Aprender a escribir se da en casa

A diario miles de niños aprenden a leer y escribir. Aunque parece cosa normal, no para todos es un proceso sencillo. Evita sin sabores y prepara a tu niño para disfrutar de la escritura en el futuro.

Emma E. Sánchez

Leer y escribir son las dos herramientas fundamentales para el desarrollo de muchos aspectos de la vida de tus hijos, por lo que prepararlos para este gran logro en sus vidas, es de vital importancia. ¿Sabías que tú misma puedes hacerlo desde casa, mucho antes de que inicien su educación formal en el preescolar? No es necesario comprar libros o hacer infinidad de tediosos ejercicios, se trata de preparar los músculos del brazo y la mano de tu pequeño, ayudarlo a desarrollar la coordinación mano-ojo y promover una sana actitud hacia la escritura en general. Como ves, lo único que necesitas es el deseo de hacerlo y mantener el interés por lograrlo de manera natural, progresiva y divertida. ¿Iniciamos?

En verdad resulta maravilloso ver cómo un pequeñito puede comenzar a tomar con su manita un color y sorprenderse de que algo sale de ahí para quedarse plasmado en un papel o alguna superficie. Una vez que lo descubre, tus paredes y pisos ¡no estarán salvo!

Cuándo y cómo comenzar

Cuando un niño ha alcanzado entre 11 y 12 meses de edad, ya es capaz de sostener un lápiz en sus manos para hacer marcas y trazos. Poco a poco y con el tiempo, intentará trazar con una sola mano a la vez, sin distinguir una preferencia por la derecha o la izquierda. Si tu hijo será zurdo, diestro o ambidiestro, lo podrás detectar conforme continúe desarrollando su trazo, así que permite que trace libremente con cualquiera de sus manos y que dibuje todo lo que quiera por el tiempo que desee. Los grandes pliegos de papel son la mejor opción para desarrollar este aspecto.

La forma correcta de tomar el lápiz

Este es uno de los aspectos que nos preocupan mucho, sin embargo, esta habilidad también se irá desarrollando poco a poco, por lo que deberás observar detenidamente su desarrollo para intervenir solo cuando sea prudente. Un mal agarre del lápiz o cualquier instrumento de escritura, puede traer consecuencias como mala letra, cansancio físico, molestias musculares o la pérdida de interés por escribir.

Uso de otros materiales y herramientas

El uso de materiales como plastilina, pinturas, cucharas, gises contribuye a la maduración de sus músculos, por lo que es recomendable que le brindes experiencias en las que pueda tener contacto con ellos. Una forma sencilla es que cuando vayas a preparar la comida, involucres a tu pequeño en el proceso. Pídele que lleve y traiga las verduras, que abra los chícharos, que ponga frijolito por frijolito en una olla o que pase agua de un traste a otro. Separar cucharas de tenedores, doblar servilletas y todas las cosas que impliquen mover sus dedos índice y pulgar para formar una “pinza”, son actividades que le ayudarán a desarrollar su capacidad para sujetar objetos pequeños.

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Como lo irás notando, estas actividades le ayudarán mucho para que, a futuro, sea capaz de tomar de manera correcta un lápiz. Si bien no existe una manera única de sujetar un lápiz, le llamamos “correcta” a aquella forma que no lastima ningún músculo, que no genera “callos” o marcas en los dedos y que es funcional para el que escribe.

Gatear y sentir con manos y pies

Permite a tu hijo gatear en “cuatro patas”, es decir, con rodillas y manos. Quítale los calcetines y permite que sienta todas las texturas posibles con sus manos y pies. Juntar piedritas es también una excelente actividad para distinguir las formas y tamaños, así como para fortalecer la motricidad fina.

Recortar, pintar, armar

Consigue un par de tijeras con punta redonda y mucho papel reciclado, ayúdale para que comience a ejercitarse para un día recortar. Actualmente en el mercado hay un sinfín de productos seguros para su uso con niños pequeños. También puede rasgar papel, luego hacerlo “bolita” y lanzarlo; es una actividad muy divertida y de mucha utilidad física. Ten a mano pinturas, juegos de piezas armables, rompecabezas y muchos, muchos colores gruesos.

Trabajos sencillos como barrer, lavar pequeñas piezas de ropa o trastes en una cubeta, le dará a tu hijo largos periodos de concentración, placer y ejercitación motriz.

Nunca cometas el error de presionar a tu pequeño para que escriba correcta, clara y rápidamente. Hacer cientos de planas tampoco hará gran diferencia: solo consolidará malos hábitos. Los ejercicios musculares previos son la clave para una buena letra y para desarrollar un gusto por la escritura. Una vez que tu hijo inicie la educación preescolar, infórmate sobre el tipo de letra que le enseñarán y si es posible, prefiere la letra cursiva sobre la letra script, ya que esta última puede prevenir problemas de dislexia que pueden llegar a desarrollarse, pero esa, es otra historia. Si deseas ahondar en este tema, puedes leer los siguientes artículos:

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7 principios para enriquecer el futuro de tus hijos
O puedes leer: 10 razones para inculcar el hábito de la lectura en los niños

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.