4 razones que tú desconoces de por qué el odio puede destruir tu vida
“Ódiame o ámame, ambas están a mi favor… si me amas siempre voy a estar en tu corazón, si me odias siempre voy a estar en tu mente”.
Yordy Giraldo
¿Por qué odiamos? Aunque no queramos admitirlo el odio aparece por resentimientos, celos, envidia, miedo, ignorancia, rechazo y deseos de venganza. Odiamos porque somos incapaces de ponernos en el lugar del otro, entonces solo nos concentramos en lo que sentimos sin importar lo que los otros sienten.
Nos peleamos por lucir diferentes, por pensar diferente, por amar diferente, y nos erigimos jueces de todo y de todos. Pero pretender que todas las mentes respondan a los mismos intereses es una verdadera tontería, un atentado a nuestro libre albedrío, además de que no me imagino un mundo más inexpresivo, aburrido e inapetente para habitar.
Lo creas o no el odio se contagia, y de hecho creo que es eso lo que nos está sucediendo, pero ¿cómo se contagia el odio? El odio se disemina porque tenemos a una persona que tiene, según su parecer, un argumento para odiar, y apoyado en un ambiente propicio, se dedica a implantar en el resto el mismo pensamiento que él tiene. Así entonces el primero quizá odie con razón, pero el resto solo compró su versión de los hechos. Pero, ¿cómo no caer en el juego del odio?
Que no paguen justos por pecadores
Uno de los problemas de odiar es que nos ofuscamos tanto que lo que uno hizo queremos que lo paguen todos. Odiar es una palabra muy fuerte, no es lo mismo no compartir posturas, acciones, o estar ante una situación que merezca sanción y otra muy diferente responder con violencia, porque de eso trata el odio, de violencia.
Odiar es una elección
Los seres humanos somos emociones, no podemos evitar sentirlas, pero también somos raciocinio, de hecho es ésta la premisa que usamos para decirnos superiores de los animales. Entonces usémoslo y demostremos que estamos muy por encima de las emociones primarias.
El odio nos convierte en lo mismo que odiamos
En mi vida me he encontrado con uno que otro monstruo con figura humana, y aunque deseo que la vida los ponga en el lugar que merecen, no me he atrevido nunca a ser yo quien les cobre, por la simple razón de que por nada del mundo quiero ser como ellos. Si los que merecen nuestro odio son los malos, ¿En qué nos convierte ser como ellos?
El odio es falta de tolerancia y justicia
La tolerancia es para aceptar que, así como nosotros, el resto tiene derechos y está bien que hagan uso de ellos mientras se salvaguarden los derechos del resto. Justicia, para que, en caso de que algo ocurra, confiar en que existen instituciones que verán por protegernos. Uno sin otro simplemente no funciona.
La riqueza del mundo radica precisamente en su variedad, en sus colores, sabores y sonidos. He oído a más de uno decir que la naturaleza es sabia, entonces ¿por qué nos empeñamos en querer cambiar la forma en la que fuimos creados? Si todos tenemos el mismo origen, ¿cuál es el gusto por decirnos superiores?, ¿somos más inteligentes que la naturaleza?