado el área cuando te bañes, no solo dejar caer agua o espuma por ahí, debes frotar suavemente y cambiar las curaciones tanto como sea necesario. Hay ocasiones en que sin que te des cuenta, se va formando pus dentro y solo hasta que revienta y sale por la herida sabes que tienes una infección, que por cierto, si estas amamantando puedes transmitirla a tu bebé. Asiste al médico para las revisiones de rutina y una vez que se retiren los puntos de la herida se cuidadosa con el aseo y los esfuerzos que hagas pues es verdad lo que dicen las abuelas: la herida puede volverse a abrir.

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Si en cualquier momento te sube la temperatura debes ir al médico. A veces al comenzar a amamantar algunas mujeres tienen fiebre, mantente atenta pues de no bajar corres riesgo.

Yo cometí un grave error, pensé que todas las molestias eran normales y que debía sobreponerme; para cuando llegué al médico una terrible septicemia se había desarrollado. Estuve veinte días en el hospital privada de mi bebé, débil, confundida y conectada día y noche a muchísimos medicamentos. Hasta tuvieron que hacerme una cirugía y mantenerme en observación por varios días más. Durante mi estancia en el hospital me di cuenta que no era la única que se había equivocado, otras tantas mujeres estaban ahí por razones similares a las mías, por eso, querida amiga, que esto no te pase a ti.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.