Cómo hacer un proyecto de vida

En otras ocasiones he hablado de los beneficios de un proyecto de vida. Hoy te compartiré dos ejemplos para que ayudes a tus hijos a fijarse un plan que les guíe a su auto realización.

Rafael Vázquez

En un artículo que escribí para familias.com, expuse dramáticas demostraciones de cómo la carencia de un proyecto de vida puede hacer que vayamos siendo arrastrados por cualquier pequeña marea hacia lugares en los que no sólo no imaginábamos estar, sino que quizás desearíamos nunca haber conocido. Y es que si no sabes a dónde ir, seguramente terminarás en otro lugar. Quienes lo saben, comprenden la claridad diáfana del gato Risón del cuento de Lewis Carrol, Alicia en el País de las Maravillas. En algún momento de la historia, Alicia le pregunta al felino: ¿qué camino debo seguir? a lo que éste responde: “Eso depende del lugar al que desees llegar”. Y es que si uno no sabe su destino lo más seguro es que de cualquier forma comience a caminar, pero esa caminata no conducirá a ningún lugar, pues no sabemos de qué deseamos alejarnos ni a qué acercarnos. Es por esta razón que a continuación te comparto algunas reflexiones al respecto.

¿Qué es un proyecto de vida?

El proyecto de vida no es sólo aquel sueño intangible en el cual pensamos, pegados a una ventana en una tarde lluviosa. Es el plan escrito y detallado de acciones específicas que nos hará llegar al sitio exacto donde queremos estar. Es un documento personal y lo más importante de éste es que no se trata sólo de las metas escolares o laborales, sino de la vida en su totalidad: ¿cuál es el ideal de joven en el que deseo convertirme? ¿Qué tipo de profesionista quiero ser? ¿Qué clase de novio, esposo y padre busco alcanzar? ¿Cómo quiero verme, comportarme y ser visto cuando tenga canas en la cabeza y décadas de recuerdos?

¿Cómo se hace?

Desde hace unos años, les pido a todos mis alumnos que hagan su proyecto de vida. Deben existir muchas maneras distintas de fijarse un curso para la propia existencia, pero hoy te voy a compartir la forma en que yo les enseño a mis estudiantes a trazar este plan a partir de pequeñas instrucciones específicas:

  • El proyecto de vida es personal, se debe hacer en completa soledad y sintiéndose en total libertad.

  • Todo se debe poner por escrito.

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  • Fija la meta final o principal.

  • Averigua y fija los pasos que te llevarán a conseguir esa meta.

  • Ponle fechas a la meta final y a cada una de las metas intermedias.

  • Una vez que se sepa cuál es la meta intermedia más próxima, generar un plan de acciones específicas para lograrla. Si es necesario, fijar pequeñas metas intermedias para cumplir esa meta.

  • Sólo si es necesario, compartir con la familia los objetivos más próximos a realizar, para obtener apoyo y consejo.

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  • Buscar a personas que hayan conseguido esos logros (incluyendo la meta principal) y hablar con ellos para saber qué hacer.

  • Tener siempre presente la meta principal: en un cartel, en letreros, en el espejo, en espacios muy íntimos donde nadie más se asome. El objetivo de esta intimidad es evitar que la gente se ponga a opinar de modo irresponsable.

Ningún sueño es inalcanzable

Uno de mis alumnos me preguntó si pensar en trabajar para la NASA (Agencia Aeroespacial Estadounidense) era un proyecto viable, o ridículo e imposible. Le dije que aunque sonaba muy ambicioso, era perfectamente realizable, ya que existe un camino para llegar ahí. Nos pusimos a trabajar juntos y obtuvimos la ayuda del asesor psicopedagógico. El proyecto de su vida no lo conocí, pero el plan académico que le ayudamos a formar se veía bastante bien. Después de determinar que lo mejor sería estudiar un posgrado en Astrofísica en una Universidad de los Estados Unidos, aquel joven decidió que debía egresar de la única universidad en México que otorgaba un perfil acorde con sus aspiraciones, para lo cual debía egresar del bachillerato con el mejor promedio posible. Para lograr esto último, sabía que debía consultar a sus profesores de Matemáticas e Historia, asignaturas en las que tenía problemas, por lo que fijó fechas y puso manos a la obra.

Papá, mamá: apoyen, pero sólo eso

En el plan de vida deben entrar el amor, el noviazgo, el matrimonio, la paternidad responsable y todos los eventos que son inherentes a una vida plena.

Anima a tu hijo a fijarse un proyecto de vida. Enséñale cómo hacerlo, pero no lo obligues a compartirlo contigo. Será su mapa personal y puede que haya cosas en él que tú no entiendas o con las que estés en desacuerdo. Apóyalo, aliéntalo y obsérvalo volar hacia sus sueños.

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Fin de año: tiempo de ver lo vivido y de proyectar los sueños

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