¿Qué tienen en común todas las religiones? ¡Vas a amar el resultado!

Hace seis meses se realizó en Roma un coloquio que reunió a líderes de 14 religiones procedentes de casi todas las regiones del planeta. ¿Sabes sobre qué hablaron?

Rafael Vázquez

En un mundo que cada vez parece insistir más en las diferencias y la exclusividad, donde la discordia parece ser el clima humano imperante y en el que, por lo mismo, la diferencia de creencias muchas veces se refleja en desacuerdo, animosidad e incluso enemistad y beligerancia, un coloquio tuvo una fuerza y convocatoria inusitada. Su realización se dio en el clima de la más elevada hermandad, de la mayor preocupación por la humanidad y culminó con establecimiento de metas en común, como muy pocas veces hemos podido ver.

¿Y cuál era el asunto que los reunió? El Coloquio internacional sobre la complementariedad entre el hombre y la mujer fue convocado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, a cargo del Cardenal Müller. En pocas palabras, trató sobre la importancia del matrimonio y la familia. Asistieron representantes de catorce iglesias distintas y de casi todas las regiones del mundo, a todos los cuales se invitó a expresar sus creencias y posturas sobre lo que está ocurriendo con la familia en la actualidad.

La gente está renunciando al matrimonio

“Vivimos en una cultura de lo provisorio —dijo el Papa Francisco, quien abrió la asamblea—, en donde más y más personas renuncian al matrimonio como compromiso público. Esta revolución en las costumbres y en la moral a menudo ha hecho flamear la bandera de la libertad, pero en realidad ha traído devastación espiritual y material a un sinnúmero de seres humanos, especialmente a los más necesitados y vulnerables. Son siempre ellos los que sufren más en esta crisis”.

Sobre este tema puedes leer: ¿Recuerdas quiénes son los seres humanos más vulnerables?

La familia: nada es más importante

Durante tres días de conferencias, intervenciones y sesiones de preguntas y respuestas, los líderes de todas esas denominaciones coincidían asombrosamente en puntos que dejan en claro cómo la devoción y el compromiso de los creyentes con la divinidad, se manifiesta preponderantemente en las convicciones más firmes sobre la familia. Sin ello, la religión pareciera no tener sentido. Esos puntos en común fueron:

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  • La importancia del matrimonio entre hombre y mujer

  • El carácter sagrado de la institución del matrimonio

  • La importancia de la familia como la unidad básica de la sociedad

  • Los valores, la fidelidad y el compromiso van inseparablemente unidos a la familia

Fue sorprendente no solamente para el público que se ha ido enterando de esta cumbre, sino para los mismos participantes, darse cuenta de que el tema de la familia tiene mucha más importancia que las diferencias políticas, económicas y religiosas. Cuando se trata del amor por el cónyuge, las esperanzas y cuidado de los hijos, todos ellos están en pleno y total acuerdo.

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La familia en la sociedad actual

En el coloquio, muchos participantes expusieron el problema de conciliar el concepto de la familia y el matrimonio en su carácter sagrado, con los estilos de vida y los valores de las mayorías que son promovidos por los medios masivos de comunicación. Es extremadamente difícil criar hijos responsables y mantener unida la familia y los matrimonios en un clima en el que la televisión, el cine, la música y los contenidos en línea abanderan como aceptables —e incluso deseables— la inmoralidad, la carencia de valores éticos, la violencia gráfica, el sexo recreativo y las formas de vida que son peligrosas y autodestructivas. Así mismo, se tacha de anticuado o retrógrada a todo aquél que tiene y propugna valores tradicionales.

Por si fuera poco, la vertiginosa velocidad a la que corre la actividad humana en general —los trámites, las exigencias empresariales, el apremio económico, el avance tecnológico y científico—, también hacen muy difícil hallar un equilibrio práctico entre el empleo, la familia y las necesidades personales que en la actualidad. Es necesario ayudar a todos los seres humanos a encontrar un norte que oriente sus esfuerzos en lo que es prioritario, a pesar de que todas las responsabilidades personales y laborales estén gritando para llamar nuestra atención.

En este sentido van las palabras del columnista del New York Times, David Brooks: “A las personas no les va mejor si se les otorga la máxima libertad personal de hacer lo que les plazca; les va mejor cuando tienen que atender compromisos que trascienden sus intereses personales: compromisos con la familia, con Dios, con su trabajo y con el país”. (“The Age of Possibility”, New York Times, 16 de noviembre de 2012, pág. A35)

Conclusiones

En el discurso inaugural, el Papa Francisco exhortó: “no se dejen envolver por la mentalidad dañina de lo provisorio, sino que sean revolucionarios con el valor para buscar un amor fuerte y duradero, es decir, de ir en contra de la corriente”.

En este otro artículo ya hemos hablado de que no debemos dejarnos llevar por las multitudes.

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Y el último de los oradores, Henry B. Eyring, uno de los líderes representantes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, dijo: “Si la mayoría percibió esa similitud de prioridades y creencias sobre la familia, si todas esas religiones prácticamente coinciden en lo que debe ser el matrimonio, y si coinciden en el valor que se debe dar al hogar y a las relaciones familiares, ¿entonces en qué nos diferenciamos?”

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