4 señales del duelo no resuelto
La muerte de un ser querido es devastador, hay personas que les cuesta mucho superar el dolor. Conoce estás señales para evitar las consecuencias.
Adriana Acosta Bujan
La pérdida de un ser querido es algo devastador, una experiencia que nos deja heridos el alma y el corazón. A pesar de saber que algún día todos partiremos de este mundo, el decir adiós a quien se ama no es nada fácil.
El olor corporal, los momentos felices y tristes que pasaron juntos, las demostraciones de afecto, los consejos y el apoyo incondicional, son recuerdos difíciles de soltar a pesar de que trascurra el tiempo.
Los expertos Elisabeth Kubler Ross y David Kessler en su libro “Sobre el duelo y el dolor” describen 5 fases del duelo al perder a un ser querido:
Las 5 fases del duelo son: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Pero estas reglas no son universales, y en algunos casos no todas las personas las experimentan en ese orden.
Es decir, muchos atraviesan estas etapas muy rápido, tal vez porque son personas emocionalmente maduras y hasta extrovertidas, que cuando comparten sus experiencias dolorosas con otros se van sanando.
Sin embargo, otras personas, a pesar del tiempo se quedan estancadas en las primeras fases del duelo de manera inconsciente, sin darse cuenta que cada día que pasa se van sintiendo peor que en un inicio.
Recordemos que todos somos distintos, pensamos, actuamos y tenemos ideologías diferentes; es por ello que algunos superan el duelo tras la muerte de un ser querido y otros no.
Por tal razón será importante conocer estas señales que indican que no se ha superado el duelo, ya que las consecuencias pueden llegar a ser devastadoras.
¿Cómo reconocer las señales?
Como lo mencionábamos anteriormente, cada persona experimenta el duelo de manera particular, por lo que no sería conveniente afirmar que estas señales deben experimentarlas todos de manera igual.
Sin embargo, podemos observar que las personas que aún no han superado el duelo son aquellas que pasan un prolongado tiempo con depresiones crónicas, soledad o aislamiento, según los trabajos de investigación realizados en la Universidad de Columbia.
En esta investigación se afirma que las personas terminan aceptando la pérdida de su ser querido, pero que hay excepciones, como por ejemplo:
1. Bloqueo emocional
Es la sensación de sentirse paralizado ante una situación que creemos nos supera; es decir, es un mecanismo de defensa que todos empleamos inconscientemente para evitar sentir la intensidad del dolor causado por la pérdida de un ser querido.
Por lo común, este bloqueo se experimenta cuando la muerte se produce de manera inesperada, ocasionando un vacío intenso y aturdimiento. El bloqueo impide a las personas llorar para expresar su dolor y tristeza, es una negativa completa al no poder asumir lo sucedido, lo que provoca una “anestesia emocional”, por así decirlo.
Estas personas no pueden desahogar fácilmente sus sentimientos y emociones, les cuesta trabajo llorar, hablar y relacionarse, prefieren el aislamiento. En ocasiones se muestran fuertes y como si no los afectara la muerte de su ser querido.
2. Intensifican los problemas
Tras la muerte de un ser querido es normal sentirse devastado, como estar en un sitio oscuro, vacío y frío donde reina el dolor, por lo que muchas veces las personas llegan a culparse por lo sucedido debido a desequilibrio emocional que se experimenta y es así cuando se intensifican los problemas.
Cada imprevisto o cualquier problema sin importancia se vive de manera intensificada, creyendo que no se tiene el control y las fuerzas necesarias para resolverlo.
En este punto, las personas no pueden reflexionar y tomar decisiones acertadas porque sus emociones suben y bajan como estar en una montaña rusa, incluso perciben todo lo que les pasa como algo imposible de solucionar por sí solos.
3. Cuidan su salud de manera exagerada
Es común que tras la pérdida de un ser querido las personas cercanas sientan cansancio extremo, falta de apetito, dolor de cabeza, dolor muscular entre otras alteraciones físicas, esto se debe al cúmulo de emociones alteradas que desajusta al organismo.
Sin embargo, cuando las personas no han superado el duelo se vuelven previsoras en cuanto a su salud, es decir, acuden al médico frecuentemente cuando sienten alguno de estos síntomas creyendo que pueden estar enfermos.
Sin embargo, no logran relacionan que los síntomas pueden ser provocados por haber experimentado la muerte de su ser querido y que es algo común.
4. Dejan de vislumbrar el futuro
Es normal que al experimentar el dolor tras la muerte de un ser querido, todas las metas, sueños e ilusiones se derrumben fácilmente destruyendo nuestro corazón y futuro a lado de esa persona amada.
Sin embargo, cuando una persona no ha superado el duelo, a pesar de que trascurran los meses o años, para él o ella no hay futuro, es decir, es difícil para ellos visualizarse en un futuro próspero.
Es por ello que no hacen planes, dejan de tener ilusiones, dejan de luchar por lo que quieren, derrotándose y sin tener esperanza.
La vida cotidiana no tiene sentido, sin embargo, siguen ahí sin disfrutar su presente, en una depresión total. Aunado a esto, se vuelven personas llenas de ira y enojo, por lo que no hallan una motivación por continuar, y eso provoca que sus relaciones con su familia, hijos o amistades sean fracturadas.
Ahora bien, no todo está perdido para aquellas personas que no han superado el duelo: existen terapias que los ayudarán a sanar completamente, es por ello que al identificar estas señales se tome en cuenta pedir ayuda a un especialista en la materia.
Sé por experiencia que sanar el dolor tras la muerte de un ser querido no es sencillo, pero créeme, uno aprende a aceptar la realidad con el paso del tiempo. Eso no quiere decir que se olvide a la persona amada, al contrario, él o ella vivirán por siempre en nuestros recuerdos y corazón.