5 acciones que harán de tu hijo una persona resiliente
Cuando enseñas a tu hijo a enfrentarse a las adversidades de la vida con buena cara, estarás haciendo de él un ser humano feliz.
Erika Patricia Otero
Si tienes niños, sabes que para ellos cualquier situación puede convertirse en un drama en un pestañear. Que si un primo o hermano le agarró un juguete y no quiso devolvérselo, llanto o rabieta. Que si tuvo que quedarse en casa de la abuela más tiempo del que quería, más drama.
A veces, los padres saben lidiar con esa frustración, pero en otras no. Cuando un papá o una mamá no saben lidiar con los dramas de sus hijos, optan por gritarles. Con honestidad, los entiendo. No digo que sea correcto; es más, es hasta perjudicial para la salud de los niños, pero los entiendo. En una situación así es fácil perder la calma.
Entiendo que las pataletas o los llantos por razones que para nosotros los adultos son absurdas, desesperen; el punto es no perder el control. Es difícil, pero no imposible.
Los chicos aprenden de los grandes
Hace poco encontré un vídeo en la red social TikTok de una madre norteamericana que estaba evidentemente alterada. Palabras más o menos, la mujer decía que la crianza era muy difícil. Que debía cuidar cada cosa que hacía, decía o cómo actuaba porque sabía que su hijo iba a seguir sus pasos. La mujer trataba de reprimir el llanto hasta que no pudo más y gritó impotente.
Comprendo cómo se siente; es imposible no hacerlo porque la maternidad y la paternidad es algo que se aprende durante la crianza. Me parece que ella hizo bien en alejarse y desahogarse lejos de la presencia de los hijos. No es que los hijos deban vernos constantemente como figuras estoicas que jamás se quiebran. Lo mejor para nosotros es que ellos no vean que perdemos el control.
Pese a todo eso, el hecho de que los hijos aprendan de los padres es algo que se puede usar a nuestro favor. Para esto puedes ser un fuerte ejemplo de resiliencia.
¿Qué es la resiliencia?
Una persona resiliente es la que tiene la capacidad de superar y sacar lo mejor de las situaciones más adversas de la vida.
¿Quién dice que los padres no tienen que ser resilientes? No creo que haya alguien capaz de negarlo. Una madre o padre promedio debe aprender a “Dar la cara amable” a las situaciones más complicadas de la vida. Quien no pueda hacerlo es una persona que sufrirá mucha tristeza y la vida se le hará un camino difícil de recorrer.
Los padres hacen mil cosas para esconder a sus hijos que sufren, que tienen angustia y miedo. Es natural que lo hagan, quieren protegerlos; sin embargo, va a llegar un momento en que no podrán seguir haciéndolo. Además, los niños sufren a su manera, tienen sus propias batallas; y aunque te cueste entenderlo, no les pasan desapercibidos los problemas de los adultos. Ante esto, la herramienta que los padres deben enseñar a sus hijos usar es la resiliencia.
¿Cómo se le enseña a un hijo a ser resiliente?
Con el ejemplo
Si eres una madre o un padre resiliente vas a aplicar el dicho que reza:” A mal tiempo, buena cara”. Quizás por esto su hijo no se entere que están pasando por una crisis. Aún así, los niños suelen ser muy receptivos y van a darse cuenta que las cosas no están bien. Lo justo es que sean honestos y les digan por qué no pueden comprarle eso que tanto desea; créeme, lo van a entender.
Permíteles que enfrenten sus luchas
Los padres por su sentido protector van a sentirse impulsados a salvar a sus hijos de sus dificultades. Está bien que sientas ese deseo de defenderlo y salvarlo, pero no lo hagas. Explícale a tu hijo que la vida es eso, una lucha constante donde a veces se gana y se pierde. Siente empatía por él y consuélalo si es el caso, pero no le hagas las cosas, no lo “salves”.
Cuando le permites luchar sus batallas, aprende a sacar sus herramientas internas para recuperarse y superar esos problemas. Con esto además le enseñarás a adaptarse a la vida diaria.
Deja que experimenten el rechazo
Es doloroso sentirse rechazado, pero lo es aun más saber que tu retoño sufre rechazo. Explícale con calma que habrá personas que sentirán agrado por él, y otras que, por el contrario, lo van a rechazar. Sé claro en decirle que no porque lo rechacen, él o ella es “malo”, solo que así es la vida, así son las personas.
A la vez, explícale que vale mucho; que es un ser humano valioso y que ellos se pierden tener un amigo o amiga como él o ella. Esto le ayudará a sentirse valioso y a recuperarse del rechazo.
No permitas que asuma la posición de víctima
Nada más terrible que una persona que se victimice. Es fácil culpar a los demás de los fracasos, lo complicado es hacerse responsable de los errores. Por eso, cuando tu hijo trate de culpar a otro de las cosas que le salieron mal, ayúdale a hacerse responsabilizarse de sus fallos.
Habla con él o ella y explícales que la vida no es justa, pero que no por eso es una mala experiencia. Diles que ellos, a pesar de los dolores, son fuertes y pueden superar ese pequeño tropiezo y más cosas.
Enséñale a tener control de sus emociones
¡Ojo! esto no es igual a reprimirse.
Lo primero es que tu hijo aprenda a identificar sus sentimientos y emociones. Cuando ya le enseñaste a diferenciar de la ira a la impotencia, del dolor al malestar y la frustración, entonces es momento de enseñarle a controlarse.
Para esto lo que puedes hacer es enseñarle a dibujar para que vuelque en papel sus emociones. También le puedes enseñar a jugar con un balón para que canalice sus sentimientos. Es mejor que los desemboque y les dé rienda suelta a estos con objetos y no con otras personas.
Hay muchas otras formas en las que puedes enseñarle a tu hijo resiliencia. Ayúdale a que sea honesto, a que reconozca sus errores. Impúlsalo para que luche por sus sueños y a superar sus fracasos. Abrázalo y ámalo, esto le colmará de confianza y le ayudará a creer en sí mismo. Todas esas acciones harán que tu hijo sea alguien feliz y un adulto sin miedo a luchar y a esforzarse por sus metas.