¡El día que apagué la tele!

"La televisión puede darnos muchas cosas, salvo tiempo para pensar". Bernice Buresh

Yordanka Pérez Giraldo

No me voy a poner a hablar en contra de las telenovelas, no es que no haya tela de donde cortar con sus argumentos, como “para ser feliz el galán debe ser crédulo, millonario y falto de carácter, sobre todo ante sus padres y ex novias”, o la típica chica que “para ser la mujer ideal ha de ser pobre, inexperta y muy dada al sacrificio”. Más bien les voy a hablar de lo que pasó el día que decidí —cual alcohólico anónimo, solo por hoy— que no tocaría el control remoto.

Resulta que puse música, bailé mientras preparaba el almuerzo, canté a voz en cuello, dejé la cocina tan limpia como cuando mi suegra viene a visitarme. También dejé mi pijama y me enfundé en unos jeans, una bonita playera, peiné mi cabello y ricé mis pestañas, solo porque sí.

Me pesé y descubrí 1 kilo que no estaba ahí la semana pasada y decidí salir a correr, tomar agua y usar esa lechuga que de haber esperado un día más hubiese terminado en la basura; porque es más fácil comer sin conciencia que concientizarme y planear un menú nutritivo que no me dañe.

Contesté mensajes de personas que me quieren y a las que quiero, de las cuales me separa el Océano Atlántico pero no los sentimientos y decidí demostrárselos con unas líneas que, por estar como autómata frente a la televisión, había postergado demasiado tiempo.

Adoro la tecnología

Hoy día cuando no estamos durmiendo, cosa que ya hacemos cada vez menos, estamos atorados en el tráfico, trabajando y el resto del tiempo, lo más seguro, es que estemos frente a un dispositivo electrónico.

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Según Mary Meeker, mujer de negocios y analista, quien es algo así como la gurú de las tendencias tecnológicas en diferentes países, en Latinoamérica pasamos no menos de hora y media frente a la tele y aproximadamente 3 horas frente a nuestro Smartphone. Si lo redondeamos, nos deja con que cinco o más horas diarias de nuestro día las dedicamos a mirar una pantalla.

No es de extrañar entonces que proliferen cada vez más los sitios para encontrar pareja, como Tinder, Skout, Badou, entre otros. Y es que estamos tan absortos con la tecnología que no somos capaces de ver quién está a nuestro lado y en vez de tener experiencias en vivo y en directo, preferimos las imágenes retocadas con Photoshop, la risa por medio de emoticones, abreviaturas y onomatopeyas, más “salir con alguien” sin salir de tu casa.

Resultados negativos

El problema con esta tendencia a la alza es que repercute en la calidad de vida, entre otras cosas. Mientras más tiempo pasemos sentados, sobre todo cuando es por elección y no por necesidad, más paga nuestro cuerpo las consecuencias, por ejemplo:

  • La televisión aísla y este aislamiento a la larga afecta nuestros estados de ánimo creando tendencia a deprimirnos.

  • Lo que no se usa se atrofia y así pasa con nuestro cuerpo cuando pasa demasiado tiempo sin actividad física.

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  • Nos desensibilizamos, cuando nos saturamos de una imagen o situación, empezamos a ver esa condición como algo normal. No es noticia que los medios hacen hincapié en el sexo como única muestra de amor, o vemos a menudo imágenes de extrema violencia que simplemente dejan de sorprendernos.

  • Promueve el consumo como modo de alcanzar la felicidad. Si no tienes tal objeto no eres feliz; así terminamos convirtiéndonos en seres que aman los objetos y que desechan las personas.

No sólo es estar vivos, sino disfrutar la vida; esta afortunadamente está llena de maravillas que enriquecen la existencia a quienes estén dispuestos a darse la oportunidad de salir a disfrutarla. Yo hoy apagué la televisión, el plan es solo por hoy, pero ¿por qué no mañana y todo el mes? ¡Haz lo mismo, inténtalo tú también!

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Yordanka Pérez Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.