¡Él no habla, ella se queja! 4 puntos clave en la guerra de los sexos

Conoce las 4 diferencias que más te separan de tu hombre, domínalas y úsalas a tu favor.

Fernanda Gonzalez Casafús

Cuando una relación amorosa comienza, la ilusión va en crecimiento hasta que en un momento determinado parece estancarse en una meseta. Cuando convives con tu pareja, el tedio invade la rutina y algunas situaciones cotidianas que antes nos parecían menores, ahora nos molestan. En el libro “Los hombres son de marte y las mujeres de Venus”, de John Gray, el autor plantea que hombres y mujeres pareceríamos venir de planetas distintos. Aprende en este artículo a descubrir nuestras diferencias de género y a poder comprender a tu pareja. Éstas son las principales quejas en la guerra de los sexos:

1 Ellos ofrecen soluciones, ellas ofrecen consejos

Cuando le contamos a un hombre nuestros problemas no siempre buscamos que lo solucione, sino que necesitamos a alguien que nos escuche, nos contenga. Un abrazo y un “querida, cómo te comprendo”, a veces, suele bastar para hacernos sentir mejor. Cuando ellos están resolviendo algún menester, no necesitan que estemos al lado diciéndole cómo debería hacerlo, o qué es lo que nos parece mejor. Ellos quieren solucionarlo solos y sentirse autosuficiente. A través de la historia de la humanidad fueron resolutivos, van a la eficacia y al logro; normalmente no necesitan que estemos ahí para decirles qué hacer. Ella cree que está ayudando, pero él se siente controlado.

2 Ellos no escuchan, ellas hablan de más

Una forma de enaltecer a una mujer es escuchándola. Muchas veces cuando contamos cosas de nuestra vida cotidiana, o cuando le contamos algún problema, nos quejamos de que no escuchan. En mi caso, cuando deseo hablarle a mi marido, me aseguro que esté en condiciones de escucharme, es decir, que no esté haciendo otra cosa y pueda prestarme atención.

Las mujeres nos sentimos realizadas en tanto expresamos nuestros sentimientos, todo lo exteriorizamos a través de la palabra. Y aquí viene entonces la queja de ellos. Para los hombres, a veces, hablamos demasiado. En esos momentos en los que ellos quieren meterse “en su cueva” y no salir, ahí estamos nosotras para tratar de sacarlos con un “¿qué te pasa que no quieres hablarme?”. En estos casos hay que dejarlos un rato más en su cueva y cuando él decida salir, ahí estaremos para escucharlos.

Esa necesidad de soledad de los hombres, no es señal de que ya no nos amen, simplemente ellos necesitan pensar en soledad mientras que las mujeres necesitamos hablar y contarle a otra persona lo que nos está pasando.

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3 Ellos se sienten valorados cuando se sienten útiles, ellas se sienten motivadas cuando se sienten amadas

Cuando un hombre se siente valorado por lo que hace o aporta a la pareja, o la familia, es capaz de atravesar cualquier dificultad con tal de hacer feliz a quienes ama. Un hombre que se siente menospreciado en sus habilidades, difícilmente se sienta con energía y se abatirá con facilidad.La naturaleza del hombre es querer sentirse útil y competente (la competencia es la clave de los machos en todas las especies).

Para las mujeres, lo más necesario es el afecto, el cariño y el sentirse amadas. Es muy común escuchar la queja de las mujeres de que nuestros hombres ya no son tan románticos. Cuando una mujer se siente fastidiada o abrumada por alguna situación, el antídoto puede ser un abrazo, un gesto de amor, una caricia y palabras de afecto. Las mujeres nos sentimos felices y podemos llevarnos el mundo por delante cuando tenemos amor, es tan simple como eso.

4 Ellas no piden las cosas, ellos necesitan que se las pidan

Dar por sentado que nuestro hombre sabe lo que queremos, es una gran equivocación. A menudo las mujeres damos dobles mensajes que son muy confusos para el sexo opuesto. Un día le pides a tu hombre que por favor te repare el secador de cabello que tanto quieres. Te dice que lo hará después de cenar y luego lo ves tirado en el sillón viendo TV. Te enojas, y no dices nada, más que poner cara de enfado. Él no recuerda tu pedido y no sabe qué te pasa y empiezan las discusiones. Si le dices “mi amor, puedes arreglarme ahora el secador”, él estará feliz de satisfacerte y seguramente lo hará. Ellos necesitan que le pidamos lo que queremos porque normalmente no son adivinos.

La compresión es la clave para que no exista tal “guerra de los sexos”. Debemos entender que somos biológicamente diferentes, que pensamos y sentimos diferentes, y que no tenemos las mismas necesidades. Si quieres brindarte al máximo con tu pareja, ten en cuenta estos tips para recordar que aunque seamos diferentes, si hay amor, todo puede fluir sanamente.

Fuente: Libro “Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus” de John Gray.

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.