Es tiempo de hablar de sexo con tus hijos y a ti te corresponde empezar

Aunque te resistas a verlo, eres uno de los actores principales en la vida de tus hijos adolescentes. Comprende que tu rol como padre va más allá de rezongos, límites y carteles de prohibido.

Marta Martínez Aguirre

Que escuche la música a todo volumen, importa menos que el que arruine su vida sexual. Según un estudio sobre la sexualidad en los jóvenes suecos, en un periodo de 25 años casi un 50% había consumido pornografía y ésta había generado consecuencias negativas en su sexualidad.

Aunque te resistas a verlo, eres uno de los actores principales en la película de la vida de tus hijos adolescentes. Tanto tus hijas como tus hijos están esperando que te acerques, abras la puerta del cuarto y, en vez de recibir regaños, les digas que estás en casa, que es tiempo de sentirse seguros.

Los padres varones son un sostén firme y seguro en medio de las subidas y bajadas emocionales de la adolescencia. Comprende esto: tu rol va más allá de rezongos, límites y carteles de prohibido. Veamos qué otras cosas te pertenecen:

1. Es tiempo de hablar de esos temas

Tus hijos e hijas llegan a la adolescencia con muchísimas preguntas sobre el sexo. Cuando no tienen quién les informe en casa, comienzan a preguntar afuera o buscan respuestas en Internet. Pero la mayoría de las veces, la información que reciben no es la adecuada, ni se corresponde con los valores que tú deseas que tengan.

Si tu hija está en edad de tener citas, no lo dudes: siéntate junto a ella y con ella. ¿Qué quiero decir? Que comiences el tema con delicadeza, tengas en cuenta su sensibilidad y la escuches. No comiences a sermonear sino que abre tus oídos y escucha sus dudas, inquietudes y temores. Habla de las enfermedades de transmisión sexual, del embarazo adolescente y tus temores como padre: que no termine sus estudios, que su vida cambie drásticamente y que adquiera una responsabilidad para la que no está preparada emocionalmente.

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Si tu hijo varón está en edad de tener citas, háblale de los mismos temas, pero sobre todo remarca que la masculinidad no está vinculada al número de chicas con las que se sale y tiene sexo, sino con el respeto por la mujer, la valentía de respetar la decisión de la chica y de no ceder ante la presión del grupo.

En este sentido te invito a releer: Muchas mujeres peligran. ¿Es tu hijo un riesgo más para ellas?

2. Antes que todo, eres un gran espejo

Si vas a hablar de sexualidad con tus hijos adolescentes, quizás tengas que analizar tu situación antes de ponerte a conversar y poner límites. Tú tienes que ser un ejemplo para ellos, un espejo que refleje los valores que vives y defiendes.

No creas que alardear de todas tus parejas es algo que ellos admiran. Quizás nunca se atrevieron a decírtelo, pero todas esas noches de fiesta fuera de casa, no fue la mejor enseñanza. Verte llegar con parejas casuales para pasar la noche y vivir la locura del momento, no les ha sido la mejor temática para presumir frente a sus compañeros de clase. Saber que le has sido infiel a tu esposa, tampoco es un tema que les llene de orgullo, aunque te aman. Por eso, es tiempo que analices tu situación y hagas algunos cambios, si es el caso.

Si eres un hombre casado, fiel amante de su madre, entonces abre tu corazón ante tus hijos y diles de la dicha de tener una relación estable, basada en el compañerismo y en valores tales como la generosidad, el respeto, la aceptación, la amistad, la empatía, la compasión, la honradez y la sinceridad, entre otros.

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3. Fúgate una tarde con ellos

Dile a tu jefe que vas a faltar (ya tendrás tiempo de hacer horas extras) y deja una nota a tu esposa. Junta coraje y llévate a tus hijos a un lugar que a partir de ese momento sea especial para ustedes (un día de pesca, una mini excursión por la casa del campo). Que tus hijos al otro día puedan decirle a sus amigos “he pasado el día entero con mi padre y fue maravilloso (aunque hablamos de sexo)”.

Estos momentos a solas con tus hijos quedarán estampados en el alma cuando pasen los años y nada podrá quitarlos de su memoria, ni siquiera tus errores a futuro. Es una oportunidad única para dejar que ellos te conozcan en apuros (te has olvidado de los fósforos o quizás te han visto correr como loco por los mosquitos), pero también para que descubran tu sensibilidad frente al atardecer, tu alma liberando su fragancia al orar antes de volver a casa.

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No lo olvides, es el tiempo de que enraíces valores en la sexualidad de tus hijos y así no sufran las consecuencias de tu ausencia en estos temas.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: