5 situaciones -que desconoces- por las que tus hijos no quieren ir a la escuela
La mayoría de los niños no quieren ir a la escuela, sin embargo pueden estar pasando por graves problemas. Reflexiona sobre ello.
Adriana Acosta Bujan
La única herencia que pueden dejarles los padres a los hijos es la educación. Que es la clave para la adquisición del conocimiento, el desarrollo de las habilidades, la formación del pensamiento crítico y la forma más viable para lograr la independencia.
En este entendido, la mayoría de los padres exigen mucho a los hijos para que asistan al colegio todos los días, que obtengan buenas notas y que cumplan con sus responsabilidades (la tarea, los deberes escolares). No sólo para combatir la ignorancia aprendiendo de historia, matemáticas o español, sino con el objetivo de que aprendan valores como la disciplina, la puntualidad, el orden, la higiene, herramientas indispensables para su óptimo desarrollo.
Son muchas las señales que los hijos mandan a los padres cuando no son felices -o sienten un mínimo gusto- en la escuela; sin embargo, no siempre éstos las perciben. Algunos padres nada más piensan que los hijos no desean asistir por flojera y con la intención de no fomentar ese ocio dañino los obligan rotundamente a cumplir.
Por ello, observa con atención las actitudes de tus hijos para poder esclarecer tus dudas, porque muchas veces ellos pueden estar desarrollando serios problemas escolares y sociales.
¿Cuáles son esas señales?
Se darán cambios en su comportamiento, muchos negativos como mal humor, irritabilidad, llanto, tristeza. Además de que sufrirán pesadillas frecuentes, disminuirán sus ganas de comer, se mostrarán retraídos, poco sociables, tanto que la mayor parte del tiempo van a preferir estar solos.
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Las causas probables de que tus hijos no quieran asistir a la escuela son:
1. Estrés a la alza
En algunos colegios particulares ofrecen becas con la finalidad de ayudar a los padres con la economía familiar; y éstos, por temor a que esa beca se pierda, les exigen a sus hijos que obtengan buenas notas, sin percatarse de que tal vez ellos están sufriendo estrés, al presionarlos de más.
Recuerda que todos aprendemos de forma diferente, y en este caso va a depender de las habilidades, madurez y preferencias de tus hijos. Algunos niños son excelentes para las áreas de razonamiento lógico y otros para las creativas. Así que descubre cuáles son las áreas de oportunidad de tus hijos y échales una mano con las que pueden ser una debilidad.
2. No son monedita de oro
Por ética profesional, los maestros no deben de tener preferencias con sus alumnos, pero no siempre es así. Algunos docentes pueden ser la causa por la que tus hijos tengan miedo de presentarse en la escuela. Quizá llevan una mala relación con sus maestros, quizá están sufriendo maltrato (no físico) psicológico.
Con comentarios como: “¡Apúrate, siempre eres el último!”, “¡Si no terminas tu trabajo no saldrás al recreo!”, “¡Eres muy lento!”, “¡Pon atención”!, “¿Por qué no eres como fulanito que es tan listo?”, “¡Eres un burro!”, entre otros, pueden estar perjudicando la confianza e integridad de tus hijos.
3. Ambiente escolar inadecuado
La mala relación que llevan con sus compañeros de clase puede ser también un motivo para negarse a ir a la escuela. Si tus hijos son introvertidos, no tienen amigos y en sus recesos siempre están solos, deberás ayudarlos para aumentar su confianza y seguridad.
Este tipo de comportamientos son fáciles de detectar en la etapa preescolar, donde las maestras están atentas de sus alumnos, pero infortunadamente cuando cursan ya la primaria, la secundaria o la preparatoria, ese aspecto es descuidado por muchos motivos, como la cantidad excesiva de alumnos en el colegio o salón de clases.
4. Tareas, tareas, y más tareas
Numerosos maestros dejan tareas excesivas. Has pensado ¿cuántas horas dedican tus hijos a realizarlas?, ¿te lleva toda la tarde para que terminen, sin tener oportunidad de hacer otras actividades? ¡Es real! La finalidad de las tareas es repasar los temas vistos en clase, pero no es la manera ideal de adquirir un conocimiento verdadero.
Tus hijos, al negarse a realizar sus deberes, están diciendo que no quieren ir a la escuela. Una buena organización, constancia y crear hábitos (realizar las tareas siempre a la misma hora, crear un ambiente adecuado, entre otras medidas), hará que tus hijos terminen pronto y tengan tiempo para otras actividades.
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5. La floreja toma partido
Levantarse temprano puede resultar todo un reto, no sólo para tus hijos sino para toda la familia, siendo un pretexto de no querer asistir al colegio y más aún en épocas de frío y lluvia. De modo que establece rutinas y crea hábitos para que se acuesten a dormir temprano, así no tendrán el pretexto del cansancio.
Motiva y recompensa a tus hijos por sus metas conquistadas. Si observas que el problema es grave, no te la pienses mucho y acude con un especialista que te orientará y ayudará a solucionar la situación.
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Adriana Acosta Bujan
Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.
