4 formas de ahorrar en las compras de Navidad
La Navidad ya está a la vuelta de la esquina, revisa estos consejos para no gastar de más.
Arturo Leonardo
Y así, sin más ni menos, el año ya se nos acabó. Para variar, no nos avisó y entonces nos encontramos de frente con la época navideña, estos tiempos sabrosos de frío, de detalles y reuniones. ¡Gulp!
Lo primero que hay que aclarar es que la Navidad no puede reducirse, a fuerza, a hacer regalos, pero siempre será un pretexto fabuloso para dar un detalle de corazón. Lo más importante siempre es compartir tiempo y momentos con los seres que más quieres, pero si estás en posibilidades de regalar algo diferente a lo que haces durante el año, pues, ¿por qué no?
Es común que en esta época todo lo que encuentres sea vendible, hasta perros con narices rojas te andan ofreciendo. Y si no controlas tu apetito voraz de compras, puedes terminar adquiriendo inutilidades como clavos decorados con nieve artificial. Pero si ya estás decidido a otorgar algunos presentes, más te vale seguir estos cuatro consejos para que en enero no termines llorando, previo a la espera de los Reyes Magos:
1. Anticipa tus compras
Es la ley absoluta. No esperes hasta el 24 de diciembre en la noche para comprar lo que tienes pensado. A partir de la famosa ley de la oferta y la demanda, que termina partiendo a la mitad las carteras, casi siempre a mediados de diciembre suben los precios de todo. Aparta tus regalos desde antes, o mejor aún, cómpralos antes de esa fecha. Total, casi desde el 15 de noviembre ya colocan por todos lados árboles de Navidad.
2. Sólo lo necesario
Recuerda esto. ¿De verdad es necesario un comedor decorado con Santa Claus? Compra aquello que vayas a poder utilizar en el año, y si son artilugios de la época, fíjate que de veras no los tengas. O de lo contrario, el pulpo-cableado de las luces de Navidad ocupará el espacio de tu ropa en el clóset a partir de ahora.
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3. Comparar, y no precipitarse
No cedas ante el llamado de “sólo por hoy, justo a esta hora, en este minuto”. Si es un buen descuento, lo dejarán algunos días, tiempo suficiente para que busques en otra tienda o local si eso es lo que cuesta. Generalmente, comprar un objeto y que te des cuenta de que tenía un precio más barato en otra –a veces apenas algunos pasos después de donde lo compraste– puede generar insomnio, estrés y fuertes dolores de cabeza y chipotes ocasionados por los topes que uno se da contra la pared después de preguntarse, “por qué no me esperé”.
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4. Echa cuentas, primero
Antes que cualquier otra cosa, paga tus deudas inmediatas: renta o hipoteca, comida, agua, luz, vestido, cuotas del colegio, etcétera, etcétera y etcétera a la novena potencia. No hagas planes con dinero que todavía no tienes, mejor revisa exactamente con cuánto contarás para “gastarlo libremente”, porque eso de comer trineos o bufandas no es para nada recomendable.
La planeación y el grado de dificultad aumentan si, al igual que yo, eres afortunado y tienes el cumpleaños de tu mamá y el de un hijo en los primeros días de diciembre, además de que el onomástico del otro pequeño es el 2 de enero, exacto, antes del Día de Reyes. Así que, por lo mismo, aquí lo importante es la planeación acompañada del ahorro.
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