5 maneras de acompañar a una amiga que tuvo un aborto

Es natural que experimentes cierto nerviosismo y no sepas qué decir; es natural que desees consolar un poco su dolor, lo sé. Por eso cuida mucho las frases genéricas que, créeme, en ese momento no son consuelo alguno.

Pilar Ochoa Mendez

Una de mis partes favoritas, sin duda, es decirle a la gente -a mi familia, amigos, colegas de trabajo-: ¡otra vez mamá, otro bebé en camino!, y emocionarme cada vez con la ilusión de la dulce espera. Pero esta vez la ilusión fue interrumpida. Comenzó con un sangrado que no cedía; agujas, estudios y consultas plagadas de nervios para finalmente recibir la tristísima noticia: mi bebito se fue ya al cielo.

Te invito a leer el testimonio de otra mujer que pasó por lo mismo: Cuando supe que te perdí: el aborto involuntario.

Vivir un aborto es una experiencia durísima que como mujer -como madre- es especialmente intensa. Dios tuvo compasión de mí, pues además del invaluable apoyo de mi esposo en este difícil momento estuve rodeada de personas que supieron acompañarme como lo necesitaba. A partir de mi experiencia quiero compartir contigo algunas ideas para apoyar a quienes han sufrido un aborto.

1. Date cuenta de qué sientes

Si es alivio debido a la frágil salud de la madre ante un nuevo embarazo, tristeza o incluso enojo por lo ocurrido. Reconoce y da lugar a tus emociones antes de que éstas “se cuelen” sin quererlo en el trato con tus seres queridos.

2. Evita minimizar su pérdida

Es natural que experimentes cierto nerviosismo y no sepas qué decir, que desees consolar un poco su dolor, lo sé. Por eso cuida mucho los lugares comunes que, créeme, en ese momento no son consuelo alguno: “al menos murió estando pequeñito”, “al menos sabes que puedes embarazarte”, “recuerda que ya está en el cielo”, “podrás tener otros hijos”.

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Reconoce y valida las emociones de quienes sufren, incluso si no las entiendes o compartes, incluso si nunca has pasado por ello. Intenta conectarte con tu propio dolor, a sabiendas de que eso te hará sentir vulnerable.

En lugar de preguntar “se te ofrece algo” o “en qué te ayudo”, ofrece ayudas concretas: llega con un platillo para la cena, ofrece cuidar a los niños, invítale un café. Acostúmbrate a llegar siempre con un postre ligero, alguna bebida caliente, algo que reconforte y nutra a quienes sufren.

3. Respeta su dolor y su duelo

Si su trato parece distante o cortante, si a pesar de que ya ha pasado un tiempo notas aún atisbos de tristeza, dale su espacio. Nada podrás resolver pero, en esos momentos, reconforta sentir el amor y la presencia de tu gente.

4. Sé prudente

Si quieres preguntar cómo pasó, no está de más comenzar con un: ¿puedes o quieres hablar de eso? Pon atención en tu lenguaje verbal y no verbal. Recuerda que las más de las veces, quien pasa por un duelo no está esperando que le resuelvas la vida, sino tan solo un poco de compañía. Y si quiere estar solo, dale ese espacio.

5. Ora por él, ella, su familia

Invítalo a elevar una plegaria al cielo, invita a otros a unirse por aquél a quien quieren. En verdad creo que el dolor purifica, cuando es enfrentado con amor. Que tu compañía le recuerde que en medio de la oscuridad puede encontrar un poco de luz.

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Nadie me regresará a mi bebé, no existen palabras para consolar a quien ha perdido un hijo. El verdadero consuelo viene del cielo, y tarda. Tú puedes ser esa brisa ligera, ese abrazo que reconforte y acompañe a tus seres queridos cuando lo necesiten. No temas, lo único que se te pide, es estar ahí.

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Pilar Ochoa Mendez

Pilar es pedagoga, está convencida de que su forma de cambiar al mundo es a través de la familia y la educación. Le encanta leer, mirar televisión y una buena discusión, incluso cuando no gana.