Mi consuegra, ¿amiga o enemiga?

La batalla entre nuera y suegra es cuento de no acabar, y pocas veces hablamos de otra relación política que se da entre mujeres, la de las consuegras, una relación igualmente importante para la felicidad de la nueva pareja.

Emma E. Sánchez

Nunca deja de sorprenderme lo intrincadas y complejas que pueden llegar a ser las relaciones familiares en las diversas etapas de nuestra vida, pues nunca terminas de aprender, de adaptarte y de buscar amar más y de mejores maneras a los tuyos y, por ende, a quienes ellos aman. Porque esa es la clave.

Cuando dos personas se unen y forman su propia familia, otorgan al resto de su parentela la oportunidad de crear una familia más grande, fuerte y solidaria, y son las mujeres de ambas familias quienes les dan estructura y fortaleza a los lazos que se necesitan para abrazar con cariño y cuidado a cada miembro de cada familia. Las nueras son el eslabón en el que dos madres –la suya y la de su esposo– coinciden, pero son las consuegras quienes afianzan dos mundos y dos familias totalmente diferentes con una sola coincidencia: el amor a los hijos que crecerá y se multiplicará cuando lleguen los nietos.

Si ya “hueles a suegra” o estás a punto de convertirte en una, estas pequeñas recomendaciones te serán de gran utilidad; por favor, léelas detenidamente y considéralas:

1. Decide amar a quien tu hija o hijo ame

Tal vez cuando leas estas líneas solo tengas a tu pequeño bebé en brazos y la situación con tu nueva familia política no sea precisamente muy buena, por eso, por lo que en este momento estás sintiendo y experimentando es que debes asumir la decisión de amar a quien tu hijo ame, de esforzarte por hacerlo una vez que él haya unido su vida a alguien más. Quita de tu cabeza toda idea de propiedad sobre tu hijo, deja de repetir en tu mente que tu hija es tan única y especial que cualquiera es poco para ella. ¡Al contrario!, comienza a orar y a pedir muchas bendiciones para que esos otros padres –como tú– estén criando a un hijo o una hija buena para el tuyo, y tú haz tu parte.

Si tuviste una mala experiencia con tu suegra, decide no cometer sus errores y hacer sufrir a otra joven como sucedió contigo. Cambia la mala experiencia en una oportunidad de formar parte de algo más grande que tú y si fue buena, ¡mejórala todavía más!

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2. Decide que harás todo lo posible por ser una buena consuegra

El primer paso ya lo tienes dado, tu nuera o tu yerno te aceptarán y poco a poco irán desarrollando mucho amor por ti; el segundo, entonces, será más fácil, pues ¿qué madre no ama a quien ama a su hijo? La relación entre consuegras se inicia formalmente con mucha frecuencia a partir del compromiso.

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Sé muy prudente y considerada con tus opiniones, y de ser necesario platica a solas con tu futura consuegra, invítale un pastelito y conversen, conózcanse, dale tu número de teléfono y manifiesta tu deseo de colaborar, de cuidar y velar por la nueva pareja, y de respetarlos.

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3. No importa cuántos años ya tenga el matrimonio de tu hijo, ni lo que hayas hecho mal en el pasado con tu nuera o yerno, siempre tendrás la oportunidad de corregir y enderezar el barco

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Comienza reconociendo lo que no hiciste bien, o si quieres “terapia de choque” invita a tu hija y yerno a que, con honestidad, te indiquen en qué puedes ser mejor persona para con ellos y, de ser necesario, ofrece sinceras disculpas; luego comienza tu camino a la felicidad.

La primera Navidad que pasamos como matrimonio mi esposo y yo tuvimos la disyuntiva de decidir a cuál casa de nuestros padres deberíamos ir para celebrar, mi suegra vio mi aflicción y me dijo: “No te preocupes, vamos a hacer algo. ¿A qué hora es la cena en casa de tus padres?”. Una vez que le hice saber todo resolvió: “Entonces, aquí la haremos más temprano para que puedan irse a tiempo y pasar también la noche con tu familia”. Desde aquella ocasión solo he recibido de ella grandes lecciones y he visto cómo se esfuerza por mantener unidas a todas las familias que integramos su bella familia.

Sé que tú también harás tu parte para fortalecer el amor.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.