Casado casa quiere

Para toda madre su hijo o hija será siempre su bebé. El problema es cuando para ese "bebé" mamá siempre tiene la razón y, en esa dupla, su pareja sale volando.

Yordy Giraldo

Al principio de nuestro matrimonio mi esposo padecía de un mal llamado: “Mamitis”. Tantas ganas tenía él de quedarse junto a su mami, que antes de casarnos optó por agrandar la casa materna con la ilusión de vivir todos juntos. El problema es que solo hizo cuartos y baño extra. Quizá si hubiera hecho sala, cocina y comedor aparte habría dado resultado, pero no fue así, y a poco de cumplir un año de casados hubo que poner kilómetros de por medio.

Quizá en los gallineros funcione muchas gallinas para un gallo, pero las mujeres necesitamos nuestro propio “corral”, y no se trata de que seamos buenos o malos, se trata simplemente de que el espacio vital es una necesidad, sobre todo para quienes están iniciando su propia familia. Para toda madre su hijo o hija será siempre su bebé, y para ese “bebé” mamá siempre tiene la razón, lo malo es que en esa dupla las parejas salen volando.

Casa-dos, o lo que es lo mismo casa de dos. Pocas veces una palabra dice todo en sí misma como es el caso, sería inteligente prestar atención a ese detalle en vez de insistir en cambiar nuestro estatus sentimental conservando la dirección postal de nuestros padres. Como muestra de lo anterior te comparto estas frases, que prueban que el casado casa quiere, y aunque no quiera, la necesita.

“En mi casa mando yo”

Si no te dijeron eso tus papás cuando eras pequeño entonces no tuviste infancia. Y si te lo siguen diciendo ya casado, es que estás en la casa equivocada. Y es precisamente esa una de las razones por la que toda pareja debe vivir en su propio espacio.

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“A mi hijo no le gusta así”

La frase puede variar, pero es clásico que nuestros padres salgan en nuestra defensa si nuestro esposo o esposa está haciendo algo que pueda no gustarnos, o que simplemente no les guste a ellos.

“En mi casa no se cierran las puertas”

Una variante de esa frase es: “Dejen los besos para cuando estén solos”. Ya sea que les han dicho una o ambas lo cierto es que habla de que en casa ajena jamás podrás aspirar a tener intimidad. ¿Es esa tu idea de lo que debe ser un matrimonio?

“A mi mamá no le hablas así”

Dime si no es cierto que cuando le vas a tu cónyuge con el chisme sobre cualquier cosa referente a sus progenitores el mundo se viene abajo literal, y el matrimonio recibe un impacto de grado máximo en la escala de Richter.

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“Mi suegros se meten en todo”

Y cómo no, si estás en su casa. Pero además habla de por qué es necesario hacerte de tu propio nido, so pena de que todos se terminen odiando. Si tú —que amas a tu pareja— por momentos dudas de si tomaste una buena decisión al casarte, imagínate lidiando con el carácter y las costumbres de personas con quien tu vínculo es más que nada circunstancial.

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El tema da para crear nuestro propio refranero, pero en términos generales todo está dicho, la vida en pareja exige que sea en pareja, cualquier intento por modificar la ecuación dará como resultado que sea tu matrimonio el que en la dinámica familiar haga mal tercio.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.