Niños que trabajan, ¿Qué hacer para no robarles la infancia?

Desde siempre han existido niños que trabajan pero, sin importar la razón por la que esto ocurre, siempre debemos proteger su integridad e inocencia.

Yordy Giraldo

Según algunos estudios, 250 millones de niños trabajan en el mundo. De ellos, 150 millones lo hacen en situación de peligro y al menos un millón son víctimas de tráfico humano. He oído decir que “si usted quiere que sus hijos tengan los pies sobre la tierra, colóqueles una responsabilidad sobre los hombros”, pero una cosa es enseñar responsabilidad y otra es responsabilizarlos de tareas que corresponden a los adultos.

No falta día en que salga a la calle y vea a niños -sin importar si hay sol o frío, si es época de clases, vacaciones o días festivos- en las esquinas, en las paradas de autobuses, a la orilla de los caminos o negocios, trabajando: vendiendo, limpiando, mendigando dinero e incluso comida. Muchas veces supervisados por adultos y otras tantas a su suerte. Cuando los veo, no veo niños: veo personas con una niñez y una vida adulta mutilada, con menos oportunidades y una compilación de malos recuerdos, sobre todo por la discriminación, violencia y abandono de que son víctimas. Niños que no pueden llamarse niños porque su infancia les ha sido robada.

Es por ello que quiero que platiquemos sobre cómo manejar esa responsabilidad. Ciertamente, está bien que los pequeños aprendan a trabajar, pero sin que dañe su derecho a una vida feliz y sana. Porque a fin de cuentas su tarea principal es la de ser niños ya que, en el peor de los casos, la vida siempre se encarga de hacernos adultos.

Te recomiendo leer: Abuso infantil, sucede hasta en las mejores familias.

¿Qué no debemos permitir en los niños que trabajan?

Desde siempre han existido niños que trabajan, ya sea por necesidad, por decisión de sus padres o por vocación propia. Así que simplemente decir que no deben hacerlo es negar la realidad. Sin embargo, aun cuando por cualquiera de estas razones deban hacerlo, siempre podemos salvaguardar su bienestar e inocencia. Para hacerlo, habría que considerar lo siguiente:

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  • No expongas a tu hijo a realizar tareas peligrosas.

  • No consientas que labore en horarios de adultos, especialmente de noche.

  • No permitas que por trabajar abandone sus estudios.

  • No le quites el tiempo de esparcimiento que tanto necesita y al que tiene derecho.

  • No permitas que un trabajo le impida convivir con otros niños.

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  • No lo fuerces a hacer labores para las que no está preparado física, ni emocionalmente.

  • No pongas sobre sus hombros responsabilidades que, por su edad, no le corresponden.

Si con la intención de prepararlo y enseñarle a participar de las responsabilidades de la casa y de la vida en general, estás considerando poner a trabajar a tu hijo, es importante que cuides siempre su seguridad, su inocencia, su capacidad. Por más apremiante que sea una situación, no vale la pena correr el riesgo de dañar la vida de tus hijos.

Los niños son decisión de sus padres, pero no les pertenecen. Ellos desde antes de nacer -e incluso mucho tiempo después- dependen de nosotros. Prepararlos para la vida es una de nuestras grandes responsabilidades, pero utilizarlos para sacar provecho usando el poder de adultos es violencia, y de las peores, pues surge precisamente de la fuente de la cual solo debería emanar amor.

Por favor, lee: El trabajo de los niños es jugar.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.