6 secretos que grandes líderes te comparten para que tengas éxito

Si eres madre, esposa, empresaria, maestra, empleada o cantas en el coro de tu iglesia, eres una líder. Todos lo somos. Lo único que hace falta es pulir nuestras habilidades. ¿Quieres saber cómo? Aquí te lo digo.

Emma E. Sánchez

De manera equivocada, muchas personas llegan a creer que un líder solo puede ser aquella persona que trabaja en el gobierno, que tiene un puesto de relevancia en una gran empresa o algún otro cargo de autoridad notable en la sociedad. En realidad un líder es todo aquel que tienen contacto e influencia en otra persona. Cumpliendo con esos dos requisitos, todos somos líderes en el grado en que tengamos contacto e influencia en quienes nos rodean.

Cabe mencionar también que el liderazgo no tiene edad. No tiene caducidad. No requiere inclusive de un título o cargo específico. Incluso muchas veces, existen personas con un cargo puesto donde se esperaría que fuera un líder y no sucede nada, mientras que hay otras personas que sin tener dicho cargo o posición la gente los sigue y los apoya porque tiene un liderazgo casi natural y la gente responde a eso.

Si es tu caso de liderar un equipo de trabajo, dirigir un grupo de persona, o estar a cargo de alguien como es el caso de los maestros, madres y padres, este artículo seguramente te dará muy buenas ideas claras para que las puedas poner en práctica y no solo lograr las empresas que te propongas, sino disfrutar el camino junto con la gente que labora contigo o depende de ti, porque a final de cuentas, ese es el propósito: que nuestro trabajo sea de tal manera que todos lo hagamos lo mejor posible y sea motivo de gozo y progreso. Aquí van entonces las 5 recomendaciones:

1. Habla con la gente

Détente a saludar de mano de mano a tu gente, una palmada en el hombro, un abrazo sincero hacen maravillas. Elogia desde el corazón. Pregunta por los hijos o el esposo o la esposa y ene verdad interésate por su salud o por los intereses de las personas. Nunca olvides un cumpleaños y mucho menos dejes de llamar a la casa de alguien que se reporta enfermo. Habla con la gente y es el mayor de los esfuerzos por memorizar sus nombres, sus gustos o un detalle especial de cada uno. Haz sentir a cada persona especial.

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2. Acostúmbrate a dar las gracias

Agradece a las personas que te sirven y te ayudan, por mínima que sea la tarea. Tómate tu tiempo para escribir notitas de agradecimiento, manda pequeños presentes al hijo de un colaborar que está enfermo o a la persona de intendencia. Cuando alguien se sabe valorado, su compromiso con la empresa aumenta. Independientemente de eso, ser agradecido es una de las virtudes más especiales que el ser humano puede y debe desarrollar.

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3. Respeta el tiempo de los demás

Si convocas a una junta o a una reunión, programa el tiempo y cíñete a él pase lo que pase. Ten presente que cuando a alguien le haces trasladarse de un lugar a otro para alguna reunión, clase, lección, cita o como le llames, lo estás exponiendo a muchos riesgos y lo estás alejando de quienes él o ella debe proteger. Sé respetuoso de su tiempo. Prepara tus lecciones, compromisos, presentaciones o lo que tengas que decirles, de tal manera que valga la pena ir y atender tu llamado. Agradece y reconoce el esfuerzo de los puntuales sin hablar mal de los ausentes o demorados.

4. Traza metas pequeñas

Junto con tu equipo de trabajo, traza metas a corto plazo y, cuando las logren, ¡celébralo! Y siempre adjudica el éxito al equipo. Nunca será tuyo, es de todos. No olvides que tu éxito es el éxito de ellos.

5. Celebren juntos los logros de todos

Un equipo exitoso se logra justamente haciendo eso: un equipo. Los triunfos y los fracasos son de todos. Y lo mismo los celebran, que los enfrentan. Pertenecer a algo, a un grupo, a una familia, a un equipo, es una necesidad básica del ser humano. Cuando somos parte de algo, nos comprometemos y por el grupo somos capaces de grandes esfuerzos. Motiva a tu gente.

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6. Conviértete en alguien que inspire a los demás

Estos son los verdades líderes, aquellos que dan un poco más que el resto, que corren la segunda milla, los que llevan tu carga cuando no puedes más, aunque ellos mismos también estén cansados. Son los que llegan más temprano y no se van hasta que el último de su equipo puede irse también a descansar. Un líder está para servir a los demás a obtener lo mejor de sí mismos, les delega y les da responsabilidad y autoridad. ¡Sonríe!

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Pocas veces estamos conscientes de que alguien nos observa detenidamente. Tú no lo sabes, pero eres el ejemplo e inspiración de muchos. ¡Sigue adelante!

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.