¿Por qué mi hijo dice palabrotas?

La culpa puede ser del medio donde nuestros hijos se desenvuelvan, pero hay otros factores. Sigue leyendo y entérate.

Yordy Giraldo

No sé si se deba al singular contraste que hacen sus diminutas figuras, con las frases de los adultos. O a que se expresen como grandes cuando apenas si logran formar oraciones completas. O a su acento tan inocente. Lo cierto es que a la mayoría de nosotros se nos ha hecho chistoso alguna vez escuchar a los niños decir palabrotas.

El problema es que reírles la “gracia” es dar luz verde para que quieran hacerlo de constante, y reconozcámoslo, un niño grosero no le gusta a nadie. Además de las implicaciones que tiene para su formación el permitirles comportarse de esta manera, ya que por lo general las groserías son un acto de indisciplina y clara muestra de poca educación y respeto.

Sin embargo la culpa no es de los pequeños. En realidad ellos no saben el significado de lo que están diciendo. La culpa es del medio donde permitimos se desenvuelvan, o de nosotros por expresarnos con vulgaridades a sabiendas de que nos escuchan y nos imitan, y encima de todo, si nos reímos cuando lo hacen.

Para que sepas de qué hablo, te invito a ver: Niños con actitudes de adultos, ¿es divertido o es condenable?

Entonces, ¿por qué los niños dicen palabrotas?

1. Porque las escuchan

Así de simple. Si tanta gente se expresa de esa manera no debe tener nada de malo, es la lógica que no solo los menores, sino cualquiera aplicaría. De allí que comiencen en un principio a decirlas y luego a no poder callarlas. A casi todos se nos va alguna que otra vez una palabrota, pero por favor, delante de los niños cuida lo que sale de tu boca.

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2. Les hacemos creer que es gracioso

Cuando ellos ven que los adultos se ríen, asumen que están haciendo algo que nos agrada. De esta idea de que nos están dando gusto surge la motivación para continuar comportándose de esta manera. De allí la importancia de no mostrarnos complacidos cuando ellos se expresen con frases altisonantes. Los niños dicen palabrotas no por su significado, sino por la reacción de nosotros, y eso nos hace culpables.

3. Obligamos, pero no razonamos con ellos

A lo que voy es que los regañamos, pero no les damos una alternativa a ese comportamiento, lo que los deja sin saber qué hacer. Ellos requieren total orientación, no en balde son niños. Busca sustituir las malas palabras por buenas palabras, y explicarles por qué no deben ser groseros.

4. No somos congruentes

Por un lado les decimos que no, y por el otro nos comportamos de igual manera. Los niños están en pleno proceso formativo, y la imitación es primordial en estos primeros años hasta que finalmente crean su propia personalidad. Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago, nunca ha funcionado con los niños. Si no quieres que ellos lo hagan, no lo hagas tú.

Si la forma en que se expresa tu hijo se ha convertido en un problema y ya no sabes qué hacer para revertir este comportamiento, toma en cuenta que los niños son muy inteligentes y siempre tienen la disposición de hacer lo correcto. Pero debemos enseñarles, y no hay mejor manera que con nuestra guía y ejemplo.

Lectura recomendada: Comportamientos inadecuados en los niños. ¿Qué hacer?

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.