Ataques de pánico: ¿cómo tener una mejor calidad de vida?

La historia de una persona que vive día día con trastorno de ansiedad.

Arturo Leonardo

Existen padecimientos que pasan completamente desapercibidos por los demás. Muchas veces por el desconocimiento a ello, y otras tantas porque quienes los padecen prefieren guardar silencio por pena o miedo a ser juzgados.

Quiero compartirte ahora una historia que a mí me impactó. Platiqué con una persona que sufre del trastorno de ansiedad, yo no sabía de qué se trataba. Esta persona me explicó a detalle lo que sentía y que ha hecho para tener una mejor calidad de vida. Le pedí que lo plasmara en un texto para llevártelo a ti, para que tal vez puedas encontrarte en su sentir.

.

Soy sobreviviente

Yo sé lo que se siente, soy sobreviviente, te entiendo y te acompaño, pero por eso mismo también he decidido contarte hoy un poco de mi experiencia; para que salgas adelante en tu vida; para que no te estanques y sobre todo, para que seas feliz.

Mi nombre es Lucero y a raíz de un accidente automovilístico, surgió en mí un miedo irracional a viajar en cualquier tipo de transporte. No eran solo nervios, no era solo estrés, era un verdadero terror al salir de casa. Era una lucha interna y una lucha con mis familiares también, pues ellos, al igual que yo, no entendían lo que estaba pasando.

Advertisement

Con un pavor tremendo salía al mundo y entonces vivía un verdadero infierno: mis manos comenzaban a sudar, me costaba trabajo respirar, se aceleraba mi corazón hasta el punto de creer que se me saldría del pecho, se tensaban mis piernas tanto que no podía moverlas, tenía náuseas, me hormigueaban las manos y la cara. Sentía que iba a morir y me invadía tal sensación de pánico que quería huir del transporte en el que estaba y comenzaba a gritar. Los síntomas duraban más o menos 10 minutos y después solo me quedaba una tembladera en todo el cuerpo.

Mi familia estaba preocupada y desesperada pues la ansiedad afectó cada ámbito de mi vida y aunque me apoyaban, fui yo la que comenzó a investigar sobre lo que me sucedía; hasta que un día encontré un posible diagnóstico a mi pesadilla.

Lo que yo tenía se parecía mucho al trastorno de ansiedad y se manifestaba mediante un ataque de pánico, el cual, de acuerdo a la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS): “es una reacción de ansiedad muy intensa, acompañada de la sensación de falta de capacidad para controlar esta reacción, e incluso la convicción de que uno puede llegar a morir en ese momento“.

Le dije a mi familia lo que había investigado y buscamos ayuda psicológica. Estuve en terapia por un tiempo y personalmente me ayudó a entenderme un poco más. Me confirmó que padecía del trastorno de ansiedad y me sentí un poco más tranquila, escuchada.

Sin embargo, no pude continuar con terapia por razones económicas, pero eso no me impidió luchar contra mi pánico, pero ¿qué hice para sentirme mejor?

Advertisement
  1. Comencé a hacer ejercicio para sacar mi ansiedad de una forma sana.

  2. Escribí todo lo que sentía y pensaba, pues eso es siempre una forma de desahogarnos.

  3. Me alimenté lo mejor posible.

  4. Distraía mi mente al salir de viaje, llevaba siempre libros o audífonos para escuchar música.

  5. Me refugié en mis familiares y amigos, pues también es importante el apoyo de ellos para sentirnos mejor.

    Advertisement
  6. Platiqué conmigo misma, me daba auto-terapia y me repetía lo fuerte y valiente que era. Me hacía sentir la capacidad que tenía para resolver una vez más la batalla contra la ansiedad y el pánico. Este sin duda, fue el punto más importante de todos.

.

Actualmente mi miedo ha disminuido, mi vida ha cambiado porque me he ayudado a mí misma y no me he negado a la ayuda de otras personas. Y aunque a veces me sigue dando un poco de miedo salir a la calle, desde hace dos años que ya no presento ataques de pánico. Vivo feliz, pero sobre todo, vivo en paz. Así que cree en ti, ¡tú también puedes librarte de la ansiedad!

Toma un momento para compartir ...

Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.