4 recomendaciones para que tus hijos valoren su herencia familiar
Aquellos que conocen la historia de su familia tienden a enfrentar de mejor manera los desafíos de la vida.
Emma E. Sánchez
Nunca tuve oportunidad de conocer a mis abuelos. Podría haber conocido a mi abuela paterna, que murió cuando yo ya tenía 20 años, pero los problemas y rivalidades familiares impidieron nuestro encuentro. No haberla conocido a ella en particular me entristece, porque llevo su nombre y cualquier cosa que sé de ella me apasiona, me intriga y me hace pensar una y otra vez cómo me hubiera gustado saber quién fue ella realmente.
De todos mis abuelos tengo alguna historia, una anécdota y una breve idea de lo que fue su vida, hay unas pocas fotos y eso es todo. Lo que sé de ellos fue porque mis padres, y en algunos casos otras personas y familiares, llegaron a contarme. Es todo.
Por naturaleza, queremos conocer nuestras raíces
Cada uno de nosotros busca por naturaleza sus raíces; saber quiénes somos y de dónde venimos son interrogantes universales, que cuando lo sabemos con claridad, nos dan fuerza e identidad.
Ahora como madre, me he propuesto que mis hijas conozcan la historia de nuestra familia. Ellas tuvieron la oportunidad de conocer a sus 4 abuelos, pero no así de conocer a mi único hermano fallecido y veo cómo la memoria de un ser amado puede continuar presente con cariño aún en aquellos que no le conocieron.
Te invito a fortalecer a tus hijos de manera personal, otorgándoles raíces fuertes, firmes y resilentes. Entre más los niños saben sobre sus antepasados más, más fuerte es el sentimiento de pertenencia que desarrollan, aumentando con esto su autoestima y la capacidad de dirigir su vida; y aunque te parezca difícil de creer, sus posibilidades de mantener relaciones de amistad y amorosas duraderas y satisfactorias crecen.
Las comidas familiares
Comer juntos y compartir como familia y con más familiares da la gran oportunidad de platicar sobre los parientes lejanos, las anécdotas de la infancia y las grandes historias de vida de los que nos antecedieron.
Los niños escuchan más de lo que nos imaginamos y entienden más de lo que creemos.
Una tarde en casa, justamente hablábamos de un tío fallecido hace varios años. Un nieto de él, de apenas 4 años, estaba ahí sentado concentrado en comerse un helado enorme. En algún momento me fijé en él que estaba absorto escuchando sobre su abuelo que nunca conoció, su helado se había escurrido completamente sobre su mano y la mesa, pero poco parecía importarle, él estaba aprendiendo sobre un hombre importante en su vida.
Al fin de semana siguiente nos volvimos a ver para otro asunto y mi prima, madre del pequeño me dijo: – “¿recuerdas que estuvimos hablando de mi papá hace ocho días? Bueno, pues Rubén, (el niño del helado), no ha dejado de hacerme preguntas, y ahora resulta que quiere que le crezca el bigote como a mi papá, ayer lloró porque le dije que hasta que sea grande le va salir y el lunes quiere ir a la escuela de bigote ¡Ah!, y ahora quiere que le digamos Pancho como a su abuelo.”
Como podemos ver, los abuelos tienen un vínculo particular por medio del cual unen generaciones.
Un libro de recuerdos
Un gran proyecto familiar es hacer un libro de recuerdos con fotos, documentos, cartas y escribir algunas historias. Puedes comenzarlo en unas vacaciones y luego cada vez que haya algo nuevo sobre la historia familiar, incorporarlo. Es un libro infinito, nunca termina y siempre, para quien lo abra le llenará de emociones.
Puedes llamar a otros parientes para que manden algún recuerdo, foto o escrito para ponerlo en este libros de recuerdos y tus hijos ser los encargados en hacerlo.
Grabaciones, fotos y aplicaciones
Este deseo de conocer más sobre nuestros antepasados actualmente está en auge. Si buscas en la red, encontrarás diversas aplicaciones que pueden ayudarte, la mayoría son gratuitas, en particular te recomiendo Ancestry, Family Search, MyHeritage y Familia Árbol Genealógico. Todas estas aplicaciones son muy amigables, fáciles y ofrecen versiones gratuitas con las que puedes hacer maravillas.
Un árbol genealógico
Una de las mejores cosas y más significativas para los niños son los árboles genealógicos. Ya sea que ellos mismos los hagan con colores, una manualidad, lo mandes hacer con un profesional o lo imprimas desde una de las aplicaciones que te mencioné anteriormente, un árbol genealógico en la sala de tu casa siempre será un referente para todos.
Hay árboles familiares preciosos que incluyen fotos, dibujos e ilustraciones y de tanto verlo, los niños aprenden los nombres y las historias de cada familiar, comienzan a conocerlos y sobretodo el cómo enfrentaron sus desafíos y salieron adelante.
Piensa en la genealogía como un “mapa de ubicación” para cada miembro de la familia: en él, nos podemos ver como parte de un todo, ser herederos de mucho esfuerzo y dedicación. Al ver la foto completa podemos conocer e ir entendiendo los errores que cometieron otros, lo que hicieron o dejaron de hacer para salir a delante, lo que hicieron con sus vidas y lo que aportaron a las nuestras.
El pasado triste
A veces nuestra historia personal y familiar no es tan bella como pensamos porque contiene sucesos tristes, porque hubo sufrimiento y cosas que ni tú misma quisieras recordar, pero, ¿sabes? Tú eres ese gran filtro sabio que sabe qué cosas tus hijos deben saber y cuáles otras es preferibles dejarlas en el olvido por el bien y tranquilidad de todos. No se trata de mentir, se trata de saber qué contar y de qué manera hacerlo.
Tú eres quien escribes e tu historia y la historia de tus hijos, cuéntala con orgullo haciendo hincapié en las proezas y pruebas, eso es lo más valioso.
A lo largo de la vida, la historia se vuelve a contar una y otra vez, y conforme los hijos crecen y los padres nos hacemos viejos, las mismas historias toman una profundidad diferente, pues los mayores ya tienen una perspectiva mayor de lo hecho y sus consecuencias, mientras que los jóvenes ya tienen la madurez para comprender y perdonar más y mejor a sus padres y abuelos.
No te prives ni prives a tus hijos del conocimiento y experiencia de muchas generaciones y notarás cómo tus hijos valorarán aún más la herencia familiar.