Mujer: el poder está en tus manos

Mujer; si dudas de tu potencial y tu fuerza interna, entonces, por favor, lee este artículo y encuentra las claves para conocerte y salir adelante.

Erika Otero Romero

Cada día me escriben muchas mujeres confiándome sus más profundos sufrimientos. Y lo hacen en busca de guía, de ayuda y —por qué no decirlo— de consuelo. Como correspondencia, hoy siento la necesidad moral de escribir este artículo para ti, mujer, que sufres en silencio y que pese a todo tu dolor luchas por sacar a tu familia adelante.

No está mal que diga que tus penas, cuando las compartes conmigo, pasan a ser mías, ya que muchas veces me he visto reflejada en tus vivencias, y aunque lejos haya estado de vivir o pasar por situaciones similares he logrado compenetrarme de tal manera que, pese a que veo tu situación “desde afuera”, trato de ayudarte a encontrar el camino a seguir para que en algún momento encuentres la tranquilidad, un estado de bienestar y la felicidad.

Ante todo sigo siendo mujer

Por la misma razón, hoy me tomaré el atrevimiento de mostrarte las razones por las cuales eres fuerte y porqué —no obstante las circunstancias— jamás dejarás de serlo:

1. Nunca has estado sola

Voy a ponerte en perspectiva: si crees en Dios, entonces en Él encontrarás el refugio, el consuelo y la fortaleza que requieres para salir de tus dificultades, sólo es cuestión de poner en sus manos tus penas y dificultades, tener fe y seguir adelante haciendo lo posible, porque Él se encargará de lo imposible.

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Agrégale que tienes familia o amigos y ellos, de una u otra manera, no te han dejado sola en tus retos diarios. Otras muchas mujeres hallan apoyo en sus hijos y por ellos obtienen las energías necesarias para seguir luchando contra la marea. Algunas más encuentran sostén y fortaleza en sus parejas (cuando la situación difícil no es con ellos, desde luego).

Y por último, pero no menos importante, te tienes a ti misma, por eso es tan importante que alimentes tu amor propio y seguridad en ti misma, ya que aunque estés sola en el mundo y sin apoyo de alguien, hallarás la fuerza que requieres en tu propio potencial. Para esto, es importante que tu autoestima sea alta.

Relee: ¿Estás, o te sientes solo? Descubre la diferencia, y combátela.

2. Eres la fortaleza de tus hijos

Si te derrumbas, ellos caerán contigo y más si son pequeños. Es posible que sea diferente si son chicos mayores, ya que tendrán una visión más amplia de tus problemas, pero no así si son menores de 10 años. Tampoco se trata de que “te hagas de piedra”, eres una persona que siente y sufre, sólo no desquites tus dolores en ellos, porque nada más los colmarás de incertidumbre y amargura.

Para poder sacar tu dolor puedes valerte de un diario personal donde escribas la manera en cómo te sientes y si cuentas con el apoyo de tus padres o hermanos, pues las cargas serán menos.

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3. Eres el sostén de tu esposo

A veces el hombre se siente perdido sin la compañía o consejos de su esposa. Es posible que para ti sea una carga grande el hecho de ser incondicional; sin embargo, semejante responsabilidad no se te hubiera encomendado si no te creyeran capaz de llevarla sobre tus hombros.

4. Eres capaz de lo que te propongas

Si tienes hijos, nada más recuerda cuando los trajiste al mundo. El dolor del acto de parir (entiéndase, “dar a luz”) es comparable a la ruptura de muchos huesos del cuerpo a la vez; si, así como lo lees. Entonces, respóndete a ti misma: ¿eres o no eres fuerte?

Eso es en el aspecto físico. Ahora, ¿a cuántas mujeres recuerdas que al quedar viudas o al separarse de sus cónyuges se ven forzadas a trabajar y ser amas de casa al mismo tiempo y logran sacar a todos sus hijos adelante? Me atreveré a suponer que a unas cuantas, o muchas, y entre ellas puede estar incluso tu mamá.

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Eres fuerte por donde quiera que lo veas, y tu potencial es inmenso. Así que mi deseo es que a partir de hoy creas en ti misma, en lo que eres capaz de hacer y no permitas que el miedo sea tu mayor enemigo y te derrumbe.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.