4 grandes consejos para fortalecer tu matrimonio y ser autosuficientes

Sin importar la situación económica del lugar donde vivimos, existen tres reglas que hacen la diferencia entre una familia estable y la que se fragmenta a causa del dinero. Te invito a conocer y vivir estos principios.

Emma E. Sánchez

Entendemos por autosuficiencia a la capacidad que cada uno de nosotros puede llegar a desarrollar a fin de sostenerse a sí mismo, ya sea de manera económica o emocional. Cuando se es casado y se tienen hijos, se espera que todos los integrantes de este núcleo puedan llegar a ser autosuficientes, de tal manera que como familia se logre serlo y se tenga la capacidad de ayudar a otros.

Cuando somos autosuficientes la vida pinta mucho mejor en todo sentido, por lo que es importante reflexionar sobre cómo lograrlo y mejor aún, cómo hacer que nuestra familia llegue a serlo. Te ofrezco estos tres principios, que de aplicarlos sinceramente, poco a poco verás que tú y tu familia mejorarán en lo económico y en sus relaciones familiares y sociales. También, verás cómo se terminarán los temores por el futuro y su paso por esta tierra será agradable y llevadero.

1. Como matrimonio, sean totalmente honestos en el manejo del dinero

La honestidad es fundamental en todos los aspectos de la pareja y de manera especial, en lo que tiene que ver con el total de sus ingresos, el cómo los obtienen y cómo los gastan. Hacer un presupuesto, apegarse a él, dárselo a conocer a los hijos y permitirles involucrarse en estos aspectos, produce un efecto educativo que disciplina a toda la familia, la hace sensible y solidaria en los momentos difíciles y prepara a los más jóvenes para llevar vidas sencillas.

Cada familia es única y posee todo el derecho de administrar su dinero conforme mejor le convenga: hay familias que cuando ambos trabajan, ponen todos los ingresos en una sola cuenta y de ahí se derivan los gastos y pagos; existen otros matrimonios que prefieren conservar cada quien sus ingresos y repartirse las cuentas, mientras que en algunos más la cabeza de familia se hace cargo de todas las entradas de dinero y monopoliza la administración financiera. Sea cual sea tu caso, la honestidad en la pareja es lo más importante.

2. Trabajen y estudien

La idea de trabajar y estudiar mientras se está casado o con hijos pequeños, puede llegar a ser algo chocante para algunas personas, especialmente cuando piensan que ya estudiaron y ahora no hay más necesidad de hacerlo. Lo cierto es que la vida da muchas vueltas y si contamos con alguna formación académica debemos mantenernos actualizados, aunque de momento no ejerzamos esa carrera u oficio. Cuando la madre se dedica al hogar y la crianza de los hijos, puede seguir capacitándose y aprendiendo, inclusive producir desde casa y colaborar con los gastos familiares. ¿Por qué es esto importante? Porque en algún momento la viudez, el desempleo o la discapacidad puede tocarnos y entonces deberemos estar preparados para sostener a la familia. Una de las grandes y mejores contribuciones que una esposa puede hacer a la economía familiar, es la administración del dinero y la creación de un almacén para emergencias; siendo esto último, créeme ¡un gran trabajo!

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3. Proporcionen educación a sus hijos y anímenles a incorporarse a la vida productiva

Como padres solemos cometer muchos errores en la crianza y formación de nuestros hijos, pero el privarlos del trabajo y la educación no puede ni debe sucedernos.

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4. Hagan del servicio, una costumbre en el hogar

Cuando ayudamos a otros suceden tres cosas: primero, nos damos cuenta de lo que tenemos y lo que somos, tomamos conciencia de todo lo que nos hace falta aprender o tener para que nuestro servicio hacia los otros pueda ser en verdad efectivo. En segundo lugar aprendemos cosas nuevas, inclusive oficios o habilidades que más tarde podríamos necesitar o emplear para nuestro propio beneficio y por último, nos volvemos un poco más conscientes del esfuerzo que otros hacen para obtener lo indispensable, nuestros hijos se ennoblecen y todos nos volvemos un poco más humildes para aprender la diferencia entre lo necesario y lo superfluo.

De todo corazón, te invito a poner a prueba en tu hogar cualquiera de estos principios, verás que muchas cosas buenas suceden cuando los aplicas y cuando menos lo pienses, tu condición económica mejorará notablemente.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.