¿Quieres jugar y ejercitar a tu bebé? El método Montessori puede ayudarte

Con un poco de tiempo puedes no solo jugar con tu bebé, sino ayudarle en su mejor desarrollo.

Erika Otero Romero

Todas las madres se preocupan de que sus hijos tengan una educación íntegra que no deje de lado el aspecto lúdico. Por fortuna, la reconocida maestra, pedagoga y psicóloga italiana María Montessori, a través de sus innumerables estudios y prácticas logró desarrollar técnicas de enseñanza muy completas. Dichas formas de educación sorprenden por lo sencillas que son y por cuánto ayudan a que el niño desarrolle su motricidad fina y gruesa, sin dejar de lado ese aspecto tan importante en la vida de todo ser humano: la diversión con un propósito.

¿Qué es la motricidad fina y gruesa?

Vayamos por partes. La motricidad tiene que ver con movimientos determinados que permiten que el niño conozca, perciba y se relacione con el mundo que le rodea. Incluye movimientos así como el uso de los sentidos (olfato, vista, gusto y tacto) para procesar y guardar la información del entorno.

Si se habla de motricidad fina,los movimientos y habilidades a los que se refiere son los que tienen que ver con acciones que envuelven pequeños grupos musculares de la cara, las manos, los pies y más concretamente las palmas de las manos, ojos, dedos y músculos alrededor de la boca. De manera concreta, tiene que ver con la coordinación entre lo que el ojo ve y las manos tocan.

Lee:cómo desarrollar la motricidad de un bebé mayor de 5 meses.

La motricidad gruesaes aquella que abarca las acciones que involucran grandes grupos de músculos, es decir, la posibilidad de mover partes grandes del cuerpo del niño. Por tanto, involucra movimientos de piernas, brazos, cabeza, abdomen y espalda. El fortalecimiento de dicha capacidad permite al niño subir la cabeza, gatear, ponerse de pie, voltear, andar y mantener el equilibrio.

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De esta forma, a continuación compartiré contigo 8 ejercicios del método Montessori que no solo entretendrán a tu niño, sino que a la vez le ayudarán a desarrollar estos 2 tipos de motricidad. Para lograrlo, necesitas objetos sencillos que seguramente tendrás en casa, tales como frascos, botellas y pinzas de ropa. Es fundamental que tu hijo no este solo cuando los realice, pues podría suceder algún accidente inesperado al momento de jugar con objetos pequeños.

1. Para el desarrollo de la motricidad fina

Plastilina

Lo único que tendrás que hacer es darle a tu hijito plastilina de colores variados y una superficie plana de fácil limpieza. En un principio, solo guía a tu niño para que con sus deditos aplaste y haga bolitas de diferentes tamaños con el material moldeable. Adicional a eso, si tienes en casa piedritas pequeñas, perlitas o incluso lentejas y frijoles, haz que los clave en la plastilina y luego los separe.

Cordones y cremalleras

Juega con tu pequeño a cerrar y abrir cremalleras, pegar y despegar velcro y a que introduzca cordones por agujeros pequeños. Si ya es un poco mayor, anímala a que empiece a atarse las agujetas de sus zapatos.

Revistas o papel que ya no uses

Solo ayúdale a que rasgue papel en trozos o tiras de diferentes tamaños, recuerda que tú debes ser su guía, así que muéstrale cómo podría hacerlo. Luego de eso, pueden jugar al “otoño”, aventarlas hacia arriba y disfrutar del pequeño desastre.

Tubos de cartón y bandas elásticas pequeñas

Para este ejercicio lo que debes tratar de hacer es que con una sola manita, tu niño agarre las bandas y las ponga en el tubo de cartón (de papel higiénico o de cocina) como si se las estuviera poniendo en la muñeca. Luego que haga lo mismo con la mano contraria.

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Lee:Cómo desarrollar la habilidades motrices de tus niños .

2. Para el desarrollo de la motricidad gruesa

Harina y una superficie que se pueda limpiar

Solo riega la harina en la superficie y permite a tu pequeño que haga figuras en ella con sus deditos.

Agua y un trapeador

Solo es cuestión de regar el agua en el piso y dejarle que salte y juegue libre, después pídele que te ayude a limpiar con el trapeador. Una variación es que lo dejes jugar en los charcos de agua en un día lluvioso.

Paseo en el parque

Si cuentas con algo de tiempo libre, puedes llevar a tu pequeño al parque y permitirle que trepe, resbale, salte y se balancee libremente. Esto fortificará sus huesos y los músculos de todo el cuerpo.

Hacer equilibrios

Cuando vaya contigo de la mano, permítele que camine sobre muros bajos, poniendo un pie tras de otro e intentando mantener el equilibrio. En casa podrías poner una cuerda sobre el piso o dibuja una línea recta para animarlo a que camine sobre ella.

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Ayudar al desarrollo de tu niño no tiene porqué ser aburrido, ya ves que con simples juegos y pocos materiales puedes ayudarle a tu hijito a alcanzar grandes cosas.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.