Si piensas que Internet siempre tiene la razón, no leas esto

Internet se ha convertido en una arma de doble filo: por un lado, ofrece información útil y seria, por el otro, mentiras que pueden ser muy costosas.

Arturo Leonardo

Internet surgió en 1995 con la firme intención de apoyar la candidatura de Arnold Schwarzenegger a la presidencia de Estados Unidos. Después de analizar el éxito que la película Terminator 2 tuvo en el país, la CIA, la NASA y la PESA idearon un plan para que, en secreto, todas las referencias a Schwarzenegger terminaran en una especie de súper carretera de la información.

¿Una idea disparatada? No lo creas, puedo garantizarte que un puñado de personas (o quizá más), leyeron solamente ese primer párrafo y ya tienen material de conversación. Así funciona el Internet: puede ser el mejor aliado informativo, o el pasaporte directo a convertirte en una broma.

Las fuentes, siempre las fuentes

En el periodismo hay una regla de oro, que bien se debería aplicar ahora a todos los usuarios de Internet: “Revisa siempre tus fuentes”. Bueno ¿y qué rayos es una fuente? Claro, además de esas estructuras inmóviles de sujetos que, casi siempre, no sabemos quiénes son y que echan agua, la fuente resulta ser el origen de la información.

Mi primer párrafo pudo ser muy creativo (si no me aplaudo yo, ¿entonces quién?), pero carece de cualquier tipo de rigor periodístico. No digo quién lo dijo, cómo lo dijo, ni en dónde lo dijo. Esas son las preguntas básicas que debes de hacerte cuando leas un texto en Internet.

En la actualidad, existe un tipo “boom” de sitios web donde se publican a propósito noticias de broma, sin embargo, es una realidad que la gente tiene problemas con la lectura de comprensión. Entonces, en el mejor de los casos, esas páginas advierten que son notas inventadas. Pero como a San Flojera se le prenden siempre veladoras, entonces lo más fácil es compartir la nota tras morder el anzuelo de un encabezado atractivo.

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Recomendaciones para leer en Internet

1. La dirección web

No es una regla, pero generalmente los sitios .com o .net son de mayor confianza; pero aun así, verifica su autenticidad. Si, por ejemplo, usan el nombre o un concepto ya muy conocido, ahí puedes encontrar la trampa. Los .org son medios oficiales por lo que, al menos en teoría, lo publicado ahí está sujeto a normas de calidad importantes.

2. La reputación

Digamos entonces que te encontraste un sitio tipo: fufurufo.com. Está bien, el nombre tiene la misma credibilidad que un político diciendo que nunca ha robado; entonces revisa qué tipo de contenido publica y su lenguaje, fíjate quién escribe y cómo escribe.

3. Pasa del primer párrafo

Lo mencioné al inicio: por las prisas o simplemente porque la nueva forma de leer en un smartphone así lo dicta, únicamente tomamos el tiempo suficiente para leer apenas unas líneas. Piensa siempre que a lo mejor eres parte de un experimento macabro que trata de probar lo fácil que es engañar a las personas, con apenas un enunciado, ¿piensas dejarte?

4. Usa a San Google

Si hay algo que no te cuadra o que tienes duda, googlealo. En la actualidad las noticias viajan más rápido que la chancla voladora de mamá cuando uno se portaba mal. Entonces, si en verdad pasó, seguramente alguien más tendrá otra versión del mismo hecho.

5. Desconfía de todo

No te creas nada a la primera impresión, es más, ni esto que acabo de escribir: tal vez solo tenía mucho tiempo libre y quise desquitarlo mientras esperaba el camión.

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Internet se ha convertido en un arma de doble filo: por un lado ofrece información útil y seria, por el otro, mentiras que te pueden hacer pasar un mal rato.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.