El año que viene, o el arte de poner excusas

En algún momento habrás perdido la oportunidad de llevar a cabo tus planes. El aquí y ahora es un mandato a obedecer si no quieres lamentarte luego por lo que dejaste ir.

Yordy Giraldo

El año que viene no es una fecha: el año que viene es una excusa. Siempre que queremos re-agendar —o postergar— las decisiones de nuestra vida recurrimos a esa trillada frase de “El año que viene”, que más que un plan es un freno para no atrevernos a dar el primer paso para lograr nuestros anhelos.

Pues bien, déjame decirte que de nueva cuenta el año nuevo ya llegó. Este es el momento de ponernos en posición de arranque —como si se tratara del punto de salida de una carrera— antes de la hora final: el tiempo exacto de que te preguntes si estás listo para comenzar a hacer lo que prometiste para ese año que llevas “peloteando” desde tiempo atrás, o si otra vez te envolverás en la comodidad de propósitos de año nuevo que no piensas cumplir.

El tiempo tiene varias particularidades, una de ellas es que no regresa, aunque afortunadamente no deja de darnos oportunidades para que lo aprovechemos. Lo triste es que, confiados de más en esa característica, lo desperdiciamos. Y entonces un día llega su implacable venganza: el tiempo no envejece, pero sí nos hace envejecer.

En ese punto, “el año que viene” ya no será una posibilidad, sino una imposibilidad. ¿A dónde quiero llegar con todo este juego de palabras sobre el año por venir y el tiempo? En que en este preciso instante en que me lees te estás —nos estamos, dijo el otro— haciendo viejo y que en algún momento habrás perdido la oportunidad de llevar a cabo tus planes. El aquí y ahora es un mandato a obedecer si no quieres lamentarte luego por lo que dejaste ir. Luego entonces, viene la pregunta: ¿Cómo prepararnos para que deje de ser el pretexto perfecto?­­­ Aquí te doy los siguientes consejos:

1. ¿Recuerdas tus objetivos?

¿Hace cuánto tiempo que no te preguntas qué quieres, qué esperas de la vida? ¿A dónde te diriges, qué estás haciendo con respecto a lo que quisieras lograr? Más aún: ¿Conoces las respuestas?

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2. ¡Decídete de una vez!

Si lo que buscas es tomar decisiones, dejar en claro algunas cosas, dejar salir lo que traes entre pecho y espalda, no esperes, va a ser igual de difícil ahora o ese primer día del año. Cuida que los deseos no se vuelvan frustraciones que te envenenen.

3. ¡Cambia ya!

No se trata del primero de enero. Que tu primer día sea hoy, y sea mañana, y sean todos los días hasta ver concretado lo que deseas. Todos los días son impostergables. Tienes que estar consciente de que la vida, como el tiempo, no espera.

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4. ¡Sueña en grande!

“Los sueños son como las estrellas, no puedes tocarlos, pero si los sigues te llevarán a tu destino”. Esta hermosa frase me llegó hoy, me la quedé para inspirarme, y a ti te la regalo para que te guíe.

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5. ¡Hazlo ahora!

Quizá tengas que esperar al próximo año, pero lo mejor es que desde ya lo tengas apartado, pagado, agendado, etcétera. Sea lo que sea, ten todo listo desde antes. Decide el lugar, los horarios, las fechas, y desde este momento no dispongas de ese tiempo para otra cosa.

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Cambia las cosas, pero sobre todo, ¡cambia tú! Que el año que viene no sea una excusa, que el tiempo en todo caso sea el pretexto necesario para hacer lo que sea que quieras en este instante, ahora, porque quizá no haya mañana. Pero de lo que siempre puedes estar seguro, es que lo que cuenta es hoy.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.