5 cosas que aprendemos de los hijos a lo largo de la vida
Muchas cosas nos enseñan los hijos a su corta edad. Descubre cuántas lecciones valiosas pueden enseñarte y transforma tu vida.
Adriana Acosta Bujan
Una de las más bellas experiencias que podemos experimentar las madres es sentir el amor incondicional que damos y nos dan los hijos. El amor por ellos es como una conexión mágica difícil de explicar con unas cuantas palabras.
Se trata de sentir lo mismo que ellos, de vivir, de explorar, de temer, de entregarse y comprometerse; como si tuviéramos la oportunidad de tener dos o más vidas al mismo tiempo.
Sí, la crianza no es nada sencilla a pesar del gran amor que sentimos por los hijos. Es un camino lleno de preocupaciones, de temores y de angustias, todo por verlos felices; sin embargo, todo lo que sentimos tiene una recompensa y una gran satisfacción personal en el futuro.
Ahora bien, existen muchas cosas que deseamos que los hijos aprendan de nosotros para que su camino hacia la felicidad sea exitosa. Sin embargo, el aprendizaje es mutuo, es decir, muchas veces ellos nos dan grandes lecciones de vida que nos dejan reflexionando y nos hacen madurar; a pesar de su corta edad e inexperiencia.
Por esta razón, será preciso detenernos a pensar para comprender y adaptar esas lecciones de vida que los hijos nos dan, para ser mejores personas día con día.
Una lección para mamá
“Ya todo pasará”, me decía mi hijo cuando tenía 6 años de edad. Mientras lo decía una y otra vez él acariciaba mi cabello y me abrazaba. Ese momento fue especial para mí, puesto que él no comprendía el dolor que estaba experimentando. Sin embargo, su frase se quedó clavada en mi ser y después de un tiempo aprendí que mi hijo tenía razón.
Así como yo, seguramente tú también tienes experiencias que contar; esos momentos que te deslumbran la mente y el corazón, que te hacen sentir la menos experta del planeta en cuanto a dar lecciones de vida.
Es por ello que aquí te compartiré algunas lecciones que los hijos nos enseñan, para que tengas presente que con su inocencia e inexperiencia son capaces de hacernos cambiar o modificar nuestros errores.
1. Ser tal cual eres
Sin duda, esta es una lección que los padres enseñamos a los hijos con gran frecuencia. Como madres deseamos que ellos sean tal cual son sin tener miedo al qué dirán o a ser juzgados. Pero esta lección también nos la enseñan los hijos cuando ellos se muestran auténticos en la infancia.
Los niños no tienen miedo a ser como ellos quieren ser, son berrinchudos, traviesos, atrevidos, exploradores y nunca se rinden por tener aquello que quieren obtener. Se muestran con sus defectos y sus virtudes, sin ocultar nada.
Así como ellos, debemos aprender a ser auténticos; a amarnos como somos sin cambiar nada de nuestra esencia y personalidad. Agradar a otros, buscar un elogio o aceptación te puede cambiar por completo, lo que te hará sentir insatisfacción y tristeza, al no poder ser tú misma.
2. Disfrutar los momentos
Como adultos muchas veces tenemos los pensamientos en millones de cosas, entre las obligaciones, responsabilidades, la economía, la salud, entre otras cosas; dejamos de experimentar esos momentos únicos que se viven en el aquí y ahora.
Los hijos nos enseñan a vivir y a disfrutar cada momento de nuestra vida; ellos siempre transformarán cualquier momento en especial, divertido y lleno de aprendizaje. Son agradecidos, elocuentes, creativos y saben ser felices con lo que tienen. Ellos no piensan en el futuro ni en el pasado, solo viven su día a día.
3. El rencor no es para siempre
Una de las cosas que debemos admirar y aprender de los niños es su gran capacidad para perdonar y de olvidar. Tal vez, puedan reaccionar con cierta molestia o enojo cuando se sientan agredidos por otros.
Sin embargo, esos sentimientos son olvidados en unos cuantos minutos, puesto que se reconciliarán enseguida y seguirán jugando felices de la vida.
Es ahí precisamente la lección de vida que debemos aprender los adultos, a dejar el rencor y los sentimientos negativos que nos provocan las personas que nos rodean, para continuar con nuestra propia vida, aprendiendo a perdonar.
4. Seguir adelante
Cuando las cosas no salen como esperamos es muy fácil derrotarnos. Esta lección que nos enseñan los hijos es precisamente que debemos continuar una y otra vez intentando alcanzar nuestros sueños, ya que ellos siempre lo hacen.
Para ellos no hay límites, no existen obstáculos y todo lo que quieren lo pueden obtener, siempre y cuando sean perseverantes.
Así que nosotros debemos adoptar esta lección y aplicarla en nuestra vida, seguir conquistando nuestros sueños será algo que nos mantendrá ocupados e ilusionados.
5. Ser valientes
Esta es una palabra que les repetimos a nuestros hijos cuando tienen miedos, dudas o inseguridades. Sin embargo, muchas veces no la aplicamos a nuestra propia vida y no creemos ser tan valientes o fuertes.
La diferencia es que los hijos sí se creen que son valientes y por ello es que logran superar sus miedos fácilmente. Debemos aprender que tenemos la capacidad y la fuerza interior que nos harán invencibles, fuertes, resistentes a todo lo que nos cause dolor, malestar o afecte.
Los niños pueden enseñarnos muchas lecciones de vida, por ello debemos estar atentos para aplicar esos aprendizajes en nuestro día a día. Nunca debemos subestimar a los niños por su corta edad o por su falta de madurez, muchas veces te sorprenderás de lo mucho que ellos tienen para enseñar a los adultos.