¿Por qué debo festejar el Día de Muertos?

Las tradiciones son para conservar la sabiduría e identidad de los que estuvieron antes. ¿Por qué debo festejar el Día de Muertos?

Yordy Giraldo

Hace unos días leí en la página social de un amigo que él y su familia no celebran el Día de Muertos (fecha importante y tradicional en México y otros países latinoamericanos) porque aman a Dios, y “Dios es señor de la vida y no de la muerte”, porque sirven a “un Dios de luz y no de tinieblas” y porque les interesa “hacer el bien y no el mal”.

Debo confesar que me sorprendió su particular visión sobre estas festividades. En el libro de los Salmos dice: “Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y los que en él habitan” (24: 1, 2). La muerte es tan sólo una parte del proceso perenne que es la vida. Y las festividades de Todos los Santos y los Fieles Difuntos forman parte del santoral católico desde los tiempos del papa Gregorio III, es decir entre los años 731al 741 d.C. Vaya, que se celebra desde unos 1,300 años.

Por su parte, la tradición del Día de Muertos en Mesoamérica tiene el fin de honrar y de alguna manera estar cerca de quienes han partido a esa otra vida que es morir. En cuanto a la calabaza, tan popular en la festividad de Halloween, la idea es alumbrar el camino del difunto para mantener alejados a los malos espíritus. Una u otra sirven para ver a la cara a la muerte con el optimismo de que no todo acaba con ella y de que incluso a sus expensas podemos, por qué no, divertirnos.

Las tradiciones tienen la utilidad de conservar la sabiduría e identidad de quienes estuvieron antes aquí. Por lo general, pretenden ser ocasión para agradecer u honrar, y aunque existen algunas a las que la evolución de nuestro pensar ya no les da cabida, por ejemplo aquellas que dañan, en un mundo tan individualista como el actual constituyen la ocasión perfecta para unirnos. Creo que vale la pena hacernos la pregunta cada uno de nosotros: “¿Qué gano yo al celebrar las tradiciones?”

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1. Regocijar el corazón

No hay mucha ciencia. Por lo general, las tradiciones, al menos las más populares, suelen ser una fiesta, ¿qué de malo puede tener juntarnos y pasarla bien?

2. Dan sentido de pertenencia

Cuando festejamos en torno a una misma intención nos sentimos cercanos, nos proporciona identidad y no solo reconciliamos lo que fuimos con lo que somos, sino que edificamos nuestra vida sobre el legado cultural de nuestros ancestros.

3. Recordar a nuestros ancestros

Las tradiciones son conocimiento sobre nuestro pasado que sirve para nuestro presente. Recordar a nuestros ancestros, a nuestras raíces, nos hace tomar de ellos la savia que nos fortalece como individuos.

4. Enriquecer nuestra vida

Quizá no te des cuenta, pero nada se mantiene estático, y eso aplica para las tradiciones. A cada nueva celebración la familia la hace dinámica, y es este dinamismo el que permite mantenerla viva.

Rechazarlas porque nos parezca que disfrazarnos de calaveras, u ofrecer el platillo favorito de los seres queridos que ya no están entre nosotros, es invocar al maligno, obedece más a un prejuicio o a una superstición que a algún sustento bíblico. Dañamos nuestra esencia cuando vemos con indiferencia a quien sufre, al ser cómplices aunque sólo sea por omisión de quienes hacen del crimen y del odio un estilo de vida.

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Es cierto que hay de tradiciones a tradiciones, y que el mundo ha mejorado gracias a que hemos dejado de hacer muchas cosas que antes eran consideradas correctas y que el paso del tiempo nos ha hecho ver nuestro error; pero en el caso que nos ocupa, mantener vivas las festividades es una oportunidad siempre única de mezclar lo viejo y lo nuevo, de honrar, de disfrutar y de vivir sin olvidar lo que fuimos, somos y seremos.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.