Cómo aceptar que no serás mamá

Si bien es cierto que se cierra la puerta de un embarazo, no olvides que aún quedan abiertas otras ventanas de oportunidades para ser feliz.

Yordy Giraldo

¿Qué te digo? Es un tema particularmente difícil para mí, y aunque aún existe una pequeña llama en mi interior, he empezado a aceptar la idea de no tener hijos. Al menos ya no lloro al pasar por la sección de bebés de alguna tienda, no se me hace un nudo en la garganta cada que me preguntan si tengo hijos y he dejado de sentir que soy menos mujer porque no tengo a nadie que me llame “mamá”.

El proceso ha sido largo. Te puedo decir que han sido años que para mí se sienten como toda una vida. Nunca fui de las que se imaginó de grande casada y llena de hijos. El que mi padre nos hubiera abandonado desde muy pequeña contribuyó en mucho a esto, pero te puedo decir que tampoco renegué jamás de la idea, principalmente porque no creí que fuera a tener problemas el día que deseara hacer familia. Sin embargo, esta creencia de que sería “lo más natural del mundo” significó un duro golpe cuando decidí que estaba lista y que un poco de amor sería suficiente para que sucediera la magia. Como te decía, han pasado años, de hecho estoy por entrar a esa edad en la que dije sería la hora cero para dejar de insistir.

¿Cómo aceptar que no serás mamá?

No puedo decir que agoté todas las opciones, pero agotada sí estoy. Comparto la idea de que la esperanza se pierde al último, de que no debemos rendirnos ante lo que deseamos y que el milagro de la maternidad bien merece todos los esfuerzos. Pero también debemos ser conscientes de los riesgos, de las circunstancias, de las implicaciones de ser mamá cuando otras ya hablan de ser abuelas. Aquí te comparto algunas sugerencias para asumir esa realidad:

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1. Amplía tu concepto de auto realización

Muchas mujeres -y me cuento entre ellas- tenemos arraigada la idea de que ser mujer implica tener hijos. Es necesario despojarnos de esta imagen. Ser mujer son muchas cosas que no tienen por qué determinarse por la gestación. Amplía tus horizontes, tus metas de vida. Aferrarnos a lo que no sucederá solo provocará dolor.

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2. No lo pienses como un castigo

Es cierto que llegué a pensar que Dios me estaba castigando y muchas veces lloré por la injusticia que era que personas que no desean hijos o que no son buenos padres, pudieran procrear y en mí no sucediera el milagro. Ahora lo pienso como que Dios me está protegiendo, que Él que sabe lo que es mejor para mí y lo acepto.

3. No te escondas en el resentimiento

No te resientas, ni te escondas en un caparazón para no sentir. Al contrario, da todo el amor que tienes, regala tu afecto a todo el que lo necesite, lo busque, lo quiera. De esa manera no te sentirás mutilada en tus sentimientos. Ama todo lo que tengas a tu alcance, empezando por ti y por tu vida.

4. Haz las paces contigo

Culparte por lo que te está pasando no ayudará en nada a tu vida, a tu familia, mucho menos a ti. Es natural que echemos sobre nuestro cuerpo la culpa, pero es poco acertado. Acéptate como eres y valora todo lo demás que hay en ti. No eres perfecta y eso no tiene nada de malo, ningún ser humano lo es.

5. Fíjate un tiempo para la maternidad

Te comentaba al principio que estoy por entrar a la edad en que dije dejaría de intentarlo. Mi recomendación es que hagas lo mismo. Aunque no es fácil, este golpe de realidad ayuda a digerir el tema.

Aceptar que el concepto tradicional de familia no aplica para nosotras es verdaderamente duro, y aunque cambia nuestro mundo, tampoco es su final. El principal problema radica en encontrarle un nuevo sentido a nuestra vida. Si bien es cierto que se cierra la puerta de un embarazo, no olvides que aún quedan abiertas un sinfín de ventanas de oportunidades para ser feliz.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.