¡Mi hija se casa! Consejos para ser la mejor madre de la novia

Para llegar a ser una abuela maravillosa y una suegra encantadora, comienza siendo sabiamente la madre de la novia. Aquí algunos consejos para lograrlo.

Emma E. Sánchez

Hace unos pocos meses mi primera hija se casó y desde que nos avisó que se comprometía, nos vimos envueltos en un mar de emociones, sentimientos y aprendizajes, que no han parado. Hasta ahora que creo que “el río volvió a su cauce”, puedo sentarme con calma a escribir sobre lo sucedido. Si vas a iniciar el camino de donde yo vengo saliendo, créeme, estas sugerencias te serán de mucha utilidad. Así que si me permites, me gustaría compartírtelas:

1. Respeta las decisiones de la nueva pareja

Al iniciar todo el proceso de matrimonio de mi hija, lo primero que me di cuenta que debía comenzar a practicar y aprender a fondo, era todo lo que tenía que ver con el respeto. Respetar sinceramente las decisiones de mi hija y de su futuro esposo. Como madre, estaba yo acostumbrada a decidir por mis hijas pequeñas, luego permitirles que ellas decidieran y conforme crecían, aceptar sus gustos y procederes. Sin embargo, cuando se trata de matrimonio, constantemente te vas a ver tentada a querer influir en las elecciones de la nueva pareja y lee bien: esto no es correcto. Es muy importante no meterse y respetar, aunque no nos gusten las decisiones que ellos tomen a partir de su compromiso. Si realmente quieres estar con ellos y con tu hija especialmente, debes de respetarlos en toda la extensión de la palabra. Para tenerlo presente, anoté en mi dedo índice la palabra: respeto.

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2. Sé paciente

Mientras mi hija y su prometido tomaban decisiones de la boda, la fiesta, el color de las flores, el lugar donde vivirían y cosas así, muchas veces creí tener la solución a sus dudas. Tuve la impresión de que yo podría resolver, decidir y elegir todo más rápido y fácil, mientras que a ellos hacerlo les causaba conflicto. Sin embargo, así como de pequeños les mostramos a nuestros hijos cómo hacer las cosas, los dejamos que las hagan solos y lo intenten tantas veces sea necesario hasta obtener el éxito, ahora tuve que armarme de paciencia y permitirles obtener su propia experiencia. Así, anoté en mi dedo medio la palabra: paciencia, para así no olvidarlo.

3. Ten prudencia

Curiosamente cuando dejé de opinar, de intervenir y simplemente me limité a apoyar a los futuros esposos, fue cuando comenzaron a pedirme ayuda ¡Por fin alguien me preguntaba mi opinión! ¡Tenía tanto que decir y sugerir! Entonces, reprimiendo todos mis deseos de decir todo lo que pensaba, decidí ser prudente. Sí, con mucha cautela comencé a dar mi opinión de buen modo y con pocas palabras, única y exclusivamente sobre lo que me preguntaban, no más, no menos. Cuando hice esto, fui escuchada y considerada. Escribí la palabra: prudencia en el dedo anular, para no olvidarlo.

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4. Apoya a tu esposo

Las cosas fueron de lo mejor en mi relación con los novios y los preparativos de la boda, así que comencé a disfrutar mucho de este momento de vida: ir a las pruebas del vestido de novia, de las acompañantes y gozar de esos pequeños detalles de los que está hecha la felicidad. Yo estaba tan contenta, que me olvidé de otras personas y de su propio proceso en esta experiencia: mi esposo estaba nostálgico, triste a ratos y yo no lo había notado. Es por ello que te sugiero no hacer a tu compañero a un lado, ¡al contrario! Involúcralo hasta donde él quiera y le sea posible. Apoyarse como matrimonio para pasar por esta etapa es muy importante, ya que se viven muchos momentos especiales que unen y fortalecen al matrimonio. Abrazarnos frecuentemente y sostenernos cada vez que el sentimiento nos quería vencer, fue muy alentador.

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Bienvenida al club de la felicidad

Durante los preparativos, la boda misma, la fiesta y los días posteriores, me di cuenta de algo: muchas amigas estuvieron cerca de mí ayudando, colaborando y fortaleciéndome. Una de ellas me dijo: ¡Bienvenida al club de la felicidad!, los mejores días de tu vida van a comenzar. Ahora lo pienso y creo que tiene mucha razón, las mejores cosas de la vida están por venir, cosas como ver a tus hijos felices, tener tiempo para ti y tu esposo y ver llegar a los nietos uno a uno. Bien vale la pena esforzarse, ser paciente, respetuosa y prudente. Me dicen que los nietos lo valen, y creo que es verdad.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.