El buen ejemplo de Cristiano Ronaldo

La estrella del futbol, Cristiano Ronaldo, tuvo un gesto que se tradujo en buen ejemplo para los niños.

Arturo Leonardo

Últimamente, el futbol me ha dejado mal parado con los ejemplos que está dándole a los niños y al público en general. Si no entiendes de lo que te hablo, tal vez primero debas de revisar el siguiente artículo: El mal ejemplo del Piojo Herrera.

En el trajín del día a día, a veces nos programamos con ciertas actitudes “constantes” de las personas. Damos por hecho que son de determinada forma y no damos espacio a que nos sorprendan. He de reconocer que así me pasó con el futbolista Cristiano Ronaldo, el jugador portugués de futbol, que actualmente anota goles para el Real Madrid, de España. Ronaldo debe parte de su fama a ciertas expresiones que lo acercan más a un sujeto pedante (presumido) que a otra cosa.

Hace meses, ante la crítica que recibía de los medios —como la gran mayoría de las personas famosas—, Ronaldo dijo: “Se meten conmigo porque soy guapo y rico”. ¡Calma amigo, relájate un poco! Cristiano también gusta de festejar los goles que anota con poses o festejos que lo presentan como un “macho alfa”, o algo así; con la soberbia de alguien que siente que está “por encima de los demás”. Si bien reconozco que como deportista es uno de los mejores, esto último no es de mi agrado. Sin embargo, no hace mucho observé un vídeo que me sorprendió, ya que considero que dejó una grata lección a las personas que lo siguen, y vaya que son millones.

Las apariencias engañan

De lo que te hablo es de lo siguiente: Ronaldo dejó por unos instantes su imagen de actor de cine y se caracterizó de una forma diferente: le colocaron barba “descuidada”, bigote, además de una botarga y unos pants, salió a la calle prácticamente como otra persona. Entonces en una plaza de Madrid sacó un balón de futbol, comenzó a jugar y a invitar a otras personas a patear la esférica con él. Nadie le hacía caso, lo volteaban a ver con una cara tipo “este loco qué hace aquí”. Hacía suertes de futbolista profesional pero seguía solitario. Entonces un niño, inocente, y para quien el amor al futbol es su bandera, comenzó a jugar con el “vagabundo desconocido”.

Importa el individuo, no su posición

Algunos tiros, pases y demás le dieron al pequeño unos minutos de diversión interesante, fue entonces el momento de revelar el secreto: Ronaldo se quitó el disfraz, tomó el balón y lo firmó de manera personalizada al niño que en ese momento reconoció a su ídolo y no podía creer que acababa de jugar con él. Después de quitarse el disfraz, la gente se arremolinó sobre Ronaldo para pedirle autógrafos y fotos.

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¿Cuál es la lección y el mensaje? “Las apariencias engañan”. El niño fue premiado por confiar en un aparente vagabundo que “mostró” únicamente deseos nobles por jugar, mientras que las otras personas no le hicieron caso hasta que se dieron cuenta que era famoso. Sin embargo, la otra cara de este mensaje, sobre todo para los niños, es que no hay que darle toda la confianza a desconocidos. Mientras tanto, vamos a dejar que una pelota de futbol pueda seguir uniéndonos.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.