3 pasos para aprender a renunciar a lo que no te conviene

No te aferres a una posibilidad que no te conviene como si fuera la última tabla de salvación. Dios tiene infinitas opciones para quienes le aman y confían en ÉL.

Diana Cantor Martinez

¿Cómo saber cuándo una situación no nos conviene? Y ¿cómo aprender a renunciar a ella? La vida nos plantea constantemente situaciones y tomar decisiones grandes y pequeñas es tarea de todos los días. Ante ese dilema muchos se quedan estancados y confundidos sin saber cómo salir de determinadas situaciones.

Hombres tentados a dejar su hogar justificándose en el desamor por sus esposas. Mujeres que ante la indiferencia de sus esposos se refugian en halagos pasajeros y atentan contra la estabilidad de sus matrimonios. Existen miles de personas que no saben cómo renunciar a una adicción o que aceptan relaciones afectivas que no les aportan nada positivo, otras no son correspondidas o que continúan con amoríos que tan solo traen dolor y sufrimiento a sus vidas; las situaciones son innumerables. Sin embargo, ante la aparente incapacidad de renunciar a esa situación inconveniente que solo daña, queda la esperanza de recobrar el juicio y encontrar el camino. Sigue leyendo y aprenderás cómo lograrlo.

1. Distánciate de la emoción y evalúa la situación

Usualmente las situaciones inconvenientes traen grandes cuotas de sufrimiento y la retribución, la felicidad o el placer que producen son relativamente de corta duración o pocos comparados con los momentos de incertidumbre y culpabilidad. Para avanzar y encontrar la salida a esa situación, es necesario despojarse un poco de la emocionalidad. Dejar de sentir que es imposible parar y poner un poco de razón a nuestros sentimientos es perfectamente posible.

Así que, al evaluar la situación no solo piensa en lo que quieres y en la satisfacción momentánea que te produce, sino piensa en las consecuencias y especialmente proyéctate en el futuro. Hazte estas preguntas: ¿Cómo será tu vida en cinco años si sigues inmerso en esta situación inconveniente?, ¿qué estás perdiendo?, ¿qué estás ganando? Las respuestas pueden darte una luz.

2. Busca una ayuda sensata

Es difícil ser nuestro propio consejero, particularmente cuando estamos tan involucrados y la situación se ha salido de control. En este caso, buscar ayuda es lo más seguro, ¡pero no cualquier ayuda! Piensa en una persona con una moral alta a la que admires y respetes por sus principios y valores. Es importante que sea alguien ajeno a tu núcleo familiar, que pueda expresar objetivamente su opinión. Puede ser un amigo, un psicólogo, el pastor de una iglesia o incluso un familiar que no conviva contigo. Te aseguro que te mostrarán algunas facetas de la situación que tú no has visto con claridad.

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3. Confía en el futuro

En muchas ocasiones nos mantenemos aferrados a una situación que nos hiere y que no nos aporta nada bueno, únicamente por miedo al futuro. Incapaces de renunciar a esa pizca de satisfacción, desconfiamos de un mejor mañana. No te aferres a esa posibilidad como si fuera la última tabla de salvación. Dios tiene infinitas opciones para quienes le aman y confían en ÉL.

Ora a Dios en todo momento. Que tu ruego no sea por alcanzar lo que quieres sino que sea por lo que más le conviene a tu vida. Vas a sentirte triste, porque tomar la decisión de dejar algo, aunque sea inconveniente para tu vida, representa una perdida y las perdidas traen dolor; pero confía con todo tu corazón en el Creador ya que ÉL todo lo puede. Supera tu duelo y al final te sentirás feliz de haber vencido.

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Diana Cantor Martinez

Hay un momento de la vida en que descubrimos que necesitamos un cambio para poder avanzar y crecer reconoce el momento y no pierdas la oportunidad.