¿Problemas ahora? Asume la vida con optimismo

¿Sientes que eres de esas personas que se ahogan en una gota de agua? Aprende junto a tus hijos a mantener una actitud positiva antes los problemas de la vida

Erika Otero Romero

Dice un proverbio chino con gran sabiduría: “Si tienes un problema que no tiene solución, ¿para qué te preocupas? Y si tiene solución, ¿para qué te preocupas?” Ese consejo me ayuda a asumir las situaciones del diario vivir como posibilidades y hoy es mi deseo ayudarte a que veas los problemas del día a día a través de los lentes del optimismo.

Te invito a que recuerdes un momento cuando te han informado de una mala noticia, o cuando llegó a tu vida algo que solo representó problemas para ti. Rememora lo que sentiste: miedo, angustia, desesperación. Después pasaron los días y la situación que te llenó de ansiedad recién la supiste, poco a poco se superó por sí misma, o bien alguien intervino y logró reparar el asunto, o simplemente descubriste que no era tan grave como lo creías. Y ahora ¿Cómo te sientes? Un poco tonto quizá, pero en su momento te comía la cabeza, por fortuna después cambió todo.

La actitud para resolver problemas

La verdad es que hoy considero que no. Preocuparse trae consigo consecuencias físicas y psicológicas importantes que poco a poco deterioran tu vida y terminas incluso hasta teniendo dificultades con tus seres amados.

El único camino para solucionar problemas es conservar dos cosas: la calma y una actitud optimista. Solo cuestiónate ¿Puedes hallar la solución a los conflictos en medio de un ataque de miedo o angustia? Hasta donde yo sé la angustia y el miedo solo inspiran deseos de escapar del peligro.

Te exhorto a que te hagas las siguientes preguntas y que las respuestas las tengas muy presentes. Incluso, si lo deseas, anótalas en una libreta.

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1. ¿Siento que el problema me controla o soy yo quién lo controla?

Busca la forma de no permitir que te controle.

2. ¿Está en mis manos la solución?

Si es así, no esperes en solucionarlo, si no, entonces deja que las cosas tomen su curso.

3. ¿He salido antes de problemas más complejos?

Estoy segura que lo has logrado, así que no decaigas.

4. ¿Cómo lo he hecho?

Piénsalo. Sé que lo recuerdas.

5. ¿Tengo los recursos personales para salir de éste problema?

Todos los seres humanos poseen los recursos, solo que unos los desarrollan y otros no.

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6. ¿En qué me puede beneficiar éste problema?

En qué vas a madurar como no tienes idea.

7. ¿Es mi actitud la que me ocasiona este problema?

Si es así, siempre puedes cambiar.

8. ¿Veo ésta situación como una posibilidad o como un fracaso?

Trata siempre de verla como una puerta hacia el progreso ya que de todo se aprende algo.

El aprendizaje del optimismo es tan importante como cepillarse los dientes

Si las respuestas no te dejan satisfecho te invito a que hagas los cambios necesarios para mejorar tu capacidad para resolver conflictos. Por supuesto, es importante enseñarle a tus hijos asumir una actitud positiva ante los problemas, ya que será la que determinará los “lentes” con los que miren hacia el futuro. Será la que los dirija en la búsqueda de sus sueños y luchando por ellos con ahínco y sin temor a arrancar de nuevo después de un fracaso. ¿Cómo hacerlo? He aquí tres sencillos consejos:

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A. Enséñales a ser tranquilos

Quizá sea algo difícil para un niño, pero se logra ayudándolo a relajarse, sin contaminarse de los problemas de los adultos. Siempre saca tiempo para contarle un cuento o ver una película infantil. Permíteles que vivan su infancia a plenitud.

B. Guíalos para que no sean pesimistas

Cada que veas que tu niño se dice a sí mismo: “no puedo” incentívalo a que sea capaz de hacerlo que él dice que no puede ejecutar. Así le demuestras que puede hacer todo lo que se proponga siempre y cuando confié en sí mismo.

Hijos con principios y valores, hijos seguros

C. Cuida que tu crítica siempre sea constructiva

Nada sacas con decirle a tu niño: “eso está mal, no sirves para nada” lo único que vas a lograr es que pierda la fe en sí mismo y te tenga resentimiento y temor. Es mucho mejor que les digas “está bien pero puedes hacerlo mejor, déjame te ayudo” o “así no es hijo, es de esta manera” guíalo con amor y ganaras mucho más.

Bullying parental

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Si aún estas en el proceso de cambio hacia una manera adecuada para asumir una resolución efectiva de problemas, aprovecha la crianza de tus hijos para junto con el crecer y tener una visión del mundo mucho mejor que la actual y siempre intenta ser feliz.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.