Tres cosas que no sabías de la caridad

Cuando escuchamos esta palabra, inmediatamente imaginamos un hombre desaliñado, con cabello sucio y sin hogar, pidiendo ayuda. Pero, ¿qué es realmente la caridad?

Rafael Vázquez

La Antigüedad Grecolatina es un océano gigantesco de conocimiento, historia, arte y legado. Tuve la oportunidad de estudiar al respecto en la Universidad y no estoy ni cerca de llegar a la vigésima parte de su aprovechamiento, pero lo poco que he aprendido de ese mundo, me ha marcado profundamente.

Una de las cosas que más me gusta es la historia de las palabras. La etimología, es la rama de la lingüística que estudia el origen, el significado y la evolución de las palabras. Una de esas palabras tiene una pequeñísima explicación que, no obstante, me dejó perplejo cuando la aprendí. Se trata de la palabra caridad, por lo que hoy te voy a platicar tres cosas sobre esta palabra y su significado.

¿Qué significa caridad?

Quizás podamos comenzar diciendo cuál no es el significado de la caridad. Cuando escuchamos esta palabra, inmediatamente imaginamos un hombre desaliñado, con cabello sucio y sin hogar; que va caminando por las calles pidiéndole a la gente que le dé una ayuda, por lo general monetaria. Otra manera de conceptualizar la caridad tiene que ver con un donativo a una fundación (una empresa u organismo no gubernamental sin fines de lucro), que bajo casi todos los regímenes fiscales podemos deducir de nuestros impuestos.

Aunque el Diccionario de la Real Academia Española consigna el uso de “caridad” como sinónimo de “limosna”, es apenas la tercera acepción, por lo que en lingüística se conoce como un significado “por extensión”. Sin embargo, la palabra caridad procede del latín ‘caritas’, que significa ni más ni menos que ‘cariño’, ‘querencia’. Así, en latín algunas cartas podrían empezar con la expresión ‘caro amico’, que significa ‘a mi querido amigo’, o ‘carissimo filio’, que es ‘a mi hijo el más querido’. Todavía en idioma italiano podemos escuchar esa palabra casi sin alteración: ‘cara mia’ es ‘querida mía’.

Y es que todo lo que es “caro” sobrepasa en valor estimativo a todo lo demás. Nosotros queremos aquellas cosas y personas a las que damos un valor superior que al resto de las cosas y de la gente. La caridad es una forma de nombrar el amor, la empatía, el cariño y la simpatía.

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¿Cómo, cuándo y dónde se ejerce la caridad?

Habiendo puesto en su lugar el significado de la caridad, cuando aprendí su etimología entendí que las primeras personas a las que dirijo mi caridad son los miembros de mi propia familia. Entonces, aún vivía en la casa de mis padres con mi hermano, de modo que descubrir que los primeros beneficiarios de mi caridad debían ser ellos. Fue algo al mismo tiempo revelador y esperanzador. Pero como la acepción que la mayoría de la gente le da a la palabra “caridad” tiene que ver con ayudar y dar servicio a los demás, supe que antes de brindar ayuda, debía intentar sentir un cariño sincero, claro y sin reservas.

Por tanto, decidí que cuando me diera cuenta de que alguien estuviera pasando por una necesidad -ya sea que lo conociera o no-, me esforzaría por dejar que se anidara en mi corazón un sentimiento, aunque fuera muy pequeño, de amor, cariño, interés, simpatía y compasión, no solamente un sentir pasajero de lástima o de dolor. Ese sentimiento de caridad, definido como ahora sabía que debía ser, me ha ayudado a ser más decidido a actuar.

Ya hemos hablado de eso en Familias.com, puedes leer este artículo: Dar y recibir amor en familia con estos cinco hábitos

La caridad es una virtud

Las virtudes son el resultado de hábitos bien arraigados en la vida. Son mucho más palpables que los valores o los principios morales e ideológicos. Una persona que aspira a desarrollar una virtud, no necesita comprender a cabalidad la naturaleza filosófica del principio en el que se va a asentar su carácter. Solo necesita comenzar por ejecutar un acto motivado por ese principio y luego repetirlo. A medida que vaya repitiéndolo de manera más frecuente, habrá desarrollado un hábito. Si el hábito es lo suficientemente perdurable, le seguirá una etapa en la que los actos que realice, motivados por ese principio, serán parte inseparable de su carácter: entonces habrá desarrollado una virtud.

La caridad es una virtud que se debe adquirir un paso a la vez, sin fallar; realizando actos de bondad, de empatía, de auxilio y de interés genuino en los demás, desde nuestra esposa hasta el empleado menos conocido de la empresa donde laboramos. No siempre será fácil, pero nuestro compromiso con el principio de la caridad nos puede acercar rápidamente al logro de esta virtud, si lo llevamos al acto. ¿Cuál será tu siguiente acto de caridad?

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