Cómo envejecer con actitud y dignidad
Si eres de esas personas que temen a la vejez, quizá leer este artículo te ayude a cambiar de opinión.
Erika Otero Romero
Si hay algo a lo que muchas personas temen, es a la vejez. Antaño, llegar a anciano no implicaba tanta presión social como ahora. Razón de esto es ver a cientos de figuras públicas que en sus años mozos lucían cuerpos y rostros que eran envidiables y que ahora, a causa de “guardar” la apariencia, se someten a tratamientos y cirugías que en lugar de hacerles lucir mejor, les hace parecer mucho más deslucidos que antes. Sin embargo, también hay muchas personas que en sus plenos setentas y ochentas tienen una lucidez mental y fortaleza física que cualquier joven de 20 años podría envidiar. A ese tipo de “edad dorada” es a la que muchos deberían aspirar.
Una vejez resplandeciente de vigor
Sería ideal poder caminar varios kilómetros al día sin quejarse de lumbago en la espalda o comer lo que se antoje sin miedo a la acidez estomacal. También sería estupendo recordar dónde está cada cosa, o fieles detalles de los eventos de la juventud como si hubiesen ocurrido ayer. A todo ello llamo “envejecer con dignidad y actitud”.
No está mal que una persona se someta a algunas cirugías estéticas, en últimas, es cuestión de gustos y dinero, pero al fin y al cabo lo exterior es solo el reflejo de un cuerpo interno sano. Es decir, nada gana una persona que al año se hace cinco aplicaciones de Botox en la cara y una liposucción, cuando no cuida lo que come, no se ejercita, no cuida el tiempo que duerme y tampoco la cantidad de agua que consume. Así podría ser eternamente esclava de los quirófanos y los centros de belleza y jamás tendrá una salud física adecuada. En cambio, debería dedicar más tiempo a su familia y a sí mismo.
Como ves, es inevitable envejecer, a no ser que partamos de este mundo antes de llegar a los 60 años. Por lo demás, debes dar por hecho que llegarás a esa etapa, por lo tanto, debes procurar aprovechar tu tiempo vital de la mejor manera posible y cuidar de todo lo que puede venir con la edad. Pero si ya te encuentras en esa etapa de la vida, acá algunos aspectos que te darán una perspectiva más positiva sobre estos maravillosos años dorados:
Tiempo
Durante la vejez, tienes más tiempo para hacer lo que te guste; caminar, dormir, ver televisión, trabajar en el jardín, pasear e incluso viajar junto a tu compañero o incluso tus hijos y nietos. ¿Por qué no disfrutar de esos pequeños placeres de la vida?
Sabiduría
Muchos aprendizajes has obtenido a lo largo de los años, mismos que seguro vas a compartir con todo aquel que desee escucharte. Puedes hablar sobre temas de amor y desamor, así como compartir tu sabiduría laboral o las recetas de cocina que por años has guardado solo para ti.
Libertad económica
Es la edad donde muchas personas ya están pensionadas, es claro que continúan las responsabilidades económicas pero, de hecho, si tienes tu casa propia comprada hace mucho y tu ingreso pensional es seguro, si has sido previsor y buen administrador, puedes disponer de algo de dinero para dedicarte a ti mismo un pequeño cariñito eventual.
Un negocio propio
Quizá no desees estar en casa tanto tiempo “ocioso”, así que si cuentas con algo de dinero ahorrado, un buen plan es poner tu propio negocio. Por pequeño que sea, te dará un ingreso y tiempo para distraerte, incluso te ayudará a conocer gente. Es solo cuestión de arriesgarte un poco.
Estudia
Este es una buen momento para estudiar lo que siempre quisiste y no pudiste, o alguna otra cosa que te llame la atención: desde clases de baile, hasta pintura, ¡lo que quieras!
Lee
Nunca es tarde para leer, es posible que descubras que no es tan aburrido como parecía cuando estabas en la escuela.
Es muy probable que el mayor error de los seres humanos sea considerar que la mal llamada vejez es una temporada de improductividad para las personas. Lo anterior es un grave error, ya que es en realidad la época de la vida donde se puede disfrutar a plenitud del tiempo y de los seres queridos, así como el amoroso encuentro consigo mismo. ¡Siempre es posible envejecer con estilo!