¡Escapar de casa es mi única opción! 7 consejos para toda mujer que sufre violencia

Toda mujer y sus hijos deberían sentirse seguros y protegidos en su hogar. Lamentablemente, para muchas de ellas su hogar es el lugar más peligroso sobre la tierra.

Emma E. Sánchez

Tengo muchos sentimientos encontrados mientras escribo este artículo para ti. Primero porque considero que los problemas del matrimonio siempre se podrán resolver cuando la pareja dialoga, trabaja y se compromete fielmente a salir adelante. Pero también sé que muchas otras parejas en verdad no pueden ni quieren resolver sus problemas, o esos problemas ya son tan graves que han sobrepasado las capacidades de las personas y es preferible la separación a seguir dañándose y dañando a terceros.

Mi corazón se llena de pesar cuando pienso o me entero que hay buenas mujeres que han intentado todo lo que ha estado en sus manos hacer y que, sin poder solucionar su problemática, están atrapadas en sus propios hogares, padeciendo. Para ellas es este artículo.

Cuando el maltrato, el alcoholismo, la farmacodependencia y todas o cualquier forma de violencia es la costumbre en el hogar, conservar la vida propia y de los hijos se vuelve una prioridad. La idea de escapar del hogar en la primera oportunidad, al primer descuido o en plena emergencia, es la meta de muchas.

Si este es tu caso, por favor, querida amiga, sé inteligente. Concentra tu atención y trabaja de manera inteligente y cautelosa a fin de estar lo mejor preparada posible; considera estas recomendaciones que han servido a otras mujeres que en tu misma situación, y sobrevivieron:

1. Ahorra dinero

Tal vez sea algo imposible, pero ve la manera de hacerlo. Aunque sea unas cuántas monedas, un billete, una joya, algo que pueda ayudarte en un momento desesperado. De preferencia guárdalo en un lugar fuera de tu casa, o cerca de la puerta.

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2. Guarda documentos

Pueden ser copias de documentos importantes; ponlos en una bolsa de plástico que los proteja del agua. Puedes darlos a guardar a un vecino, una amistad muy cercana o enterrarlos en un frasco, en un jardín. Memoriza números telefónicos o correos electrónicos de algún familiar, de la policía o algún centro de apoyo a la mujer.

3. Ten una mochila

Prepara algo pequeño, discreto que incluya zapatos y un suéter o cobija ligera, dinero, una lámpara, cosas que pudieras necesitar si debes salir en la noche. No olvides una identificación.

4. Prepara un plan

Haz un plan mental de lo que piensas hacer, hacia donde ir, a quien buscar, donde guarecerte. Explora con tu mente cuáles son tus posibilidades.

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5. Informa únicamente a alguien de tu entera confianza

Además, piensa que saliendo de tu hogar, tan pronto puedas, deberás hacer una denuncia ante la autoridad competente para protegerte legalmente y proceder en caso de ser necesario contra el agresor. Algunas instituciones civiles tienen presencia en las delegaciones o estaciones policiacas, ofrecen lugares para ofrecer protección y seguridad a las víctimas. Muchos líderes y ministros religiosos también ofrecen apoyo y refugio para quienes lo necesitan.

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6. Aliméntate y maneja la tensión

Cuando se vive bajo constante estrés y situaciones traumáticas, es recomendable ocuparse, mantener ocupada la mente y el cuerpo, es básico y necesario. Haz ejercicio, aliméntate sanamente (lo más que puedas); tu cuerpo es el vehículo para lograr tus objetivos.

7. Haz de la oración tu herramienta infalible

La oración y la fe abrirán tus ojos, aclararán tu mente, te llenarán de energía y de esperanza. Pide y ruega por inteligencia, por sabiduría y por mucha protección del cielo para ti y los que amas.

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Si la oportunidad se da, si el momento ideal aparece, no te detengas ni mires atrás. Una vez fuera, verás que podrás recuperar el control de tu vida. No será fácil al principio, pero nunca imposible. Romper con la codependencia, el hábito y la costumbre es más difícil que escapar del hogar; las estadísticas nos confirman que muchas mujeres habiendo ya escapado y viéndose libres, vuelven con su agresor porque piensan que no hay lugar para ellas en el mundo, que no sobrevivirán y que sus hijos padecerán. Esas son ideas con las que el miedo te engaña y el miedo es la ausencia de fe. Tu proceso de sanación comienza cuando tú te rescatas a ti misma. Tu vida es lo único que importa, lo demás vendrá por añadidura. Recuerda tu eres una sobreviviente, no una víctima.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.