La tecnología entraña riesgos para tus hijos. Conócelos y ponles remedio

Dijo Agatha Christie que una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz. Lo cierto es que el abuso de la tecnología le roba plenitud a la infancia de tus hijos.

Sandra Díaz

“¡Hoy vamos a casa del abuelo!”. Recuerdo que esa era mi frase favorita. Mi hermano y yo nos alegrábamos cuando mis padres decían que lo visitaríamos. Y cómo no estar felices si era la oportunidad para salir al campo y disfrutar de todo lo que en la ciudad no teníamos, por ejemplo correr con libertad, disfrutar distintas actividades como pelar una mazorca, acarrear agua a la casa; que disfrutábamos mucho y de las que no nos cansábamos nunca.

Por todo ello mi niñez fue muy linda, disfruté muchos juegos que hoy ya no son comunes: aprendí a andar en bicicleta, jugué al escondite (“escondidas”) con mi hermano y mis amigos y otros juegos más; todo esto podía hacerlo en casa o en la calle y mi madre siempre estaba al pendiente de nosotros.

Pero… ¿qué ha pasado con todo eso? Nuestros niños viven en una era digital y la tecnología está totalmente integrada a sus vidas. Tabletas, teléfonos celulares y computadoras portátiles los acompañan. Muchos de estos aparatos son excelentes para trabajar con los niños. Por ejemplo, tomar fotografías con una cámara digital, disfrutar de una página electrónica de juegos didácticos, incluso descargar aplicaciones con fines educativos en teléfonos celulares y tabletas. Sin embargo, los pequeños no saben cuál es el momento adecuado para usarlos, ya que están pegados a ellos a toda hora; incluso, al pasear por la calle es perceptible que la gente va más preocupada por su teléfono celular que por lo que hay a su alrededor. El ejemplo arrastra, ya se sabe.

El uso desmedido de estos aparatos puede traer muchos problemas en los niños como: alteraciones del sueño, obesidad infantil (provocada por el sedentarismo), adicción (a la tecnología), déficit de atención, entre otros. Ya es hora de que se tome conciencia al respecto y mostrar a niños y niñas que afuera hay un mundo esperando por ellos, que existe una naturaleza para ser explorada y disfrutada.

Te comparto cinco consejos para lograr que nuestros niños sepan disfrutan su infancia y cómo y cuándo utilizar estos aparatos:

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1. Enseñarles su uso adecuado

Debemos ilustrar a los pequeños que los dispositivos no son juguetes, sino aparatos que fueron creados con otros fines, por ejemplo descargar contenido importante, conocimientos, información cultural y educativa o una aplicación que sirva para alimentar su imaginación.

2. No utilizar estos dispositivos como niñeras

Esto es para los mayores. Un ejemplo claro y que he visto muchas veces, es que los padres prestan estos aparatos a sus hijos sólo para que se “entretengan” y los dejen continuar con sus quehaceres, o que no se sientan molestados.

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3. Supervisar su uso

Como padres, tíos y hermanos mayores estamos de acuerdo que esto es necesario, pero ¿cómo hacerlo? Fácil, en las computadoras es posible bloquear páginas no adecuadas para niños; esta opción también está disponible en el televisor con el “Parental control”, donde seleccionas los canales que tus hijos pueden ver y cuáles bloquear.

4. Poner límites, y hacer que se cumplan

La Asociación Japonesa de Pediatría hizo una campaña que promueve restringir el uso prolongado de celulares y tabletas, ya que su utilización desmedida trae numerosas dificultades a los menores de doce años; además, la Organización Mundial de la Salud clasificó a los teléfonos como un riesgo, debido a que emite radiación. Utilizar un dispositivo dos horas al día es más que suficiente para los niños.

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5. Comunicación por 20 minutos al día

Esto no es estar con ellos todo el tiempo sino establecer un lazo de confianza y compartir calidad de tiempo con ellos.

La infancia es una etapa que pasa volando, y por eso debemos compartir la mayor parte del tiempo posible con los pequeños: salir a pasear, a correr, al cine, al parque, visitar a los abuelos, ir al campo. No olvidemos sacar el niño que llevamos dentro al estar en su compañía, porque cuando crezcan y ya no pasen tiempo con nosotros vamos a desear regresar a los años idos, cosa imposible.

Finalmente, te invito a que leas: Un antídoto contra el sedentarismo

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Sandra Díaz

Sandra es de Colombia, le gusta escribir, reír y disfrutar de la vida junto a su amado esposo y su perro Chester.