4 productos que usas a diario con tu bebé que pueden perjudicar su salud
Algunos de los productos que estás usando en la higiene diaria de tu hijo pueden traerle serias consecuencias para su salud.
Fernanda Gonzalez Casafús
Nos encanta acariciar su suave cabello. ¡Su piel huele tan bien! Pero no todo lo que reluce es oro, y algunos de los productos que estás usando en la higiene diaria de tu hijo pueden traerle serias consecuencias para su salud.
Leemos las etiquetas pero no siempre entendemos lo que dice esa lista interminable de ingredientes. Con que diga hipoalergénico, o que sea un producto para bebés, ya confiamos en que no le hará daño a la piel de nuestro hijo. Sin embargo, a veces nos llevamos una sorpresa.
5 productos que debes usar con mucho cuidado (o evitarlos)
1. Toallitas húmedas
Para muchas de nosotras las toallitas húmedas son uno de los mejores inventos. Mis hijos están grandes y aún llevo un paquete dentro de mi bolso, para quitar los pegotes de helados y esas cosas. Sin embargo, algunas marcas de toallitas han sido removidas del mercado por resultar nocivas y peligrosas.
Al parecer, algunas de ellas contienen sustancias tóxicas para la piel del bebé, que producen alergias o problemas en la vulva de las niñas. La causa podría ser la combinación de conservantes, por lo que si observas una reacción alérgica en la piel de tu bebé, suspende su uso inmediatamente.
¿Qué usar?
A la vieja usanza, diría mi madre, “agua y jabón”. O, en su defecto, algodón embebido con óleo calcáreo, una sustancia que no afecta el PH de la piel.
2. Talco
Es uno de los productos más populares, sin embargo ya está cayendo en desuso gracias a la información acerca de lo peligroso que puede resultar su uso para los bebés. Es cierto que suaviza la piel y ayuda a mantenerla sequita, pero el peligro reside en la proliferación de sus partículas, que pueden entrar en las vías respiratorias del bebé.
En los menores de un año, las partículas volátiles pueden traer problemas pulmonares, por lo que es preferible descartar este producto si queremos evitar riesgos, al menos cuando los bebés son muy pequeños.
¿Qué usar?
El almidón de maíz es una buena opción para reemplazarlo. A mi me ha funcionado, y convengamos que al tacto se siente maravillosamente bien.
3. Colonias y fragancias
Muchos de los perfumes que me regalaron cuando mi hija nació quedaron guardados por un tiempo. Lo cierto es que, además de la fragancia y el alcohol que pueden contener algunos perfumes, existen decenas de sustancias que irán a parar a la piel del bebé y que no son nada saludables. Clorometanos, almizcles, butanos, ftalatos y otro nombres más raros aún que se depositan en el organismo de tu hijo.
Muchas de las sustancias provocan dermatitis, alergias y hasta algunas de ellas producen problemas hormonales y de desarrollo, así como riesgo de cáncer, problemas renales y respiratorios, entre otros.
¿Qué usar?
Mantén a tu bebé limpito y no necesitarás ponerle perfume. La piel de tu bebé huele naturalmente bien. Y si aún deseas ponerle algún tipo de fragancia, procura buscar alguna empresa certificada que garantice que sus fragancias son naturales, aunque aún así debes estar alerta ante la posibilidad de alguna alergia.
4. Aceites esenciales
Muchas de nosotras tenemos como costumbre echar unas gotas de esencia en la bañera del bebé. Ya sea porque nos gusta su fragancia o porque nos han prometido que así, el pequeñito dormiría más plácidamente.
Lo cierto es que cuando hace algunos meses coloqué unas gotas de esencia de lavanda en la bañera de mis hijos tuve que enguajarles la piel rápidamente. Ambos tenían ronchas rojas por toda la piel y tardaron mucho tiempo en irse. La esencia le había provocado una reacción alérgica, y sólo me di cuenta cuando mis hijos estuvieron cubiertos de manchas rojizas.
¿Qué usar?
No coloques nunca un aceite esencial de forma directa en la piel de tu bebé. Pregunta tu médico si puedes colocarlo en el humidificador o en algún hornillo, si buscas obtener los beneficios de sus propiedades.
Lo natural siempre es lo mejor. Es fundamental que como padres hagamos una lectura crítica de los productos que estamos usando a diario con nuestros hijos, para evitar las consecuencias.
Y no olvides consultar a tu médico siempre, para mantener óptima la salud de tu bebé.