Juegos electrónicos: un enemigo silencioso en tu casa

¿Cuántas horas pasan tus hijos frente a los diferentes videojuegos? Acá te muestro los peligros a los que están expuestos.

Camila Ignacia Gómez González

Durante los últimos años, los videojuegos han tomado cada vez más espacio dentro de la vida de la mayoría de nuestros hijos, sobre todo de aquellos que se encuentran viviendo tanto la etapa de pre- pubertad como la pubertad. Esto se debe principalmente a que cada vez son más populares tanto los juegos de consolas como en línea, así como las aplicaciones para los diferentes dispositivos móviles, encargados de ofrecerles horas de “entretenimiento”. Sin embargo, es nuestra responsabilidad como padres conocer qué es lo que realmente pasa con nuestros hijos al momento de abusar del uso de estos recursos electrónicos, razón por la cual comparto los siguientes puntos. Si es que reconoces algunas de estas situaciones, es importante que pongas atención en los hábitos de juego de tu hijo y tomes cartas en el asunto.

Comienzan a aislarse

De pronto, notarás que tu hijo ha perdido el interés por las cosas que habitualmente le resultaban atractivas. Irá dejando atrás su vida social, disminuyendo la cantidad de actividades deportivas y dedicando todo su tiempo a estar detrás de la pantalla que satisface su interés.

Bajará el rendimiento escolar

Como es lógico, al pasar muchas horas conectado a su dispositivo electrónico, los estudios no le resultarán interesantes, ni atractivos. De hecho, los verá como una tremenda pérdida de tiempo para poder seguir avanzando en el juego que acaba de conocer.

Alejamiento de sus amistades

Si antes era normal que tu casa estuviera llena de chicos de su edad, ahora de a poco verás cómo sus amigos comienzan a desaparecer de la rutina de tu hijo, pues serán “reemplazados” por los amigos que pueda encontrar en línea. Sí, leíste bien, nuestros hijos tienen la facilidad de hablar con personas de cualquier parte del mundo, tan solo moviendo un “mouse”.

Cambios bruscos de humor

Si se les pide que dejen de jugar, entonces la ira se apodera de ellos y comienzan a experimentar berrinches por no poder continuar con su actividad. Lo mismo sucede si no pueden conectarse a la red, de inmediato notarás su desanimo si eso ocurre, a diferencia de cuando pueda jugar sin límites.

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¿Cómo ayudo a mi hijo?

Ante tan dramático escenario, es hora de considerar algunos puntos que resultan claves para la prevención del uso excesivo de tecnología en casa. Aquí algunas sugerencias:

1. Controla el tiempo de uso de dispositivos electrónicos

Si bien no existe un tiempo que resulte adecuado para todos los casos, lo mejor es que el tiempo que pasen frente a una pantalla no supere 1 hora diaria. De esta manera, se evita el cansancio visual, los estados de ánimo cambiantes y se motiva a también tener otro tipo de actividades. Idealmente, esta regla debe ir acompañada con ciertas circunstancias, es decir, siempre que sea fin de semana, que no tenga deberes escolares, que no tenga examen de alguna asignatura o lo que tú consideres pertinente.

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2. Animar a encontrar otras actividades

Potenciar las diferentes áreas de interés de cada uno de nuestros hijos, resulta vital para evitar tiempos de ocio. Busquen en conjunto actividades en las que puedan desarrollar sus talentos o reafirmar su vocación, siempre dales alternativas que involucren sus intereses, pues de poco y nada valdrá el ofrecer actividades que respondan solo a los nuestros.

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3. Siempre mantén los ojos abiertos

Nunca des por sabido quiénes componen el círculo social de tus hijos, pues no sabemos con certeza quién puede estar detrás de la pantalla. Mantente atento a los cambios de actitud, estados de ánimo o cualquier alteración que puedas notar a partir de que tus hijos comienzan a utilizar este tipo de aparatos.

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Y como último consejo, no olvides siempre estar presente dando el ejemplo: cuando llegues a casa desconéctate del trabajo, conecta emociones con tus seres amados y olvídate de tu teléfono por un rato. Después de todo, los hijos aprenden más cuando nos ven actuar, que cuando les damos sermones.

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Camila Ignacia Gómez González

Camila, es Relacionadora Pública, con orientación en Marketing, actualmente reside en Villa Alemana, Chile. Es esposa y madre, y ama escribir para ayudar a fortalecer los lazos familiares.