4 diferencias entre un padre bueno y uno sabio

¿Sabes la diferencia entre ser un padre bueno o uno sabio? Descúbrelas y elige cuál quieres ser.

Adriana Acosta Bujan

Mi intención no es discutir con nadie, al decir que mi padre era el mejor del mundo. Aún llevó sus enseñanzas, su amor incondicional y su verdadera entrega a la vida familiar. Sin dar paso a su tristeza permanente tras la muerte de mi madre, él siempre supo la mejor manera de criarnos apoyarnos y guiarnos en todo momento (a mi hermana y a mí).

Lo recuerdo con esa alegría singular que lo caracterizaba, con su inteligencia y sabiduría para solucionar cualquier adversidad, con sus reglas y disciplina; él era un padre protector, que en lugar de resolverme mis problemas me ayudaba a encontrar soluciones; y sí, lo extraño mucho.

Después de su muerte me sentía devastada, como si me hubiera perdido en el desierto, desprotegida y sin encontrar un sentido a mi vida. Sin embargo, ya después de haber superado mí duelo, ahora que soy madre y abuela, me doy cuenta de los tantos y valiosos aprendizajes que adquirí gracias a él. Me considero una persona muy afortunada y bendecida por haberme encontrado en su camino, porque gracias a mi padre soy una mujer con valores, luchadora, invencible y feliz.

Ser padre no se aprende en la escuela

Todos deseamos en lo más profundo del alma convertirnos en los mejores padres de nuestros hijos, tratando de imitar el ejemplo que aprendimos durante la infancia, o tal vez, evitando esos errores que nuestros padres cometieron al momento de criarnos. Pero ser padre no es algo que se aprenda en la escuela o que exista un instructivo; solo se da, por medio de nuestras experiencias de vida.

No podría asegurar que durante el proceso de la crianza, no lleguemos a equivocarnos como padres, ya que todos somos imperfectos y gracias a eso aprendemos y comprendemos mejor las lecciones de la vida. Sin embargo, debemos conocer algunas diferencias que nos pueden ayudar a mejorar la relación con los hijos, como por ejemplo, entender la diferencia entre ser un “padre bueno” a ser un “padre sabio”.

Advertisement

Revisar estas ideas e identifica si estás siendo un padre bueno o uno sabio:

Padres “buenos” vs padres “sabios”

1 Libertad bajo condiciones

Un padre bueno es aquel que deja hacer a sus hijos lo que ellos quieren, que empatiza con ellos participando en sus fantasías, juegos y elocuencia. No existen los límites puesto que su pensamiento será “ellos algún día dejarán de ser niños”, así que le da la libertad de descubrir, aprender y explorar.

Un padre sabio es aquel que aprende a darles la libertad que necesitan sus hijos pero bajo condiciones y limitaciones, sabrá cuando es el momento de decir sí y cuando no. Es aquel que no deja que lo manipulen y no deja cabida a los chantajes sentimentales, puesto que sabe que la seguridad de sus hijos es una prioridad.

También sabe respetar el espacio personal e intereses de los hijos, sin involucrarse o prohibirles alguna cosa, siempre y cuando ese interés no perjudique la integridad personal y física de ellos.

2 Responsabilidades justas

Cualquier hijo pensaría que un buen padre es aquel que le ayuda a realizar sus tareas escolares, para así poder tener más tiempo para jugar y divertirse. Lo sé, algunas veces podemos caer en el error de hacer la tarea, con tal de que se apuren y tener más tiempo libre; incluso le ayudamos por desesperación al ver que no la hacen por cuenta propia.

Advertisement

Pero un padre sabio es aquel que guía, apoya y motiva a su hijo a hacer su tarea, sin resolverles nada; él ayudará a pensar y razonar a su hijo, para que por sí mismo pueda encontrar soluciones a sus problemas, y así fomentar el valor de la responsabilidad. El padre sabio cree fervientemente en la capacidad intelectual de su hijo, por ello le irá delegando responsabilidades conforme vaya creciendo y madurando.

3 Protección ante la vida

En realidad todos deseamos que los hijos crecieran dentro de una burbuja de cristal para que no les pase nada, no sufran y no los lastimen los problemas de la vida; pero lamentablemente es imposible. Por ello, se comete el error de ser padres buenos al sobreproteger a los hijos, para evitar que sean lastimados, menguando sus errores para que ellos no sufran las consecuencias de sus acciones.

Un padre sabio será aquel que en lugar de sobreproteger a su hijo de los peligros de la vida, está con a su lado guiándolo y apoyándolo, para que aprenda de sus errores y decisiones, brindándole el conocimiento de que cada acción buena o mala, lleva consigo consecuencias que se tienen que asumir con responsabilidad y valor.

4 Compartiendo el tiempo

Podemos decir que un padre bueno es aquel que comparte con sus hijos todo el tiempo libre que tiene, que se dedica a jugar y divertirse con ellos. El problema es que algunas veces deja de hacer cosas que tiene que hacer como adulto; tal vez, necesite descansar unas horas, o ver una película con su pareja, hacer ejercicio o cualquier otra cosa.

Un padre sabio es aquel que involucra a sus hijos a sus hobbies e intereses, encontrando las maneras adecuadas para compartir tiempo de calidad, divirtiéndose, aprendiendo y a la vez creando momentos significativos en la vida de ambos.

Advertisement

4 Enseñanzas de vida

Es maravilloso quitar nuestras culpas de padres comprándoles millones de regalos a los hijos, así no nos sentimos tan desobligados y malos. Un padre bueno podría ser aquel que lleva obsequios a los hijos en cada instante, que los complace comprándoles lo que desean sin poner límites; incluso les dan premios cuando están alterados o haciendo berrinches para calmarlos y tranquilizarlos.

La diferencia de ser un padre sabio, es que se deja de culpar por no estar con sus hijos el tiempo que desea y que les enseña, por ejemplo, a ahorrar y administrarse dándoles una mesada o mensualidad. Un padre sabio los motiva y enseña a obtener dinero por medio de su esfuerzo y trabajo, por ejemplo: es aquel que le dice a sus hijos que le laven el auto o limpien su cuarto para ganarse un dinero que podrán ahorrar y en un futuro comprarse lo que ellos quieran.

Ahora que conoces la diferencia de ser un buen padre a un padre sabio, ¿Cuál quieres ser?

Toma un momento para compartir ...

Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.